José Luis Moreno: "Estaba en el suelo casi inconsciente y me seguían pegando"

La pesadilla que vivió José Luis Moreno en su propia casa se condensa en una frase: "Estaba casi inconsciente en el suelo y me seguían pegando". Así resumió el empresario y ventrílocuo José Luis Moreno cómo fue agredido por tres encapuchados que irrumpieron en su chalé el pasado jueves y lo dejaron malherido. El artista fue dado de alta cerca de las dos de la tarde de ayer del hospital Ruber Internacional. Y regresó a la casa en la que fue torturado para robarle.

La primera declaración de Moreno se produjo a mediodía del pasado lunes. Según relató a la Guardia Civil, Moreno estaba en una sala de proyecciones que tiene en la planta de su chalé, en la urbanización Monte de las Encinas, en Boadilla del Monte (Madrid, 37.900 habitantes). Estaba cenando mientras veía la televisión. De repente, irrumpieron en esta sala tres encapuchados, con los que no llegó a cambiar ni una sola palabra, según recordó el artista.

Moreno se levantó de la silla y se fue directamente a por uno de los encapuchados, al que empujó contra una pared. "No me dio tiempo ni ver cómo iban vestidos. Todo fue muy rápido", contó el empresario. Al ver la reacción de defensa de Moreno, los otros dos atracadores se fueron contra él. Y empezaron a apalearle. El primer golpe se lo dieron con una especie de barra de hierro en la cabeza, lo que hizo que perdiera momentáneamente el equilibrio y cayera al suelo.

Cuando ya estaba en el suelo, los otros dos atacantes comenzaron a pegarle patadas y golpes en la cabeza y en el resto del cuerpo, lo que le provocó graves lesiones y un recuerdo imborrable. "Estaba casi inconsciente en el suelo y me seguían pegando. No entiendo por qué lo hacían si ya ni me movía", afirmó.

Los encapuchados le dejaron malherido en la sala de proyecciones y subieron a la primera planta, donde empezaron a robar todo lo que encontraban a su paso. Según las primeras investigaciones, fueron sustraídos unos 240.000 euros entre joyas y dinero en efectivo. Los empleados de Moreno declararon que los atracadores hablaban con un acento originario del este de Europa. Esto hace pensar a los investigadores de Atracos que se trata de una banda de albanokosovares. Este detalle no pudo ser corroborado por el empresario, ya que no intercambió palabra con los asaltantes. Sólo le pegaron.

Los guardias civiles encargados de la investigación también le preguntaron si había recibido alguna amenaza con anterioridad o tenía idea de quién podía haber cometido el atraco. Moreno descartó la amenaza y reconoció que le era imposible saber si alguien había dado información desde dentro de la casa. En los últimos meses han pasado más de medio centenar de personas por el chalé del empresario, ya que ha sufrido varias reformas. También ha cambiado frecuentemente de empleados de servicio.

Esta primera toma de contacto entre Moreno y la Guardia Civil se repetirá en los próximos días, hasta ver si el empresario recuerda algún detalle que sea determinante. En el interrogatorio del lunes, el empresario se mostró bastante cansado y dolorido por las heridas. El médico recomendó no cansar excesivamente al paciente.