_
_
_
_
_

Juzgado en la Audiencia el presunto líder de una célula islamista desarticulada en Cataluña

El fiscal pide entre siete y 18 años de prisión para ocho acusados de enviar suicidas a Irak

El supuesto líder de una célula islamista desarticulada en 2006 en Cataluña, Mohamed Mrabet Fashi, ha negado hoy en la Audiencia Nacional que adoctrinara al argelino que perpetró en 2003 el atentado suicida contra la sede de los Carabinieri en Nasiriya (Irak), en el que murieron 19 italianos. "En el Islam no puedes enseñar a nadie algo que no haces", ha apuntado el acusado en el juicio que se sigue contra él y contra otros ocho presuntos integrantes de las dos células que fueron desarticuladas simultáneamente en Madrid y Cataluña en la Operaciones Chacal y Camaleón desarrolladas en 2006, y para quienes la fiscal pide entre siete y 18 años de prisión.

El marroquí Mrabet Fashi, que reside en Cataluña desde 1990, ha reconocido que conocía al suicida Bellil Belgacem, y que cuando éste se fue a Irak le dejó sus documentos y libros relacionados con la yihad, pero ha asegurado que "ni los leía ni los prestaba".

El acusado, para el que el fiscal pide 18 años de cárcel por pertenencia a organización terrorista y por un delito de inducción al suicidio con fines terroristas, ha explicado que ayudaba al imán de la mezquita de Al Furkan de Vilanova i la Geltrú (Barcelona) y también procesado Mohamed Samadi a recaudar el dinero del templo. "El dinero de la mezquita no es para nada, sólo para la mezquita", ha señalado Mrabet Fashi, que ha negado que ese dinero, que guardaban en casa, se usara para financiar al terrorismo.

También ha declarado hoy Omar Nakcha, que, según el escrito de acusación de la fiscal de la Audiencia Nacional Dolores Delgado, coordinaba las dos células islamistas, aunque éstas "desarrollaban su actividad con plena independencia", y supuestamente organizó y facilitó la huida a Irak desde Turquía y Siria a algunos de los autores del 11-M. Nakcha, para el que el Ministerio Público pide doce años de cárcel, ha negado pertenecer a una organización islamista y haber obtenido fondos para Irak y para financiar las actividades del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) en Europa, para lo que, según el fiscal, las células desarticuladas disponían de un entramado económico con diferentes "negocios pantalla".

El argelino Djmel Dahmani, que vive en España desde 1994, ha dicho que conoció a Nakcha en la mezquita de la M-30 en Madrid cuando éste acudió a él para que le solucionara unos "problemas de brujería". Dahmani, para el que la Fiscalía pide diez años de prisión, ha negado que empleara el código de palabras que utilizan los terroristas para comunicarse entre ellos y ha explicado que usa mucho la palabra "miel" -que según este código significa "armas y bombas"- porque es curandero. El juicio continuará mañana con la declaración de los otros seis acusados y de 17 testigos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_