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LA SITUACIÓN EN EL PAÍS VASCO

ETA destruye la discoteca de la familia de un empresario asesinado para acallar sus críticas

ETA destrozó ayer la discoteca Txitxarro, situada en el alto de Itziar (Guipúzcoa) y propiedad de Narciso Korta, hermano de José María Korta, el empresario y presidente de la patronal guipuzcoana Adegi asesinado por la banda el 8 de agosto. La explosión de una potente bomba provocó el desplome del techo del edificio, sin causar víctimas. Todos los partidos condenaron este atentado, que el PNV calificó de "venganza mafiosa" e interpretó como respuesta a las movilizaciones que la familia de Korta había impulsado para pedir responsabilidades a HB por el asesinato de su pariente.

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La deflagración se produjo a las 10.55, pocos minutos después de que una voz anónima en nombre de ETA avisara a la Cruz Roja de que iba a explotar una bomba en la discoteca Txitxarro. En ese momento, el edificio -cerrado al público desde las siete de la mañana- se encontraba vacío, ya que varios encapuchados secuestraron al matrimonio encargado de su mantenimiento. Los terroristas los trasladaron en su propio coche y los abandonaron en un paraje aislado y montañoso, a sólo unos dos kilómetros de distancia. Un cazador, que encontró a la pareja atada a un árbol, dio aviso a la policía autonómica.La explosión hizo saltar por los aires el techo de la discoteca, una gran edificio aislado en las proximidades del alto de Itziar, donde se concentra durante los fines de semana una nutrida clientela juvenil procedente de una amplia zona de la costa guipuzcoana. La bomba causó importantes daños materiales, afectando a la estructura del inmueble, y dejó el suelo cubierto de escombros. Trabajadores de la discoteca reconocieron que había sido literalmente "reventada".

El negocio es propiedad de Narciso Korta, hermano del empresario asesinado el pasado 8 de agosto, y en él trabajaban sus tres hijos; entre ellos, Oier, el gerente, quien se destacó en los actos que sucedieron al asesinato de su tío a la hora de exigir explicaciones y responsabilidades a HB.

La parte baja del inmueble albergaba además un local musical denominado Scaner y un restaurante que regenta la mujer del propietario y madre de Oier. Narciso Korta y su hijo estaban ayer en Cantabria, siguiendo la etapa de la Vuelta Ciclista a España, cuando les avisaron del atentado. Inmediatamente regresaron a Itziar. Hasta el lugar del atentado se acercaron varios dirigentes políticos, como el diputado general de Guipúzcoa, Román Sudupe, quien dijo que ésta es "la respuesta de ETA" a la pregunta que le hizo la familia de Korta para que explicase por qué había asesinado a su pariente. Lo que la banda pretende, agregó, es "que se callen, que se pongan de rodillas".

"Hablar de nazismo o de mafias se queda corto; no tiene nombre. Esto es una degeneración ideológica, psicológica y humana", agregó. Juan María Juaristi, presidente del PNV de Guipúzcoa, aseguró que el atentado "tiene ribetes de venganza mafiosa", por su ensañamiento con la familia Korta y por su pretensión de que, además de asesinar a una persona, "no haya ningún tipo de respuesta, incluso ni de los propios parientes".

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Narciso Korta y su hijo Oier han puesto a HB en varias situaciones comprometidas por negarse a condenar el crimen de su pariente. La última vez, el pasado miércoles, cuando ambos se concentraron en silencio delante de una dependencia municipal de Zumaia donde se estaba celebrando una asamblea local de EH con una pancarta que decía "Nos falta José Mari, ¿por qué?".

Al grupo inicial, formado por unas decenas de familiares y empleados de la firma del empresario asesinado, se fueron sumando decenas de personas hasta sumar más de un centenar.

Ayer por la tarde, Narciso y Oier participaron en la concentración celebrada también en Zumaia, tras una pancarta con el mismo lema, en la que Javier, hermano menor de José María Korta, leyó una declaración en nombre de la familia. "Desde el asesinato de José Mari", afirmó, "las preguntas que la familia ha hecho públicamente no han tenido respuesta porque no la tienen, porque nada puede justificar este crimen. Y ahora", agregó, "ETA quiere silenciar nuestro clamor con este nuevo atentado intimidatorio".

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