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LA CRISIS DEL PSOE VALENCIANO

Almunia anula el congreso de los socialistas valencianos al aceptar la renuncia de Lerma y Pla

Javier Casqueiro

El Partido Socialista del País Valenciano (PSPV), la segunda federación socialista con 35.900 militantes, quedará hoy, y previsiblemente hasta después de las elecciones generales, regida por una comisión gestora que nombrará la Comisión Permanente del PSOE. El secretario general, Joaquín Almunia, aceptó ayer la dimisión de sus máximos responsables elegidos el fin de semana en el agrio congreso extraordinario, convocado precisamente para cerrar las heridas abiertas en el anterior, y cuyo resultado queda automáticamente anulado con el cese del presidente, Joan Lerma, y el secretario general, Joan Ignasi Pla. Almunia no asumió, en cambio, la renuncia de otro implicado en la crisis Cipriá Ciscar, secretario federal de Organización.

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Almunia ya había advertido el lunes, tras la Ejecutiva Federal que abordó el recrudecimiento de la crisis del partido en Valencia, de que iba a tomar medidas rápidas y contundentes. Pensaba abordarlas hoy en la Comisión Permanente, un órgano más reducido y resolutivo que la Ejecutiva. Ofreció una pista de por dónde podían ir éstas cuando comentó que no le extrañaba la dimisión presentada esa tarde por Antoni Asunción, portavoz en las Cortes Valencianas y otro de los líderes en disputa.La insistencia de Pla, el nuevo secretario general del PSPV, en entrevistarse con Almunia precipitó los acontecimientos. Pla quiso verse el mismo lunes con Almunia y no fue recibido nada más que por Ciscar, con el argumento oficial de que el encuentro no estaba previsto en la agenda del secretario general del PSOE. Pla reiteró ayer su deseo y anunció la cita: a las seis de la tarde en el Congreso.

Reunión en el Congreso

Almunia reunió a esa hora en su despacho de la Cámara baja a los representantes de los sectores afectados. Acudieron Ciscar, Pla y Joan Lerma. Y fue éste el primero en abandonar la sala con el anuncio de que había puesto todos sus cargos, el de presidente del PSPV y también el de secretario federal de Empleo, a disposición de Almunia para facilitar una salida a la crisis que desangra al partido en esa comunidad desde hace varios años. Miembros de la Ejecutiva tratarán de convencerle hoy de que reconsidere su renuncia a la secretaría de Empleo para evitar agravios comparativos con Ciscar y no dar bazas al PP.

Pla tardó un poco más en salir de la reunión pero repitió el mismo guión. Había comentado antes que él era partidario de que la dirección saliente del congreso, que sólo obtuvo el respaldo del 43% de los delegados, siguiese en activo e incorporase con el tiempo a las familias marginadas en ese cónclave. Eso sí, mostró su talante absolutamente disciplinado al aceptar cualquier solución que le propusiese Almunia.

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A la salida del encuentro, que fuentes socialistas califican de muy tenso, Pla se limitó a subrayar que dimitir era lo mejor que podían hacer para facilitar la actuación de la Comisión Permanente, que designará hoy una comisión gestora para llevar las riendas del PSPV hasta el próximo congreso. Éste se celebrará previsiblemente tras las generales dentro del programa preparado ya para las convenciones ordinarias del PSOE.

Pla no quiso aclarar cuál podría ser su participación en esa comisión gestora si le piden su colaboración. Tampoco se adentró demasiado a comentar si Ciscar debía asimismo dimitir, aunque precisó que ahora no tenía ningún cargo en el PSPV y sí a nivel nacional como secretario de Organización de la inminente campaña electoral para las generales. Almunia no ofreció ninguna versión de estas renuncias. Fue precisamente Ciscar el que se encargó de subrayar de nuevo una visión autocrítica de la Ejecutiva Federal sobre lo sucedido en el congreso de los socialistas valencianos. Ciscar asumió así en nombre de todos que ninguno de los actores principales de este drama "había estado a la altura de las circunstancias" y de lo que de verdad les reclamaban los ciudadanos. Y concluyó: "No supimos hacer nuestro trabajo". Reveló además que el lunes presentó a Almunia su dimisión y que éste le pidió que continuase. Y recalcó que ayer le reiteró su renuncia, que de nuevo fue denegada. Ciscar, eso sí, apuntó su deseo de que Almunia le permita inhibirse en la Permanente (a la que también pertenecía ahora Lerma) de cualquier decisión sobre la resolución de la crisis por ser parte afectada.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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