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Lanzar consignas contra el Rey no es delito; incendiar sus imágenes, sí

La quema de fotos es libertad de expresión, según cinco jueces

Organizar una manifestación en la que se muestren pancartas contra el Rey al tiempo que se corean eslóganes contra la Corona son actos plenamente amparados por la libertad de expresión. Poner boca abajo una foto de los monarcas y pegarle fuego supone, sin embargo, "un juicio inquisitorial" contra el Rey, que merece ser castigado como injurias a la Corona.

Ése es el razonamiento de la sentencia de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional que confirma la multa de 2.700 euros impuesta a los independentistas catalanes Enric Stern y Jaume Roura, que protagonizaron esos actos durante una protesta contra la visita de los Reyes a Girona el 13 de septiembre de 2007.

La resolución considera que la quema pública de fotos de la familia real puestas del revés afecta a "la dignidad, fama o estimación" de esas personas así como de "la institución [la Corona] como bien jurídico de raíz constitucional". Esos hechos serían perseguibles "incluso contra la voluntad expresa del Rey", ya que "el perdón del ofendido es irrelevante y no extingue ni la acción, ni la pena".

Roura y Stern superaron los límites de la libertad de expresión. Escenificaron un "aquelarre" o "un juicio inquisitorial": "colocando la representación gráfica del Jefe del Estado en posición claudicante, boca abajo, lo embadurnan con aceite u otra sustancia inflamable y le prenden fuego como expresión simbólica del desprecio y destrucción de la institución, pues el fuego, en el contexto en que se usa, tiene una carga negativa evidente".

Cinco de los seis magistrados que votaron en contra presentaron dos votos discrepantes. El primero, elaborado por Alfonso Guevara y suscrito por Manuela Fernández Prado, Javier Martínez Lázaro y Fernando García Nicolás, entiende que "la crítica de una institución constitucional" como la Corona "no está excluida del derecho a la libertad de expresión" y que ésta prevalece "frente al derecho al honor" del Rey. El voto de Ramón Sáez recuerda que en democracia la crítica a las instituciones "realiza los valores superiores de la libertad y el pluralismo" y considera que pegar fuego a una foto es una manera "normal" de exteriorizar rechazo.

[El presidente de ERC, Joan Puigcercós, defendió ayer al diputado Joan Tardà, que gritó "¡muerte al Borbón!" y luego precisó que no se refería al Rey sino a la institución. "Tardà cuenta con todo nuestro apoyo; una vez aclarado el contexto en el que fueron pronunciadas las palabras, esto quedará en nada", dijo Puigcercós, informa Efe].

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