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Aznar abordará la renovación del pacto con el PNV sin extenderlo a la política vasca

Luis R. Aizpeolea

Gobiemo y PNV abordarán la renovación el pacto parlamentario, pero no la extenderán a las relaciones entre sus partidos en País Vasco. Así lo manifiestan fuentes de ambas formaciones a unas horas del encuentro que celebrarán el presidente del Gobierno, José María Aznar, y el ministro del Interior, Jaime Mayor, con el lehendakari Ardanza, y el líder del PNV, Xabier Arzalluz, durante este fin de semana. En la reunión se hará balance del pacto parlamentario entre el Gobierno y PNV y se abordará la política de pacificación que divide a ambos, excluida de los pactos.

La presencia de Mayor Oreja en un encuentro con el PNV es insólita desde que el PP formó Gobierno en mayo de 1996. En las últimas ocasiones le ha sustituido el vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, ante el rechazo que el ministro del Interior provoca en el PNV por su política penitenciaria. Ha sido Aznar quien ha impuesto la presencia de Mayor Oreja en esta reunión al ser la pacificación uno de los aspectos que se abordará en el encuentro.Sin embargo, no se esperan avances en esta materia. Mayor Oreja acude a la cita con la tesis de que es ETA y el entorno de la banda armada quien debe dar pasos y no el Gobierno en matena de pacificación. Mientras no haya una tregua continuada de ETA o las incipientes divisiones en su entorno político no lleguen a las prisiones, el Gobierno continuará la política individualizada de presos.

El PNV, sin embargo, pretende que el Ejecutivo haga algún gesto con el argumento de que hay movimientos de disidencia en el entorno político de ETA, además de disponer de la reserva de un mandato del Parlamento vasco sobre la agilización del acercamiento de presos etarras a las cárceles vascas.

Todo apunta que este elemento diferencial siga siendo una de las principales banderas del enfrentamiento entre el PNV y PP en el País Vasco, y que incluso se agravará en los próximos meses con la cercanía de las elecciones autonómicas vascas que se celebrarán en otoño, según prevén fuentes de ambas formaciones. La ruptura del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Bilbao, donde PNV y PP estaban coligados hasta el mes de diciembre, fue el primer aviso de una beligerancia que aumentará hasta las elecciones.

No obstante, al PNV no le interesa llevar sus fuertes discrepancias con el PP vasco al terreno nacional, a la colaboración parlamentaria con el Gobierno de Aznar. El Ejecutivo confía, en esta línea, en disponer del apoyo parlamentario del PNV para los Presupuestos de 1999. Aznar pretende contar con la participación de este partido y de CiU en las tareas de reforma que acarreará la entrada de España en la, unión monetaria el próximo mayo, y que se abordará de manera amplia en la reunión.

Ardanza ya ha conseguido una parte importante de los compromisos que pactó con el PP en abril de 1996: renovación del Concierto Económico y cupos vascos y el reconocimiento legal de la devolución del patrimonio incautado a su partido tras la guerra civil.

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Ahora se le abre otro campo de colaboración al Gobierno y PNV en materia de desarrollo autonómico, con la cesión de la titularidad de las autopistas al País Vasco y un nuevo paquete de traspasos que próximamente consagrará la Comisión Mixta de Transferencias.

Pero también en esta materia queda abierto otro flanco, el traspaso de políticas pasivas del Inem, reclamación simbólica del Gobierno vasco que servirá también al PNV como reivindicación en la etapa preelectoral.

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