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TREGUA DE ETA

El Gobierno hará una "oferta seria" a ETA si se confirma su renuncia a la violencia

El Gobierno presentará una "oferta seria" de paz a ETA si se confirma su renuncia a la violencia. Esta propuesta, a la que aludió ayer por vez primera el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, en una entrevista con El Correo, se referirá a la reinserción de los 536 presos de la banda terrorista y excluirá concesiones políticas. José María Aznar, que el sábado departió durante una hora y veinte minutos con el Rey a su regreso de Perú, presidió ayer por la tarde un minigabinete de crisis en La Moncloa dedicado a preparar la estrategia ante la tregua de ETA. Presidencia acordó, mediante contactos telefónicos, el calendario de consultas de Aznar con los líderes de los partidos democráticos durante esta semana y la próxima.

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"Que nadie dude de que el Gobierno contemplará una oferta seria si se confirma una consolidación de la tregua. Lo que pasa es que lo dirá y lo hará en el momento que corresponda. Pero en estos momentos no se puede decir nada más". Con estas palabras, el ministro del Interior, Jaime Mayor, ha reconocido que, aunque el comunicado de ETA no se dirigía al Gobierno, éste no puede permanecer de brazos cruzados limitándose a observar los acontecimientos, sino que debe tomar la iniciativa y plantear su propia oferta.Fuentes gubernamentales indicaron que la oferta del Ejecutivo, en desarrollo de los puntos 9 y 10 del Pacto de Ajuria Enea, debe centrarse en la reinserción de los presos de ETA. Para ello cuenta con una batería de medidas, que podrían aplicarse escalonadamente, empezando por el acercamiento de los reclusos al País Vasco, continuando con la concesión de la libertad condicional a los que hayan cumplido las tres cuartas partes de la condena y culminando con los indultos.

La Constitución excluye la amnistía, lo que significa que las medidas de gracia sólo pueden aplicarse individualmente y cuando haya sentencia firme, aunque en el caso de los polimilis se optó por retirar la acusación en muchos procesos en marcha, lo que no siempre resulta posible. Las mismas fuentes admiten que, en algún momento del proceso, será preciso contactar directamente con ETA, aunque sólo sea para discutir las condiciones de la entrega de las armas, pero la elección de ese momento, así como la decisión sobre cuándo se presenta la "oferta de paz" o se empieza a flexibilizar la política penitenciaria es una de las cuestiones claves de la estrategia.

Las elecciones vascas

Por el momento, el Gobierno se mantiene firme en su postura de esperar a que pasen las elecciones vascas del 25 de octubre antes de mover ficha. "¿Vamos a precipitarnos? ¿Tengo que acercar a presos ahora?", se pregunta el ministro Mayor Oreja, para contestarse: "Primero el escenario tiene que clarificarse".El Gobierno quiere contar, en todo caso, con el respaldo de los partidos democráticos y por eso Presidencia contactó ayer telefónicamente con los responsables de las fuerzas parlamentarias para acordar el calendario de las consultas que mantendrá Aznar esta semana y la próxima.

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Previsiblemente el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, se reunirá hoy con Aznar, con quien comparte la necesidad de no precipitarse y de excluir concesiones políticas a cambio del cese de la violencia. El portavoz socialista de Justicia, Juan Alberto Belloch, abundó anoche en la Ser en esa posición. "De momento con ETA sólo se puede hablar de reinserción de los delincuentes que lo merezcan; no se puede hablar con ellos de modificaciones de la Constitución y el Estatuto Vasco porque sería reconocer que el uso de la violencia les ha servido".

Julio Anguita ya está citado para mediados de semana. Tan importante como el encuentro con Xabier Arzalluz será el que Aznar mantenga con Jordi Pujol, principal aliado del Gobierno y que, sin embargo, se ha desmarcado de la línea oficial con la Declaración de Barcelona y el apoyo en el Congreso al acercamiento de los presos vascos.

Aznar presidió ayer por la tarde, durante dos horas, un minigabinete de crisis -integrado por los dos vicepresidentes, Francisco Álvarez Cascos y Rodrigo Rato; el ministro del Interior, Jaime Mayor; el de Administraciones Públicas, Mariano Rajoy, y el portavoz, Josep Piqué- para preparar la estrategia del Gobierno y la ronda de consultas con la oposición. Durante la ausencia del presidente, de viaje en Suramérica, Cascos ha cambiado las primeras impresiones sobre la tregua con el PNV y EA, y Mayor, con los socialistas y Pujol. Aznar sólo abandonó ayer su despacho para asistir a la final de la II Copa Presidente de pádel. "He estado toda la mañana trabajando y voy a estar toda la tarde, solo y acompañado, así que dos horas sin trabajar está muy bien", dijo.

La decisión de Aznar de "enfriar" la euforia provocada por la tregua y posponer cualquier decisión hasta después del 25 de octubre le ha valido ya las primeras críticas. El consejero vasco de Interior, Juan María Atutxa, calificó ayer de "verdadera lástima" que el Gobierno "paralice" el proceso de paz por las elecciones vascas. El Ejecutivo ya cuenta con que la presión para que adopte medidas para la distensión irá creciendo y su mayor temor es que se acabe convenciendo a los vascos de que el voto a los nacionalistas es el más útil para llegar a la paz, frente a la "intransigencia" del PP y el PSOE.

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