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"Mañana tengo el coñazo del desfile; en fin, un plan apasionante"

Un micrófono abierto deja en evidencia la opinión de Rajoy sobre los actos de la Fiesta Nacional que se celebran hoy

Carlos E. Cué

Mariano Rajoy llegó al encuentro de parlamentarios populares con aspecto cansado, después de cenar el día anterior en Pontevedra con su padre, a quien ve poco porque vive en Canarias, y tras una de esas sesiones de fotos que le preparan cada vez que sale de Madrid y que tan poco le gustan, en A Coruña.

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Se sentó, saludó a su amigo y confidente Javier Arenas, ahora hombre fuerte del partido. El propio Arenas también parecía agotado, después de viajar desde A Coruña a Sevilla vía Madrid el día anterior y de nuevo desde Sevilla a A Coruña vía Madrid ayer. Rajoy se sentó en la mesa con los micrófonos ya enchufados (él tenía que conducir el acto y presentar a Ana Mato, la primera oradora) y se puso a charlar con Arenas. "Mañana tengo el coñazo del desfile... en fin, un plan apasionante", le soltó tras comentar que por la tarde tenía un acto en Lugo. Todas las radios recogieron el sonido de fondo.

Un par de horas después, el PP emitía un comunicado del líder. "Quiero reiterar mi postura ya conocida de máximo respeto, afecto y apoyo a nuestras Fuerzas Armadas. Aprovecho la ocasión para animar, otro año más, a todos los españoles a celebrar con entusiasmo la fecha que nos recuerda nuestra convivencia en común".

Pero ya poco importaba. La bomba estaba lanzada, y en el punto más sensible para Rajoy: el mundo de la derecha más conservadora, el de los militares, el del españolismo. El mismo que él exacerbó hace sólo un año y medio, al convocar a 350.000 personas al grito de "¡Viva España!" en la plaza de Colón. El mismo al que, hace exactamente un año, se dirigió con un criticadísimo vídeo en el que, en un discurso muy parecido en tono y escenario a los del Rey en Nochebuena, animaba a todos los ciudadanos a manifestar "con franqueza" su orgullo de ser españoles, defender la bandera y hacer "algún gesto que muestre lo que guardan en su corazón". "Feliz día de la nación española", concluía Rajoy en el vídeo, emitido el 10 de octubre y criticado incluso internamente por excesivo.

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Los medios conservadores comenzaron ayer las críticas contra Rajoy por su desliz. El juego de los micrófonos sin apagar, que ha traicionado a tantos políticos y que el propio Rajoy ha utilizado, se volvió ayer contra el líder del PP.

Un micrófono no apagado a tiempo dominó la última campaña electoral de Rajoy. Era la confidencia de José Luis Rodríguez Zapatero al periodista Iñaki Gabilondo en Cuatro. "Nos conviene que haya tensión", le explicó. Todos los días, en todos los mítines, Rajoy repetía el mismo esquema después de pedir silencio a miles de fieles que le escuchaban divertidos. "Habló bajito, para que no le oyeran, pero le oímos todos, quiere tensión, el que nos acusaba de crispadores quiere tensión", se calentaba.

El líder del PP, que en los últimos años ha visto cómo las tribunas de los familiares de militares abucheaban la presencia de Zapatero en el desfile, corre el riesgo de ser este año el objeto de las críticas. Los símbolos que más ha alentado, como sucedió hace tres meses con María San Gil y José Antonio Ortega Lara, se vuelven, de nuevo, contra él. El desfile al que se refería Rajoy en tono despectivo es efectivamente muy largo. Tanto, que el propio Zapatero, que tiene que estar en París a las cinco de la tarde para una reunión de urgencia con todos los presidentes de los países del euro, estará allí pero luego no podrá ir a la recepción que los Reyes ofrecen todos los años con motivo del 12 de octubre.

Mariano Rajoy con Javier Arenas y Esteban González Pons, ayer en la XII Unión Interparlamentaria Popular.
Mariano Rajoy con Javier Arenas y Esteban González Pons, ayer en la XII Unión Interparlamentaria Popular.EFE

Micrófono abierto

- Aznar y el coñazo. El 22 de marzo de 2002, José María Aznar, entonces presidente del Gobierno, intervino ante el Parlamento Europeo y al acabar se le oyó decir: "Vaya coñazo que he soltao".

- Rajoy y el "tonto del culo". El 11 de mayo de 2002, a Rajoy, entonces vicepresidente, se le escuchó decir en una rueda de prensa en La Moncloa sobre un periodista: "Este tío es tonto del culo".

- Zapatero y las dos tardes. El 24 de septiembre de 2003, el entonces líder de la oposición es corregido por Jordi Sevilla por haber confundido dos términos económicos y se oye cómo éste le dice: "Se te nota todavía inseguro... lo que tú necesitas saber para esto... son dos tardes".

- Bono y el gilipollas. En enero de 2004, José Bono, aún presidente de Castilla-La Mancha, fue sorprendido en un Comité Federal del PSOE, dando a Almunia su opinión sobre el entonces primer ministro británico: "Nuestro colega Blair es un gilipollas integral".

- Tensión en campaña electoral. El PP utilizó en la última campaña electoral una frase que Zapatero le dijo a Iñaki Gabilondo sobre los sondeos, tras una entrevista en Cuatro: "Nos conviene que haya tensión".

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