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Marruecos amenaza con desatar una crisis con España por el Sáhara

El Gobierno expresa su voluntad de mantener "las mejores relaciones posibles"

De nada han servido las declaraciones del presidente José Luis Rodríguez Zapatero resaltando la relación estratégica con Marruecos ni los esfuerzos del PSOE por aguar, en Bruselas o en Madrid, las resoluciones parlamentarias sobre los sucesos del Sáhara Occidental. Las autoridades marroquíes parecen decididas a desencadenar una crisis con España como ya lo hicieron hace nueve años cuando gobernaba José María Aznar y el entonces presidente mostró su disgusto con la no renovación del acuerdo de pesca.

El portavoz del Gobierno marroquí, Khalid Naciri, anunció ayer, al final del Consejo de Ministros, que "las circunstancias requieren una reevaluación del conjunto de las relaciones con España en todos los ámbitos".

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Desde que los saharauis erigieron, en octubre, un campamento de protesta en las afueras de El Aaiún -desmantelado por la fuerza el 8 de noviembre-, Naciri arremetía en sus intervenciones públicas contra el Partido Popular y la prensa española. Ahora le va a tocar el turno al PSOE e incluso al Gobierno.

"La resolución adoptada por el Parlamento español se caracteriza por su hostilidad hacia Marruecos y contiene párrafos y expresiones antimarroquíes que son inaceptables", según Naciri. El texto "se solidariza implícitamente con los adversarios del Reino y permanece mudo sobre la posición de Argelia (...)", se lamentó.

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El pleno del Congreso aprobó por unanimidad una moción que insta al Gobierno español a "condenar los incidentes violentos" ocurridos durante el desalojo del campamento que reagrupó hasta 20.000 saharauis. El texto va algo más allá del adoptado la semana pasada por el Parlamento Europeo, al que Marruecos replicó organizando el domingo una marcha multitudinaria en Casablanca contra el Partido Popular, supuesto instigador de la iniciativa.

El Ejecutivo español contestó ayer al marroquí con un comunicado apaciguador en el que expresó su voluntad de mantener "las mejores relaciones posibles" con Rabat "desde el respeto a las instituciones de cada país".

El Gobierno marroquí analizó "las posiciones de los partidos y actores españoles que se caracterizan, globalmente, por un tufo negativo y hostil (...)", según Naciri. Deberían más bien "haber felicitado a las autoridades marroquíes por la sabiduría y la responsabilidad" con la que actuaron en El Aaiún, presentado sus condolencias a las familias de los 11 miembros de las fuerzas de orden muertos allí y "denunciado la desinformación deliberada" de algunos medios de comunicación españoles, señalan.

Para hacer esa reevalución las dos cámaras del Parlamento marroquí se reunirán hoy en sesión extraordinaria. Antes de que Naciri saliese a la palestra para criticar al Congreso -olvidó al Senado que el miércoles se anticipó a la Cámara baja-, las organizaciones juveniles de varios partidos ya habían convocado una sentada, el sábado, ante la Embajada de España en Rabat seguida por una marcha sobre Ceuta para reivindicar su "liberación". La convocatoria fue anunciada por la agencia oficial de prensa (MAP), lo que hace suponer que cuenta no solo con luz verde sino con el apoyo de las autoridades.

El presidente del Congreso, José Bono, durante la protesta en el Congreso.
El presidente del Congreso, José Bono, durante la protesta en el Congreso.ULY MARTÍN

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