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Conflicto hispano-marroquí

Marruecos responde con un "no" a las presiones de Hillary Clinton y Ban Ki-moon

Zapatero agradece la gestión de EE UU, preocupado por "la salud de Haidar" - La diplomacia marroquí reitera en la ONU su negativa a ceder al "chantaje"

Marruecos se enroca. Dijo no primero al ministro español de Asuntos Exteriores. El jueves dio la misma respuesta a EE UU y ayer la contestación negativa fue para el secretario general de la ONU. Mientras, la activista saharaui Aminetu Haidar sigue en huelga de hambre -ayer cumplió 26 días- en el aeropuerto de Lanzarote para poder regresar a El Aaiún, de donde fue expulsada por la policía marroquí.

La secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, recibió el jueves de boca del ministro marroquí de Exteriores, Taieb Fassi-Fihri, la misma respuesta que ha obtenido hasta ahora el Gobierno español: la negativa rotunda a permitir el regreso de Haidar. Fue la primera gestión estadounidense de alto nivel en esta crisis. A diferencia del conflicto desatado por la disputa sobre el islote de Perejil, en 2002, el secretario de Estado no ha llamado al rey Mohamed VI sino a su ministro.

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Ian Kelly, el portavoz del Departamento de Estado, confirmó ayer esa conversación. "Nuestra principal preocupación es la salud de la señora Haidar en huelga de hambre desde hace mucho tiempo y que se pueda resolver esta situación", dijo. "Es un asunto bilateral entre Marruecos y España".

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Además de Clinton, varios congresistas y senadores estadounidenses, tanto republicanos como demócratas, efectúan gestiones dirigidas, por un lado, a su propia Administración y, por otro, a Rabat.

Una de las acciones más directas ha sido la llamada telefónica que hace unos días hizo el presidente del Comité Relaciones exteriores del Senado, John Kerry, al embajador marroquí en Washington para que el reino alauí flexibilice su posición respecto a Haidar.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, recibió la misma respuesta que Clinton del ministro marroquí de Exteriores con el que se entrevistó ayer. Éste acudió a Nueva York acompañado por Yassin Mansouri, el jefe del servicio secreto exterior (DGED), un hombre más poderoso en la jerarquía marroquí que el ministro. Fassi-Fihri justificó su negativa a las propuestas de solución al caso Haidar que le sometió Ban Ki-moon y cuyo contenido se desconoce. "No se trata de una cuestión humanitaria sino de una decisión política", afirmó. Marruecos, añadió, "no se deja llevar por el chantaje".

A pesar de que hasta ahora no ha dado ningún resultado, el Gobierno español confía en que la presión combinada de EE UU, junto a la de organizaciones internacionales como la ONU y la UE, acabe por convencer a Marruecos de que su inflexibilidad no sólo vulnera sus compromisos con los derechos humanos sino de que se está volviendo en contra de sus propios intereses en el Sáhara.

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se reunirá pasado mañana en Washington con Clinton, en un viaje que fuentes diplomáticas niegan que haya sido improvisado por culpa de la crisis con Rabat. Hasta ayer, sin embargo, no había sido anunciado.

Al término del Consejo Europeo celebrado en Bruselas, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero agradeció las gestiones que están realizando diversos países y organismos para desbloquear la situación. Citó expresamente a EE UU, pero no contestó a la pregunta de si su mediación responde a una demanda española. La diplomacia estadounidense, se limitó a decir, "sabe cómo y cuándo tiene que actuar y a quién tiene que comunicarlo".

Zapatero defendió su decisión de no involucrar "de momento" al Rey en la búsqueda de una solución, como han pedido Izquierda Unida y numerosas personalidades. "Debemos preservar y actuar con prudencia cuando se trate de una tarea que pueda asumir el jefe del Estado", declaró. "Ése es el principio que se deriva del modelo constitucional y lo mantendremos todo el tiempo que sea necesario y conveniente".

"De momento, vamos a mantener ese principio de que sea el Gobierno, en el ámbito del Ministerio de Asuntos Exteriores, él que se ocupe de contribuir a resolver la situación", argumentó.

El ex presidente Felipe González no dudó en recurrir al Rey para hacer gestiones con Hassan II e incluso su sucesor en La Moncloa, José María Aznar, pidió a don Juan Carlos que hiciera, en 2000, una gestión con Mohamed VI con relación a una visita a España.

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