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Marruecos tensa la relación con España en Ceuta y Melilla

Varios incidentes fronterizos provocan cuatro notas de protesta de Rabat

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se jacta de haber sido capaz de evitar, durante los seis años de Gobierno socialistas, choques frontales con Marruecos. Pero desde mediados de julio se vislumbra un encontronazo que difícilmente va a poder sortear.

El Ministerio de Exteriores de Marruecos publicó el sábado su cuarto comunicado denunciando el maltrato de las fuerzas de seguridad españolas, esta vez en la frontera de "Melilla ocupada", a ciudadanos marroquíes, que habrían sido golpeados, lo cual demostraría una "peligrosa tendencia racista".

Tras la publicación del comunicado hubo protestas de marroquíes y subsaharianos ante la Embajada de España en Rabat y los consulados de Nador y Tetuán. Les convocaron ONG locales para denunciar "las prácticas racistas de las autoridades españolas con los inmigrantes subsaharianos".

El Gobierno marroquí tacha de "racista" a la Guardia Civil

La supuesta "propensión racista" de la Guardia Civil ya fue censurada en el más vehemente de los cuatro comunicados marroquíes, emitido el viernes pasado. En él se condenaba el "comportamiento inhumano, en total contradicción (...) con los derechos humanos", del instituto armado, que al parecer abandonó a ocho subsaharianos en un "estado crítico de salud" en la costa marroquí, muy cerca de Ceuta.

La agencia de prensa oficial (MAP) publicó en portada un amplio reportaje de los ocho inmigrantes ingresados en el hospital de Castillejos, junto a Ceuta. En él un camerunés treintañero afirmaba que habían sido apresados cuando alcanzaron la costa de Málaga y devueltos a Marruecos. Los agentes "nos amenazaron, torturaron e insultaron", añadía. Todos ellos mostraban su agradecimiento a las autoridades marroquíes.

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El Ministerio de Exteriores español replicó con sendos comunicados a los dos primeros emitidos por Marruecos -el segundo conllevó incluso la convocatoria del embajador de España, Luis Planas-, pero desde entonces guarda silencio porque Moratinos "no quiere echar leña al fuego que trata de prender el vecino", asegura un diplomático.

En su última contestación, Exteriores dejaba, sin embargo, entrever una cierta irritación con Rabat. Desmentía la versión marroquí y advertía: "Singularizar estos episodios desde una perspectiva unilateral no se corresponde con el espíritu de cooperación reinante entre España y Marruecos y no contribuye a esa mejora constante en los procedimientos que a todos beneficia".

"Tengo la impresión de que vuelven momentos difíciles para las relaciones entre España y Marruecos, en lo que tiene que ver con Ceuta y Melilla", escribió, el pasado fin de semana en El Faro de Ceuta, Javier Jiménez-Ugarte, que se despedía con un artículo de su etapa al frente del Consulado de España en Tetuán. Se hacía eco una opinión generalizada en su ministerio.

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