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Montoro aduce que el CIS no publicó el sondeo vasco por el 'imprevisto' adelanto electoral

El presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas, Ricardo Montoro (CIS), asumió ayer toda la responsabilidad por las polémicas por algunas de sus encuestas recientes. Montoro negó tajante las 'injerencias y las manipulaciones burdas' del Gobierno y el PP que le atribuyeron todos los portavoces de la oposición, quienes le instaron a dimitir por su 'incapacidad'. Montoro achacó a un 'serio imprevisto científico', en alusión al anticipo de las elecciones en Euskadi para el 13 de mayo, que la encuesta preelectoral del CIS no se pudiera presentar públicamente antes de los comicios. El director del CIS rechazó las críticas al respecto. Sólo se refirió al cumplimiento de la norma que regula esa institución y obvió el hecho de que la ley electoral impide que se publiquen encuestas los cinco días previos a la votación. 'No sé por qué tenemos que competir con las empresas privadas que publican sondeos el domingo anterior [a los comicios] en los medios', zanjó.

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Su primera comparecencia en el Congreso en el año largo que lleva en el cargo consumió cuatro horas ante la Comisión Constitucional. Para explicar lo ocurrido con el sondeo preelectoral vasco, Montoro señaló que en diciembre pasado, cuando planificó el trabajo del centro, decidió que se elaboraran dos encuestas sociológicas sobre Euskadi y Cataluña. Montoro calificó de 'serio imprevisto científico' el adelanto de las elecciones vascas anunciado el 20 de febrero, dos días después de finalizado el trabajo de campo sociológico allí. Resolvió realizar del 17 al 25 de abril otro específicamente preelectoral, para no romper la cadena histórica de esos trabajos del CIS. Y se fijó como fecha tope para finalizar el trabajo el día de la votación. Opinó que lo hicieron tan bien que les sobró tiempo, ya que los datos llegaron al registro del Congreso el 9 de mayo. Pero por ley ya no podían publicarse.

Incluso el portavoz del PP Andrés Ayala expresó su deseo de que errores de planificación como ése no se vuelvan a repetir en el futuro, tras descartar, eso sí, 'la mala intención o el servilismo' partidista.

Montoro recordó para defender su independencia respecto al Gobierno que casos similares ya ocurrieron en la encuesta de marzo de 1996 sobre las generales y autonómicas andaluzas. Ninguno de esos argumentos, 'desaguisados' y 'líos de fechas' convenció a la oposición. El portavoz del PSOE, Joan Marcet, fue el primero que le exigió su dimisión por estar 'cargándose el CIS, adrede o por su torpeza'. El de CiU, Jordi Jane, le echó en cara que el 'serio imprevisto científico era para todos una clara evidencia política', algo que subrayó el diputado del PNV Josu Erkoreka. El portavoz de IU, Felipe Alcaraz, incidió en la denuncia de 65 empleados del CIS contra las 'injerencias y mentiras' del Gobierno y recordó que el portavoz del Ejecutivo, Pío Cabanillas, arguyó el 4 de mayo problemas de tabulación de ese sondeo para evidenciar que los plazos defendidos por Montoro no eran toda la verdad.

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