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Moratinos promete a Obiang que no se le desestabilizará desde España

El ministro pide al presidente de Guinea avances hacia la democracia

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, dio ayer al presidente del Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, garantías explícitas, recogidas en un comunicado conjunto, de que España no servirá de base para la preparación de eventuales golpes de Estado como el que fracasó en esa ex colonia española en marzo del pasado año. El ministro expuso, por otro lado, el deseo del Gobierno español de "acompañar y apoyar" la modernización y consolidación del Estado de derecho en Guinea.

Las dos partes manifestaron su voluntad conjunta de "continuar los contactos (bilaterales) de alto nivel de manera regular", con objeto de aclarar las desconfianzas que subsisten y abrir paso a unas relaciones normalizadas "sin sorpresas ni retrocesos". Ése es el objetivo de la política española hacia Guinea, según indican los portavoces diplomáticos.

En ese contexto, el ministro guineano de Exteriores, Pastor Michá, aceptó ayer la invitación para viajar a España próximamente. Con vistas al futuro, se habló de otros contactos de alto nivel, incluso entre los líderes de los dos países, que, según fuentes de la delegación española, se irán concretando.

En sus reuniones con el presidente Obiang, con el primer ministro, Miguel Abia Biteo Boricó, y con el ministro Michá, Moratinos ha adoptado un tono acorde con este planteamiento y muy distante de la actitud displicente que desplegó cuando Obiang retiró a su embajador en Madrid, en julio pasado, y luego ordenó acusar en la ONU al ex presidente José María Aznar de haber estado implicado en el fallido golpe de Estado de marzo.

Según el comunicado conjunto difundido tras la reunión con el presidente, el ministro reiteró "el absoluto rechazo de cualesquiera acciones de desestabilización o intentos de tomar el poder por vías no democráticas y al margen de la legalidad vigente". "Asimismo, subrayó que el Gobierno español empleará todos los medios legales a su alcance para impedir que desde territorio español se planifiquen u organicen este tipo de actividades", se añade en la declaración.

Los interlocutores guineanos insistieron en reclamar la entrega de Severo Moto, el opositor residente en España que ha sido condenado a 64 años de cárcel, bajo la acusación de estar implicado en la intentona de marzo. Moratinos respondió que la revisión del estatuto de refugiado político de Moto corresponde a los jueces, y que éstos no actuarán mientras el Gobierno guineano no presente pruebas fehacientes de la implicación del opositor en el golpe. Tampoco ocultó que la extradición solicitada es prácticamente imposible de atender desde el punto de vista del Gobierno, dado que en Guinea está vigente la pena de muerte.

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El resto de las conversaciones versó sobre la cooperación, que España se comprometió ayer a "mantener, y a ser posible reforzar", en los niveles actuales. Moratinos les dijo a los guineanos que el Gobierno español querría centrarse más en la promoción de cuadros administrativos e institucionales, dado que las autoridades del país tienen suficiente dinero como para asumir muchos de los servicios sanitarios y educativos que hoy presta o financia España.

El Gobierno de Obiang asume, de hecho, en el comunicado citado, que "la lucha contra la pobreza y la exclusión, el respeto y la promoción de los derechos humanos" son objetivos indisociables del desarrollo. Pero el paisaje urbano de Malabo o Bata refleja una pobreza extrema que contrasta con los cientos de millones de dólares que el Gobierno acumula de la renta del petróleo, y no invierte.

Pastor Michá, en la cena de trabajo celebrada el domingo en un restaurante de Malabo, donde los ministros hablaron bajo el televisor que transmitía un partido de fútbol al resto del público, le expuso a Moratinos que los guineanos pueden aceptar "consejos de amigos", pero no críticas, y menos las hechas en público.

Plácido Mico, líder de Convergencia para la Democracia Social, el único partido de oposición representado en el Parlamento, manifestó ayer, tras entrevistarse con Moratinos en Bata, que "el dinero del petróleo no ha hecho que avance el proceso de democratización sino todo lo contrario, porque ha sido utilizado para comprar voluntades, para la corrupción y para destruir a la oposición". "Lo más grave", añadió, "es que ha generado una situación de crispación e inestabilidad política en el seno del Gobierno, porque gente que eran hermanos, incluso de sangre, se han peleado por el reparto de los beneficios del petróleo".

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, en el palacio de la Moncloa en noviembre pasado.
El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, en el palacio de la Moncloa en noviembre pasado.ULY MARTÍN

Petróleo y enseñanza

Moratinos dijo ayer que había hablado poco de petróleo en este viaje, aunque sí trasladará al presidente del Repsol-YPF, Antonio Brufau, que ya tiene una concesión de prospección en aguas guineanas, el interés de las autoridades de Malabo por que visite Guinea.

El ministro español de Asuntos Exteriores comenzó ayer la segunda jornada de su viaje a Guinea Ecuatorial con una visita al Colegio Español de Malabo, institución financiada por la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) con más de 660.000 euros al año. Recorrió las instalaciones del centro, que gestiona la congregación salesiana, y visitó varias clases de distintos cursos, donde conversó con algunos de los cerca de 500 alumnos de infantil, primaria y secundaria que reciben educación en este colegio, el único del país cuya enseñanza está homologada por las instituciones académicas europeas.

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