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Reportaje:

Nacionalismo aparcado

El avance de Nafarroa Bai se apoya en el discurso moderado de sus líderes

Aunar las fuerzas de un nacionalismo disgregado y poner el acento en las políticas de izquierda para recabar el voto útil, dejando a un lado los sentimientos nacionales. Ése ha sido el secreto de Nafarroa Bai para convertirse en la segunda fuerza de Navarra. La coalición formada por Aralar, PNV, Eusko Alkartasuna y Batzarre es la única que ha sabido ganar peso a la izquierda del arco político navarro: ha subido cuatro escaños. De los ocho que obtuvieron por separado tres de las formaciones que la componen (Aralar, PNV y EA) en 2003 han pasado a 12. Y se han convertido en la llave del cambio que podría desalojar a Miguel Sanz (UPN) de la Diputación Foral con el permiso de los socialistas (12 diputados) e IU (2).

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El ascenso de los nacionalistas moderados dirigidos por el líder de Aralar, Patxi Zabaleta, lo adelantaron las encuestas. Las mismas que dicen que el 72% de los habitantes de la comunidad apoyan que Navarra se mantenga como una autonomía diferenciada.

Sólo dos de cada 10 navarros son partidarios de una unión con Euskadi. ¿Cómo explicar entonces el crecimiento de Nafarroa Bai, que mantiene una consulta sobre una hipotética incorporación a Euskadi? "El discurso orientado hacia un cambio de progreso ha tenido mucho que ver", responde Carlos Zufía, copresidente de la empresa Demoscópica Cies. "Sus dirigentes han renunciado durante los últimos meses a exteriorizar símbolos nacionalistas como la ikurriña", cuenta. Su apuesta ha sido radicalmente opuesta a la de UPN, que ha basado su campaña en un "¡que vienen los vascos!" y en acusaciones al Gobierno central y al PSN de utilizar Navarra "como moneda de cambio" en un hipotético proceso de paz con ETA. Este discurso de subsistencia casi se lleva por delante los dos ejes en torno a los que se articulaba la política navarra desde la transición (izquierda-derecha, nacionalismo-no nacionalismo), opina Carmen García Olabarri, profesora titular de Estadística de la Universidad Pública de Navarra. "Lo que estaba en juego por primera vez era la continuidad de UPN-CDN en el Gobierno o el cambio, nada más", añade. Nafarroa Bai, además de recibir gran parte del voto nacionalista, también acumula apoyos entre los no nacionalistas a la izquierda del PSOE, "e incluso de la derecha simpatizante del PNV", destaca.

Nafarroa Bai obtuvo el 27-M casi 24.000 votos más que en 2003. El PSN de Fernando Puras también subió, pero menos (cerca de 10.000 sufragios), algo que Zufía atribuye a que entre las posturas enfrentadas de Sanz y Zabaleta, el candidato socialista aparece en el centro.

Un análisis similar hace Ion Erro, candidato a la presidencia por IU, la formación más perjudicada por el ascenso de la coalición de Zabaleta (ha pasado de cuatro a dos escaños y ha perdido 15.000 votos). "Sanz, en su campaña basada en la supuesta situación de peligro en que se encuentra Navarra, ha planteado como único adversario a Nafarroa Bai con el fin de debilitar a la izquierda", señala.

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