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Nadie defendió en la Cámara la gestión de la ministra

Los diputados del PSC votaron contra la petición de destitución de la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, pero en el fogoso debate que precedió a la votación nadie defendió su gestión. El portavoz socialista, Miquel Iceta, sostuvo que en la crisis ferroviaria hay responsabilidades políticas, pero han sido asumidas ya por el presidente Rodríguez Zapatero.

Los demás portavoces fueron mucho menos diplomáticos. "Álvarez ha de ser destituida", dijo el independentista Joan Ridao, por "incompetente", por sus "malas maneras", por haber querido "endosar a otros" la culpabilidad por el "desastre". El ecosocialista Salvador Milà añadió a estos argumentos "la testarudez de la ministra" al pretender continuar dando prioridad a las obras del AVE cuando estaba ya muy claro que eran incompatibles con las Cercanías y por su "prepotencia".

El nacionalista Josep Rull dijo que la destitución era una exigencia de "higiene democrática", que era necesaria para "romper la imagen de impunidad" y, desde luego, "por no haber sabido dirigir" la crisis. El diputado del PP Josep Llobret recordó que ya su líder, Mariano Rajoy, pidió esta dimisión en el Congreso.

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