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Garzón en La Haya: "La vida sigue"

El fiscal Ocampo presenta su gran fichaje para la Corte Penal Internacional

Natalia Junquera

Luis Moreno-Ocampo se lo había pedido muchas veces. Y Garzón siempre había respondido que no a la oferta de trabajar para él porque siempre estaba muy ocupado con sus investigaciones. Ya no. La réplica del cuadro del Gernika que colgaba en su despacho en la Audiencia Nacional será trasladada ahora a un cuarto mucho más pequeño, en La Haya, porque al juez, aclara, le ha gustado mirarlo siempre de frente en sus lugares de trabajo. Donde va él, va el cuadro.

- ¿Cómo ha encontrado a Garzón?

- Ocampo: "Fenomenal. Bueno, un poco más gordito".

- Garzón: "Sabía que lo ibas a decir".

El fiscal de la Corte Penal Internacional arranca una sonrisa al juez suspendido en su primer día de trabajo juntos. Ha invitado a EL PAÍS al tribunal, en el que trabajan 300 personas de 70 países, para presentar su gran fichaje. El juez ha llegado cansado, con un catarro y una ligera afonía, pero al final del día se le ve contento. Hasta su humilde despacho, como todos los de este tribunal, donde los únicos excesos son las medidas de seguridad, han subido muchos compañeros, algunos españoles, para darle la bienvenida.

"Mi labor aquí es de consultor, no de juez, no puedo abrir investigaciones"
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"Todo es más grande, en vez de centenares hay millones de víctimas"
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Sobre la mesa tiene sus primeros deberes, confidenciales por el momento. "Mi labor aquí es la de consultor. Vengo a colaborar en lo que pueda, en función de mi experiencia. No puedo abrir investigaciones. No vengo como juez. Vengo a hacer lo que me pida el fiscal", asegura. "Yo me encuentro bien. Esto es un reto profesional importantísimo porque es un ámbito que conozco solo desde la perspectiva teórica, pero no práctica. La dificultad de investigar sobre el terreno, de obtener pruebas, el no disponer de una fuerza policial propia, garantizar la seguridad de los testigos... es un desafío. Todo es mucho más grande. En vez de 200 víctimas, tenemos dos millones y medio. Para mí va a ser muy enriquecedor porque voy a ver los crímenes que siempre he perseguido desde una perspectiva única", asegura.

Ocampo, que está entusiasmado con su nuevo compañero y no lo disimula, tiene muchos planes para Garzón. Los concretarán en junio. Quizá enviarle a alguna zona peligrosa, para que el juez pise el terreno de los crímenes contra la Humanidad. Quizá analizar antes al detalle las investigaciones del magistrado sobre crímenes de Estado (GAL) y violencia política (Batasuna) para atacar sus réplicas en otras partes del mundo. A Garzón le "abruma" un poco el proyecto, pero asegura que tiene "ganas" de empezar. Aunque la decisión de venir finalmente a La Haya no ha sido del todo voluntaria. Cuando empezó a trabajar en la Audiencia Nacional, hace 22 años, se prometió a sí mismo que no se iría hasta ver el fin del terrorismo. "Lo sigo pensando. Pero la vida sigue. No fue bueno planteárselo como un reto personal".

El magistrado sabe ya que si vuelve, nada será como antes. Y en la Corte Penal Internacional muchos le ven como el sustituto ideal del fiscal Ocampo, al que le quedan dos años de mandato. De hecho, el fiscal ha acudido de nuevo a él porque antes de irse quiere dejar establecido un manual de operaciones, un protocolo de métodos de investigación "y para eso Garzón es perfecto". Y añade: "El fiscal de la Corte Penal lo deciden los Estados miembros. Está ayudándome a mí, si lo quieren poner... Garzón tendrá que decidir, es un apasionado de la justicia universal".

El juez aclara que de momento la única posibilidad que contempla abarca siete meses, el periodo para el que ha sido contratado como asesor de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional. La Haya es conocida como "la capital mundial de la justicia". Y "el juez del mundo", como Ocampo suele llamarlo, llega a la ciudad en un momento en el que en España se ha limitado por ley la jurisdicción universal. "La justicia universal ha sufrido un retroceso en el orden legislativo en España con una norma que la limita pero que ya ha sido abordada por el Defensor del Pueblo en una resolución de enero de este año que dice que hay que interpretarla a favor de la investigación, y en ese sentido hay un campo muy amplio de interpretación" asegura.

Garzón mira por la ventana del edificio de la Corte Penal Internacional. Hace un día espléndido, pero desconfía. "¿Y la niebla?". Aún no tiene casa en La Haya. Pero ayer hizo sus primeros amigos.

El fiscal jefe de la Corte Penal Internacional de La Haya, Luis Moreno-Ocampo, ayer en su despacho con el juez Baltasar Garzón.
El fiscal jefe de la Corte Penal Internacional de La Haya, Luis Moreno-Ocampo, ayer en su despacho con el juez Baltasar Garzón.N. J.
Garzón, a su llegada a la sede de la Corte Penal Internacional en La Haya.
Garzón, a su llegada a la sede de la Corte Penal Internacional en La Haya.N. J.

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Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.

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