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Omar, ¿podemos hablar contigo?

Supuestos espías provocan incidentes en varias mezquitas y atemorizan a algunos imanes al intentar captar a confidentes

José María Irujo

El "exceso de celo" de supuestos agentes secretos que intentan captar confidentes entre imanes y responsables de asociaciones musulmanas está provocando incidentes en comunidades y mezquitas de Madrid, Toledo, Valladolid, Barcelona y Granada. Responsables de las comunidades islámicas aseguran que los incidentes se multiplican, pero Interior dice desconocerlos. "Nos faltan denuncias concretas", responde un portavoz del Ministerio.

"Hasta la tumba te mandaríamos si hablaras con alguien de esto"
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"Si colaboras, te arreglamos los papeles"

"Omar, ¿podemos hablar contigo? Vamos a tomar un café". Omar Hajjami, de 27 años, carnicero marroquí residente en España desde hace seis años y miembro de la Junta Islámica de Valladolid, se sorprendió hace un año cuando dos personas lo abordaron en una gasolinera a unos 20 kilómetros de Salamanca. "Se identificaron como policías secretas. Me contaron mi historia desde que llegué a España. Sabían todos los detalles íntimos de mi vida personal, mis préstamos en los bancos, los problemas con mi ex socio, mis cuentas".

-Omar, queremos que colabores con nosotros.

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-¿Qué clase de colaboración?

-Información sobre cualquier persona importante, personas con dinero, radicales islamistas, quiénes son los líderes, sus números de teléfono, las matrículas de sus coches, los nombres de tus clientes. Nos interesa todo. Quedamos dentro de 20 días.

-Lo voy a pensar.

Omar reconoce que tuvo miedo a decir que no. Su teléfono móvil sonó dos días después. Lo citaron en la misma gasolinera y le interrogaron sobre una colecta de la comunidad para pagar la operación en Marruecos de Ali, un imán que había sufrido un accidente de tráfico en el país magrebí. Según relata, el diálogo con los supuestos agentes fue así:

-Queremos que trabajes con nosotros. Si lo haces, tu vida va a mejorar. Vamos a solucionar tus problemas económicos.

-¿Y si no lo hago?

-Te vamos a complicar mucho la vida. Ten en cuenta que estás en deuda con nosotros porque... tú vendes drogas, ¿verdad?

-Yo no vendo drogas, pero si hoy me dicen eso, mañana me dirán que vendo armas. ¿Quiénes son ustedes?

-Somos de la Seguridad del Estado. A partir de ahora, a mí me puedes llamar Hassan.

-¿Cómo sé que son policías secretos? Si quieren que colabore, me tienen que llevar a un sitio oficial y así ayudo a España, porque la seguridad de este país es mi seguridad y la de mi comunidad.

-Trabajamos en la calle, y si te llevamos a un sitio oficial, ya no somos secretos. Entérate de quiénes eran los amigos en Salamanca de Abdennabi Kounjaa [uno de los suicidas del 11-M].

Omar relata que tras este segundo encuentro los supuestos agentes le entregaron su número de teléfono, el 653077751. Una semana más tarde abandonó España con su mujer y sus dos hijos. "Me fui a Marraquech (Marruecos). Tenía miedo de que me ocurriera algo y de que mi familia estuviera aquí sola", explica. A los seis meses regresó para solucionar problemas de su carnicería, en la plaza de Barcelona de Salamanca. Y el teléfono volvió a sonar. "Omar, soy Hassan, el amigo de la gasolinera. Te esperamos a las 11 en la Plaza Mayor", le anunció uno de los supuestos agentes.

-Tienes la obligación de colaborar con nosotros. Si no lo haces, tendrás problemas.

-Pero esto no es legal. No podéis obligarme.

-Mira esto [una pistola en la sobaquera]. Hasta la tumba te mandaríamos si hablases con alguien. O, en el mejor de los casos, te mandamos a una buena cárcel que tenemos aquí al lado.

-¿Qué tenéis contra mí?

-Somos capaces de todo.

Dos meses después le citaron en la Plaza Mayor para reprocharle que no informase del enfrentamiento que tuvo con un grupo de tabligth [prosélitos musulmanes] que dormían en la mezquita de Salamanca y ensuciaban el recinto: '¡Omar, tú mientes! ¡No nos cuentas toda la verdad!'. "Me hablaban como si me hubieran contratado. Les insistí en que aquello no era legal y su respuesta fue que ese discurso era para los políticos y la televisión", relata el carnicero. El pasado 25 de septiembre, Omar presentó una denuncia en el juzgado de instrucción número 4 de Salamanca. "Tengo miedo por mí y por mi familia", concluyó su declaración.

La policía inició una investigación y, según fuentes judiciales, hasta ahora no ha determinado la identidad de los supuestos agentes secretos porque el teléfono que le facilitaron era de tarjeta prepago. "Me parece rarísimo que en un país como España no se pueda descubrir quiénes son", dice Omar, que se ha reunido con el jefe de policía de Salamanca.

En el reciente Congreso Islámico para imanes y responsables de comunidades islámicas, celebrado en Segovia, varios asistentes expusieron su malestar, aunque sólo Omar ha denunciado. "Tienen miedo", dice uno de ellos.

Responsables de asociaciones musulmanas han renunciado a sus puestos ante "la insoportable y asfixiante presión policial". Es el caso del presidente de la comunidad musulmana en San Pablo de los Montes (Toledo), un marroquí, trabajador en una fábrica, que tiene permiso de residencia y que ha dejado su puesto.

Un dirigente musulmán que pide el anonimato lo explica así: "Estamos perdiendo a gente valiosa que abandona porque no puede soportar el exceso de celo de estos agentes, que muchas veces ni se identifican como tales. A este hombre le hicieron tantas visitas y le dijeron tantas veces: ¡Vamos a tomar un café!, que no aguantó más".

Trece comunidades musulmanas de la provincia de Toledo han recibido la visita de falsos funcionarios del Ministerio de Justicia, según sus responsables. "Recaban información sobre las actividades de la comunidad y su financiación. Piden los papeles, preguntan quién entra y quién sale, por qué se recaudan fondos en otros templos". Su queja ha llegado a la Dirección General de Asuntos Religiosos, que asegura que estos funcionarios no existen: "Nos han contado que hay gente que se hace pasar por funcionarios del Ministerio de Justicia, pero no nos han dado más detalles", reconoce un portavoz.

Éstas y otras asociaciones musulmanas reciben subvenciones para actividades culturales de la Fundación Pluralismo y Convivencia, organismo dependiente del Ministerio. Los falsos funcionarios preguntan precisamente por estas ayudas.

Un portavoz de Interior señala que no hay "elementos objetivos" de que estos incidentes los protagonicen miembros de las fuerzas de seguridad. "¿Entonces quiénes son?", se preguntan algunos afectados.

Oración del viernes en el descampado que acoge la mezquita de Santa Coloma de Gramanet, en Barcelona.
Oración del viernes en el descampado que acoge la mezquita de Santa Coloma de Gramanet, en Barcelona.CARLES RIBAS

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Sobre la firma

José María Irujo
Es jefe de Investigación. Especialista en terrorismo de ETA y yihadista, trabajó en El Globo, Cambio 16 y Diario 16. Por sus investigaciones, especialmente el caso Roldán, ha recibido numerosos premios, entre ellos el Ortega y Gasset y el Premio Internacional Rey de España. Ha publicado cinco libros, el último "El Agujero", sobre el 11-M.

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