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Otegi y Usabiaga gestaban un nuevo frente soberanista por orden de ETA

El juez los envía a prisión por ejecutar la estrategia "político militar" de la banda

El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón envió ayer a prisión a Arnaldo Otegi y Rafael Díez Usabiaga, entre otros cinco miembros de la izquierda abertzale, por formar parte de Bateragune, el órgano designado por ETA para poner en marcha su estrategia político militar. Esos nuevos proyectos de la banda, aparecidos en documentos incautados en diferentes operaciones policiales desde finales de 2008, consistían básicamente en gestar un nuevo frente soberanista similar al puesto en marcha durante la tregua de finales de 1998 -el pacto de Lizarra- pero sin el PNV. Con el tiempo, ese colectivo se encargaría de poner en marcha una hipotética negociación con el Gobierno para acabar con el "problema vasco".

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El órgano encargado de poner en marcha el plan, siempre a las órdenes de ETA, era Bateragune ("lugar de encuentro", en euskera), la "comisión de coordinación" de la izquierda radical abertzale. Garzón se basa en la total subordinación de sus integrantes a la banda y su función como ejecutores de su "estrategia político militar" para decretar la prisión incondicional del ex portavoz de Batasuna Arnaldo Otegi; el ex líder del sindicato LAB Rafael Díez Usabiaga; el ex dirigente de Haika-Segi Arkaitz Rodríguez; la ex tesorera del PCTV Sonia Jacinto y Miren Zabaleta, hija de Patxi Zabaleta, líder de Aralar.

Para los otros tres miembros de esta "Mesa Nacional reducida", como la califica el juez -el miembro de LAB José Luis Moreno, Manuel Serra y Amaia Esnal, vinculada a Askatasuna- Garzón ordenó también la prisión, aunque eludible con una fianza de 10.000 euros. Rufino Etxeberria (en prisión cuando se cometieron los hechos) y Ainara Oiz (que intentó llevarse documentos del domicilio de Miren Zabaleta tras su detención) quedaron en libertad.

El magistrado considera que existen indicios de que los ocho imputados hayan cometido el delito de integración en organización terrorista al formar parte de Bateragune, al que define como "un órgano de coordinación dirigido y controlado por ETA en el seno de la izquierda abertzale y que desarrolla los proyectos de la organización terrorista", de la que no tiene "margen de independencia".

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Garzón sospecha que Ronaldinho es el sobrenombre que utilizan los radicales en los documentos incautados para referirse a Otegi, cuyo papel considera crucial en la nueva estrategia. Según el juez, Otegi se desplazó al menos en dos ocasiones a la localidad francesa de Espelette "tomando extremas medidas de seguridad" para, supuestamente, recibir instrucciones. Uno de esos viajes sirvió para encontrarse con el antiguo responsable del aparato político de ETA Jokin Etxebarria Lagisket. En el segundo,logró eludir el dispositivo policial de vigilancia, por lo que se desconoce dónde y con quién estuvo. También mantuvo reuniones con miembros de ETA y Batasuna en prisión. El magistrado asegura también que Otegi tenía entre sus funciones "conseguir treguas encubiertas para Euskal Herria" de ETA "para facilitar los contactos y aproximaciones" de la izquierda abertzale con partidos y colectivos independentistas que repudiaran la violencia, como reclamaba la banda a Bateragune. Entre el 24 de abril y el 7 de junio de este año, ETA no cometió atentados en el País Vasco y Navarra, aunque sí puso una bomba en un repetidor de televisión de Guriezo (Cantabria), el 5 de mayo. Terminado ese acercamiento ETA volvió a golpear con toda su fuerza y asesinó a Eduardo Puelles en junio; colocó un coche bomba en la casa cuartel de Burgos y mató a los guardias civiles Diego Salvá y Carlos Sáez de Tejada en Mallorca.

[Cuatro encapuchados pararon e incendiaron anoche un autobús en el barrio bilbaíno de Rekalde tras obligar al conductor a abandonarlo, informa Efe. En San Sebastián, los radicales prendieron fuego a contenedores; y en Ondarroa (Vizcaya), quemaron contenedores y lanzaron cócteles molotov contra los cajeros de tres entidades bancarias.]

Rufino Etxeberria recibe el apoyo de sus familiares y amigos al quedar en libertad tras prestar declaración ante Baltasar Garzón.
Rufino Etxeberria recibe el apoyo de sus familiares y amigos al quedar en libertad tras prestar declaración ante Baltasar Garzón.ULY MARTÍN

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