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Roldán dice que Paesa negoció en nombre de Interior

El prófugo se negó a firmar unos primeros documentos en los que se recogían todos los delitos

Luis Roldán volvió a cantar. Ayer fue sobre las peripecias de su entrega-detención y para acusar a su amigo e intermediario Francisco Paesa y al Ministerio de Justicia e Interior de estar detrás de la falsificación de los documentos de Laos, aunque el más beneficiado era él. Roldán afirmó que se negó a firmar una primera serie de documentos que le presentaron en Laos,según los cuales podría ser juzgado en España por todos los delitos de los que le acusa la juez Ana Ferrer, y que, después de que le presentasen los nuevos documentos, que tomó por auténticos, accedióa dar su visto bueno. Roldán dijo en las cuatro horas que duró su declaración que no ha tenido ninguna participación en la falsificación de los documentos de Laos y que su firma es auténtica.

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Roldán aseguró en su declaración, que consta de siete folios, que su interlocutor fue Paesa, que contactó con él entre noviembre y diciembre del año pasado por medio de unos anuncios en dos periódicos, en los que la contraseña era KM, como había sido acordado entre ambos en abril, cuando Roldán se fugó.Según Roldán, Paesa le comunicó que había contactado con algunos funcionarios de Interior y que tenían interés en que él mediara en la entrega. Fueron Paesa y un ex agente del servicio secreto británico llamado Stuart quienes sugirieron que la entrega se hiciera en un país del sudeste asiático y le consiguieron un visado para Laos. Roldán no quiso declarar donde había estado escondido durante su fuga, argumentando que podría perjudicar a personas ajenas a este asunto, pero sí quiso dejar claro que no estuvo protegido por ninguna organización mafiosa y que, en su momento, si llega el caso, contará los detalles.

Paesa, el valedor

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El ex director de la Guardia Civil aseguró que llegó a un aeropuerto pequeño de Laos el 14 de febrero. Allí estuvo hasta el día 27, y comunicó varias veces con Paesa, que, según declaró, asumió la representación del Ministerio de Justicia e Interior español.

El capitán Tang Khan le presentó entre el 23 y 24 de febrero una primera serie de documentos en los que se recogía que Roldán podría ser juzgado por todos los delitos por los que fue dictada la orden de busca y captura internacional, y por ello él no lo aceptó. Dijo que ése no era el pacto al que había llegado, que le extraditasen por la vía judicial y no por la administrativa desde Laos, y que él no entraría entonces en pacto alguno.

El 26 de febrero le presentaron los nuevos documentos, en los que, según él, se decía que España se comprometía a juzgarle sólo por malversación y cohecho. El firmó. Aceptó las condiciones porque se los presentaron como procedentes del Ministerio de Justicia e Interior. Habló con Paesa y cuando le dijo que veía algunas cosas raras y que estaba preocupado, éste le confirmó que los documentos eran buenos, que todo iba bien y no había problemas. Paesa le dijo que él hablaba por boca del ministerio y que lo importante es que viniera, la foto y las elecciones.

Le trasladaron desde Laos a un pequeño aeropuerto próximo al aeropuerto de Bangkok, y desde allí, custodiado por Khan y otro funcionario laosiano, fue conducido en coche al aeropuerto de la capital tailandesa.

Le introdujeron en el edificio por una puerta de servicio vigilada por una persona con uniforme azul y le llevaron a la habitación de la zona de tránsito. Le entregaron una manta y la gabardina porque tenía mucho frío. A los policías españoles, según su relato, no los vio hasta las 10 o 10.15 de la noche.

Desde el día 14, toda la documentación se la había quedado el capitán Khan, que la entregó, junto con los papeles de extradición, a la policía española. En todo momento le dijeron que era una extradición.

Los policías españoles lo montaron en un avión hasta Roma, donde hicieron trasbordo a un avión militar español que le trasladó a Torrejón. Roldán se extrañó y se empezó a preocupar seriamente porque no entendía la razón del trasbordo, ya que el avión de línea regular de la compañía Thai, tiene Madrid como destino final y no Roma.

De todas formas, y siempre según sus manifestaciones, el ex director general no fue detenido en el avión español. No le leyeron sus derechos hasta que llegó a la Inspección Central de Guardia, en Moratalaz (Madrid).

Roldán aseguró que el supuesto pacto no le costó un duro. No pagó a funcionarios laosianos ni a Paesa, y el traslado de Laos a Bangkok, de Bangkok a Roma y de Roma a Madrid no le costó dinero. Roldán afirmó que todo fue organizado por los dos ministerios y da por hecho que el acuerdo entre Laos y Madrid es perfectamente válido y ajustado al derecho internacional.

El ex alto cargo agrega que le falta una hoja del pasaporte, que ha sido cortada. Concretamente aquella en la que figuraba el visado de Laos. Este detalle lo descubrió en la Inspección de la policía, en Moratalaz, cuando volvió a ver el pasaporte.

Denuncia ampliada

El abogado y cuñado de Luis Roldán, José Luis Rodríguez Porto, informó ayer a la salida de la Audiencia Nacional que el juez Garzón había dejado a su cliente en libertad sin cargos por este proceso. Roldán declaró como inculpado ante la sospecha de que pudo participar en el proceso de falsificación. de los documentos laosianos. Aunque el juez no adoptó nuevas medidas cautelares contra él, fuentes próximas al juzgado precisaron que el ex director de la Guardia Civil continúa como inculpado.

El letrado de Roldán precisó, no obstante, que éste ha ampliado ante Garzón la denuncia que ya presentó ante los juzgados de instrucción de Madrid y cuya tramitación correspondió por reparto al juzgado número 11. La titular de este juzgado, María Tardón Olmos, decidió el pasado miércoles inhibirse en el conocimiento del caso y remitir la denuncia a Garzón por entender que el magistrado tuvo conocimiento previo de los hechos, debido a la denuncia que ya formuló el empresario José María Ruiz Mateos y a que es el juez competente para investigar un delito presuntamente cometido por un español en el extranjero.

El fiscal de Madrid ha recurrido la decisión porque considera que no se ha acreditado que el delito de falsedad fuese condenado en el extranjero.

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