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Garzón vuelve a encarcelar a Planchuelo al acusarle de financiar dos atentados de los GAL

El juez Baltasar Garzón ordenó ayer el ingreso en la prisión de Soto del Real (Madrid) del ex jefe superior de Policía de Bilbao Miguel Planchuelo, al que acusa, según fuentes jurídicas, de haber organizado y financiado en febrero de 1986 los atentados de los GAL contra los bares Batzoki y La Consolation, en el sur de Francia. El juez Garzón imputa a Planchuelo seis asesinatos frustrados, los mismos delitos por los que los ex policías José Amedo y Michel Domínguez fueron condenados a 108 años de cárcel en ese mismo sumario 1/88. En el caso de Planchuelo, Garzón añade en su auto de prisión el delito continuado de malversación de fondos reservados.

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El fiscal jefe de la Audiencia Nacional, José Aranda, solicitó en un primer momento el ingreso en prisión de Miguel Planchuelo a requerimiento de Garzón, pero finalmente, al considerar que se trata de un funcionario policial que no es previsible que eluda la acción de la justicia, emitió un informe en el que simplemente no se oponía a su prisión preventiva.El ahora encarcelado se encontraba en libertad bajo fianza por el sumario en el que Garzón investiga el secuestro de Segundo Marey a manos de los GAL. Precisamente ayer hacía 15 días que Planchuelo había sido puesto en libertad en esa causa por decisión de la Sección Primera de lo Penal de la Audiencia Nacional.

Amedo y Domínguez mantuvieron ayer careos por separado con Miguel Planchuelo en los que, según las primeras informaciones, abrumaron con datos y detalles a su antiguo jefe. Sin embargo, José Aníbal Álvarez, abogado defensor de Planchuelo, afirmó anoche que su cliente se había mostrado tan firme o más que Amedo y Domínguez, si bien el juez creyó a los dos ex policías ya condenados, con lo que, a su entender, se vulneraba el principio de presunción de inocencia.

Además de las declaraciones de los ex agentes que implicaban a Francisco Álvarez y Miguel Planchuelo en la organización de estos atentados, el juez Garzón cuenta también con que, según otros acusa dos, Planchuelo pagó los al quileres de los pisos donde los mercenarios de los GAL dejaban los recados y estable cían las citas por medio de contestadores automáticos. Uno de estos pisos estaba a nombre de Félix Tellechea, identidad falsa que ha sido utilizada por el inspector Francisco Saiz Oceja, acusado de participar en el secuestro de Marey.

Francisco Álvarez, que fue jefe del Gabinete de Operaciones Especiales del Ministerio del Interior [mando antiterrorista] en el momento de los hechos, también prestó declaración y quedó a disposición del juzgado, a la espera de que se practiquen dos diligencias que le afectan. Álvarez quedó en libertad por falta de pruebas, debido a que Amedo y Domínguez, que le implicaron como organizador de estos dos atentados, cometidos por mercenarios portugueses de los GAL, no aportaron documento alguno, según informaron fuentes jurídicas.

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A disposición del juez

Sin embargo, la cautela del magistrado de que Álvarez quede a disposición del juzgado presagia que el juez tiene elementos para seguir investigando sobre su posible participación en los delitos que imputa al ex alto cargo de Interior.

La última vez que Garzón dejó alguien a su disposición, fue a Ricardo García Damborenea. Dos semanas después de haber declarado por primera vez en el caso, y tras disponer de los informes periciales grafológicos. que le inculpaban en el secuestro de Segundo Marey, ordenó el ingreso en prisión del ex secretario general de los socialistas de Vizcaya.

Al encontrarse secreto el sumario, se desconoce a qué extremos se refieren las diligencias pendientes, aunque fuentes jurídicas han comentado que también podría tratarse de la financiación de los atentados contra los bares Batzoki y La Consolation con cargo a los fondos reservados. En estos atentados resultaron gravemente heridas seis personas.

Amedo declaró en su día que pagó a los mercenarios portugueses a los que se encargó la acción poco antes de que volviesen a Portugal tras los. atentados con un voluminoso sobre que contenía dinero, que, según su versión, le habían dado en el despacho de Planchuelo y que procedía de Madrid.

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