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PNV y CC emplazan al Gobierno a que abra ya la negociación del Presupuesto

Rajoy exige elecciones en el último pleno del curso político en el Congreso

Los portavoces del PNV y de Coalición Canaria están sorprendidos de que aún no han recibido la llamada del Gobierno para empezar a negociar los Presupuestos para 2012. Y eso les lleva a pensar en la posibilidad de elecciones anticipadas, porque otros años a estas alturas ya ha habido varias reuniones para empezar a examinar las grandes cifras de las cuentas, cuyo proyecto debe salir del Consejo de Ministros a finales de septiembre.

Sí hay contacto permanente del Gobierno con sus dos socios parlamentarios preferentes, pero más bien para analizar el desarrollo de los acuerdos del año pasado y su grado de cumplimiento y para cerrar asuntos pendientes. Así lo explica, por ejemplo, Ana Oramas (Coalición Canaria), que ha detectado poca prisa en el Gobierno para abordar los Presupuestos y otros asuntos pendientes, como la negociación colectiva, que ha quedado para septiembre por voluntad del Ejecutivo.

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Y no será porque PNV y CC no hagan guiños continuos sobre su disposición a mantener el apoyo parlamentario y llegar, si hace falta, hasta el mes de marzo. Ayer mismo, en el debate sobre la cumbre europea, el portavoz del PNV, Pedro Azpiazu, le habló abiertamente a Zapatero de su "conocido ejercicio de responsabilidad" y de la necesidad de "estabilidad, credibilidad y confianza". "Pero, como se diría en inglés, todo ello es up to you. Está en sus manos, usted decide", le dijo. Incluyó, no obstante, una referencia al "final de la legislatura", porque muchos en el hemiciclo tenían ayer la sensación de que era la última vez en que Zapatero subía a la tribuna de oradores, después de seis legislaturas y 22 años ininterrumpidos como diputado.

"Coalición Canaria seguirá en su actitud de tender puentes hacia acuerdos viables, aunque eso le cueste la constante crítica de los que apuestan por la confrontación permanente", le dijo Oramas a Zapatero, ofreciéndose también para el acuerdo en lo que resta de legislatura.

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El presidente del Gobierno les respondió con agradecimientos, pero sin emplazamientos a negociar en el futuro: "Le puedo decir, señor Azpiazu, que usted sí ha estado a la altura de las circunstancias, y por extensión su grupo", y "señora Oramas, quiero reiterarle nuestro agradecimiento por su actitud siempre responsable y constructiva de querer ayudar".

En su intervención inicial y sus larguísimas réplicas, Zapatero no hizo la más mínima referencia al final de la legislatura, ni dio pista alguna sobre los próximos Presupuestos o la disponibilidad a negociarlos. Eso a pesar de que la idea fundamental del discurso de Mariano Rajoy volvió a ser la petición de elecciones. Incluso utilizando como recurso la horticultura y la metáfora: "Las flores marchitas que se ajaban sin dar fruto", "el epílogo más breve posible" y "el Gobierno crepuscular", para concluir que "este es un Gobierno sumido en la nostalgia y del que no se espera más novedad que la fecha de las elecciones".

Zapatero se limitó a contestar: "Ya que ha hablado tanto, al final como siempre hace, de las confrontaciones electorales y los momentos electorales, a mí me ha pasado como al Grupo Socialista, una vez que le hemos escuchado y que le escuchamos una y otra vez decir lo que dice y después de escuchar al candidato del Partido Socialista, cada vez estamos con mejores expectativas y más animados. Eso es lo que le puedo decir después de escuchar su intervención".

En esa petición de elecciones, Mariano Rajoy no estuvo solo, porque lo que era un debate sobre la cumbre europea terminó siendo, como es habitual, un análisis de la política económica del Gobierno. Con el líder del PP, aunque con mucho matices, estuvo el portavoz de CiU, Josep Sánchez Llibre, para quien, si el Gobierno no es capaz de finalizar las reformas estructurales, "lo mejor que puede hacer" es convocar las elecciones rápidamente, "para no perder el tiempo".

Sánchez Llibre reclamó al Gobierno que acelere las reformas relativas a las políticas activas y a la negociación colectiva, así como que acometa un plan de choque para generar empleo a corto plazo. Esas reformas están ya en vigor, porque fueron aprobadas como decreto pero están pendientes de posibles modificaciones en su trámite parlamentario, que no culminará en ningún caso antes de septiembre. La izquierda, es decir, Joan Ridao (ERC), Gaspar Llamazares (IU) y Francisco Jorquera (BNG) volvieron a afearle que, en su opinión, el Gobierno haya hecho una política de derechas. Y Rosa Díez (UPyD) afeó a Zapatero que haya cedido ante los partidos nacionalistas.

Acabado el debate, Zapatero volvió a pasar por el despacho del presidente del Congreso, José Bono, guardián de los secretos del jefe del Gobierno en los últimos meses. Esta vez la reunión duró solo unos minutos y Bono, de forma ceremoniosa, acompañó a Zapatero hasta la puerta. El Pleno queda cerrado, al menos, hasta septiembre.

José Luis Rodríguez Zapatero, a la izquierda, y José Bono, en un pasillo del Congreso.
José Luis Rodríguez Zapatero, a la izquierda, y José Bono, en un pasillo del Congreso.ÁLVARO GARCÍA

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