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La ofensiva terrorista

El PNV se alinea con el Gobierno y afirma que no hay bases para el diálogo

Imaz exige a Batasuna que "desarme" a ETA y condene el atentado de Barajas

El presidente del PNV, Josu Jon Imaz, cargó ayer con dureza contra Batasuna y le recriminó que, tras el atentado de Barajas, pretenda reivindicar la continuidad del proceso de paz, máxime cuando en los últimos meses ha afirmado que estaba bloqueado y corría riesgo de fracasar. Imaz declaró "inexistentes" las bases del proceso, dijo que se ha retrocedido al momento anterior a la declaración de Anoeta en 2004 y consideró esencial mantener las "redes de confianza" con otros partidos tejidas en estos meses.

"No vamos a permitir que (ETA) dinamite la confianza entre quienes avalamos este "proceso"
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Imaz recordó ayer las numerosas ocasiones en las que, desde finales del pasado verano, Batasuna ha dicho que el proceso estaba "quebrado, que no hay proceso, que está suspendido", para mostrar su indignación por la pretensión de los abertzales de declararlo ahora "más vivo que nunca", justo "cuando ETA pone una bomba de 500 kilos y mata a dos personas". "¿Nos hemos vuelto locos o qué?", exclamó Imaz, enfadado, en respuesta al emplazamiento realizado ayer por Batasuna, que se apoyó en la posición del Gobierno autónomo para que las fuerzas políticas vascas continúen con el diálogo, pese a que el Ejecutivo central lo dé por "liquidado".

El líder del PNV fue muy claro en su exposición, aunque tuvo que evitar los adjetivos para no identificarse en demasía con los utilizados por el Gobierno central y a la vez no desautorizar al Ejecutivo de Juan José Ibarretxe. El lehendakari considera el proceso abierto, aunque en situación "difícil" y "complicada", según expresión de la portavoz de su Gabinete, Miren Azkarate.

Para Imaz, por el contrario, que advirtió que no entraría en debates semánticos para definir el estado en que se halla el proceso de paz, resulta "evidente" que las bases en las que se ha sustentado el proceso de paz y el diálogo político iniciado entre las fuerzas políticas son ahora "inexistentes". "Lo desgraciadamente reseñable es que no se cumplen las condiciones básicas para ese final dialogado, porque es evidente que no hay voluntad inequívoca de abandonar la violencia, sino todo lo contrario", recalcó.

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Para Imaz, la situación no se retrotrae sólo al momento anterior a la declaración del alto el fuego de ETA, en marzo de 2006, sino que retrocede casi dos años más, hasta antes de la declaración de Anoeta en noviembre de 2004, porque la "docilidad y sumisión" de Batasuna a ETA ante el "tremendo atentado" de Barajas frustra las esperanzas suscitadas por aquel compromiso con la política, y sólo con la política. En este sentido, invitó a Batasuna a que cobre autonomía y alce la voz para "dar una respuesta de condena al atentado". "A Batasuna le corresponde desarmar a ETA", sentenció.

Imaz consideró esencial preservar las "redes de confianza" y la ruptura de la incomunicación con otros partidos -singularmente con el PSE, aunque no lo mencionó-, que se han tejido en estos meses. De hecho, el contacto entre Imaz y los máximos dirigentes socialistas en Madrid y en Euskadi ha sido y es continuo en estos días. Imaz ha hablado con dirigentes de Ferraz y también con Patxi López varias veces. Asimismo, el portavoz de su ejecutiva, Iñigo Urkullu, ha mantenido y mantiene una comunicación fluida con el coordinador de la ejecutiva del PSE y miembro de la federal del PSOE, Rodolfo Ares. Ayer le escuchó en persona el portavoz del PNV en el Congreso, Josu Erkoreka, sobre quien recaerá la semana próxima la interlocución con el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en los contactos anunciados, en busca de un nuevo consenso antiterrorista. Imaz ya advirtió ayer que los mimbres del Pacto Antiterrorista entre el PP y el PSOE de 2000 no le servirán tampoco ahora a su partido. "Ese pacto es pasado", sentenció. Pero también afirmó solemnemente que el PNV "participará en todas las iniciativas de diálogo que busquen acabar con la violencia y construir un futuro de paz y libertad". "No vamos a permitir que [ETA] dinamite la confianza y el diálogo que ha surgido entre las formaciones que avalamos este proceso", dijo, pero sólo entre aquellas que lo han hecho "desde convicciones firmes contra la violencia", precisó. De esta última condición se ha caído Batasuna con su silencio ante el atentado. Sólo si esa formación "condenara mañana el atentado, el escenario sería completamente diferente", matizó.

Imaz subrayó que el cese de la violencia es la llave de cualquier proceso de paz y consideró que las condiciones básicas para el final dialogado contenidas en la resolución del Congreso de mayo de 2005, derivada del único acuerdo totalmente unitario en relación con la violencia, el Pacto de Ajuria Enea, "no se cumplen". "Nadie puede defender honestamente que se dan", insistió.

El PNV se mantendrá en los principios del documento sobre pacificación aprobado en el otoño de 2005, que declaró "en vigor a todos los efectos".

Desde las filas del Gobierno vasco se emitió también ayer un mensaje diferente. El consejero de Justicia, Joseba Azkarraga (EA), señaló que no se puede atribuir toda la responsabilidad "a una parte", en referencia a ETA. "Alguna responsabilidad tendrá la otra parte", dijo en referencia al Gobierno central.

El presidente del PNV, Josu Jon Imaz, durante la rueda de prensa de ayer en Bilbao.
El presidente del PNV, Josu Jon Imaz, durante la rueda de prensa de ayer en Bilbao.LUIS ALBERTO GARCÍA

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