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ELECCIONES 2008 | Los resultados en el País Vasco y Navarra

El PNV anuncia una "reflexión" tras la caída del nacionalismo

La derrota peneuvista deja tocada la 'hoja de ruta' de Ibarretxe

El PNV va a abrir a partir de hoy una "reflexión seria y serena" sobre "por dónde se mueve la sociedad vasca", tras la jornada de ayer. Lo anunció su presidente, Iñigo Urkullu, rodeado de dirigentes y candidatos de su partido, tras reconocer que perder un diputado y cuatro senadores, y ser batido netamente por los socialistas, no son los resultados que "hubiéramos esperado". La derrota es más dolorosa porque, además de quedarse como segunda fuerza de Euskadi por escaños y votos, ha perdido por primera vez en su bastión de Vizcaya.

Pese a quejarse de que la alta polarización del voto había perjudicado sus expectativas, Urkullu admitió que la tendencia marcada por las urnas tiene aspectos estructurales que deben analizarse. El PNV había pedido a sus votantes un esfuerzo para tener un "grupo fuerte" en el Congreso y poder condicionar al partido ganador si no obtuviera mayoría absoluta. Sin embargo, los resultados propios (con pérdidas notables en las tres provincias), conjugados con los ajenos, suponen un serio revés para sus aspiraciones.

La reflexión apuntada por Urkullu va a tener consecuencias sobre la "hoja de ruta" definida por el lehendakari Ibarretxe. Se ha desvanecido la esperanza peneuvista de que Rodríguez Zapatero se viera forzado a tener que abrir una negociación con el lehendakari sobre el reconocimiento del "derecho a decidir". Por el contrario, con el estado de opinión del electorado vasco que han reflejado las urnas, el calendario de Ibarretxe para llevar adelante su plan se convierte en un grave problema para el PNV. Quizá por ello, en la campaña puso sordina a la consulta y destacó, como ayer Urkullu, su oferta de "mano tendida" a Rodríguez Zapatero para abrir un "diálogo político" que permita encauzar el llamado contencioso vasco.

Las malas noticias para los nacionalistas continúan en Euskadi con la salida del Congreso de Eusko Alkartasuna. El partido de Unai Ziarreta ha perdido en Guipúzcoa el único escaño que tenía y que ha mantenido desde su nacimiento en 1986 como una escisión del PNV.

Mejor le han ido las cosas en Navarra, donde la coalición Nafarroa Bai (Aralar, EA, PNV y Batzarre) reedita el escaño que logró en la anterior legislatura Uxue Barkos, pero sin avanzar posiciones. NaBai ha vuelto a los registros de 2004, tras el sorpasso de las elecciones al Parlamento navarro de mayo, cuando la alianza nacionalista desplazó a los socialistas como segunda fuerza.

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