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El PNV salva su crisis con la apuesta de un referéndum soberanista sin fecha

La ponencia que define la estrategia y los objetivos políticos del Partido Nacionalista Vasco para el futuro, consensuada por los dos sectores enfrentados en el partido, contempla la posibilidad de realizar directamente una consulta a la sociedad sobre el derecho a decidir, en el caso de que no sea posible articular un acuerdo previo entre los partidos vascos o entre sus instituciones sobre el futuro de Euskadi. Con esta fórmula se salvan las dos posiciones, la representada por el presidente de la ejecutiva, Josu Jon Imaz, que ha insistido en la necesidad de que la consulta esgrimida por Ibarretxe sea para refrendar un pacto entre las principales corrientes políticas de Euskadi, y la del propio lehendakari y Egibar, partidarios de utilizar este mecanismo para legitimar las tesis más soberanistas.

"Recuperar la soberanía nacional", derecho a decidir y pacto con otras formaciones definen el plan del PNV
El consenso en la ponencia deja abierta la incógnita sobre acuerdos en las listas para la ejecutiva y la presidencia
La ponencia aboga por un acuerdo entre todas las fuerzas políticas, pero no lo cree imprescindible para el referéndum

En la parte final de la ponencia, según adelantó ayer Radio Euskadi, el PNV plantea como retos impulsar el derecho a decidir como vía para la "normalización política". Dentro de los equilibrios realizados para atender los requerimientos de los dos sectores, y tras recordar las distintas iniciativas planteadas en este sentido (el Pacto de Ajuria Enea, el Acuerdo de Lizarra, el Plan Ibarretxe o las conversaciones últimas del PNV, PSE y Batasuna), el PNV plantea someter a refrendo de la sociedad vasca una formulación sobre la concreción del derecho a decidir. Sin embargo, la consulta se condiciona a que sea para ratificar un acuerdo entre las distintas fuerzas políticas (nacionalistas y no nacionalistas) y entre las instituciones vascas y las del Estado, lo que obligaría a intentarlo antes de dar cualquier otro paso. Además, este refrendo debe producirse en un escenario de respeto de "los derechos humanos y las libertades democráticas". Con este texto se reformula el requisito de "ausencia de violencia y sin exclusiones [ilegalizaciones]" que se autoimpuso Ibarretxe.

No obstante, para dar una salida a las aspiraciones más soberanistas, la ponencia proclama que la consulta popular es "una herramienta democrática y viable" y contempla la posibilidad de recurrir a ella en el caso de un bloqueo de todas las iniciativas de normalización, para "desatascar" una situación de parón. En ninguno de los dos supuestos se precisan plazos temporales, aunque la ponencia está destinada a un periodo de cuatro años.

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El portavoz del PNV, Íñigo Urkullu, declaró ayer que la estrategia de su partido estará centrada en la apuesta por "recuperar la soberanía nacional" y por avanzar hacia la normalización política mediante el impulso al derecho a decidir. Ambos sectores del partido se sienten "reconocidos y reconfortados" en el texto pactado, afirmó. La mayoría que representa el actual líder del PNV, Josu Jon Imaz, parece haber sacrificado la mención expresa a la transversalidad en los acuerdos que deben preceder a la consulta.

El modo de entenderla es el principal caballo de batalla interno, oficializado desde que Imaz hizo pública este verano en un artículo su posición contraria a su celebración, si no es como refrendo de un pacto de amplio espectro entre nacionalistas y no nacionalistas asumido por las Cortes. Incluso advirtió de que esa iniciativa, llevada a cabo en otras circunstancias, fortalecería a ETA y serviría de excusa a la banda. El acuerdo deja en el aire igualmente las otras dos cuestiones fundamentales ante la Asamblea General que el PNV celebrará los días 1 y 2 de diciembre: si existirá una sola o dos candidaturas (como ocurrió hace cuatro años) para la ejecutiva nacional y la presidencia del partido, y la continuidad de Imaz al frente de éste o su sacrificio para ceder el paso a un candidato de consenso, que impida un segundo combate entre el actual presidente y su contrincante en 2004, Joseba Egibar.

Falta aún tiempo para que se diluciden ambas cuestiones, pero algunas fuentes apuntan ya a la continuidad de Ibarretxe como candidato a lehendakari en 2009 como contrapartida, o complemento, en lenguaje interno, a la de Imaz.

El texto, que ayer se envió a las ejecutivas provinciales del partido y hoy se publicará en su integridad, realiza un diagnóstico de situación. El PNV asegura que se han "agotado" tres ciclos: el de ETA, el sistema de bloques de la política vasca y la estrategia conjunta de los partidos constitucionalistas en España. Como retos de futuro el partido nacionalista se marca trabajar por "la paz y la normalización", el reconocimiento del derecho a decidir y la construcción social.

Patxi López: "Abunda en el error"

Abundar en las propuestas soberanistas, en la defensa de una comunidad nacionalista y en el plan Ibarretxe supone "abundar en el error", aunque sea todo el PNV el que lo sostenga, recalcó ayer el secretario general del PSE, Patxi López, a falta de conocer en su integridad la ponencia política peneuvista.

López, quien ofreció una rueda de prensa en Bilbao tras la reunión de su ejecutiva el pasado lunes, centró sus críticas en el Gobierno tripartito vasco (PNV, EA y EB), "débil, dividido, paralizado e ineficaz", y en el lehendakari, a quien afeó que se alinee con "los sectores más rancios" del PNV.

A Ibarretxe le advirtió de que la normalización no llegará a Euskadi gracias a un "acuerdo amable con España", como le gusta decir al lehendakari, sino por "un acuerdo transversal entre los vascos que amplíe el consenso político". La ponencia del PNV elude ese término ("transversalidad") al hablar del acuerdo previo a la consulta.

López dijo que la "prioridad absoluta" es combatir a ETA para que todos puedan "hacer política en las mismas condiciones". "Nunca cederemos. ETA ni es ni será nunca interlocutor político", abundó. Sólo tras el fin de la violencia, vendría la búsqueda de ese acuerdo, su aprobación en las Cortes y un referéndum en Euskadi.

Aralar anunció que propondrá en el pleno de política general del próximo día 28 que se ponga ya fecha a la consulta, haya o no acuerdo transversal y persista o no la violencia. Su líder, Patxi Zabaleta, corrigió así la posición que expresó él mismo en julio. Entonces señaló que antes de la consulta había que asegurar una situación de paz que los partidos pudieran certificar.

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