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PP y PSOE arrancarán la campaña con grandes mítines en Valencia

Los socialistas irán a la plaza de toros, y los populares, al campo de fútbol

Si tú alquilas una plaza de toros, yo reservo un estadio de fútbol. Así empieza la apuesta para la campaña electoral entre el Partido Popular y el PSOE. Los socialistas, tradicionalmente, inician sus campañas electorales en Valencia, y para esta ocasión, José Luis Rodríguez Zapatero dará su primer mitin en la plaza de toros de esa ciudad el próximo 9 de mayo, día de arranque de las dos semanas de mítines continuos. Los populares, que confían en mantener su control total de la Comunidad Valenciana, han doblado la apuesta y, sin siquiera tener confirmación de cuál será la ciudad en la que el líder de los populares, José María Aznar, arranque la campaña, han reservado el estadio de fútbol de Mestalla.

Arrancar en Valencia no es una novedad para el PSOE. Siempre lo ha hecho así y, de nuevo, acudirá el próximo 9 de mayo, viernes, a la pega de carteles e inicio de la campaña en la plaza de toros de la ciudad. Como ha hecho siempre, esta vez también intentarán un lleno total que supondrá la afluencia de 25.000 personas. José Luis Rodríguez Zapatero, secretario general del PSOE, pisará por primera vez esta plaza como ya hiciera el anterior secretario general, Joaquín Almunia en las elecciones de 2000 y, muchas veces, el anterior presidente del Gobierno Felipe González.

El Partido Popular solía dejar esta importante plaza, por votos y por escaños, para el final de la campaña y en las últimas elecciones eligió el campo de fútbol del Mestalla, con una escenografía muy cuidada y con actuaciones de apoyo explícitas de los cantantes Raphael y Julio Iglesias, para cerrar las dos semanas de maratón electoral.

Ahora, aunque no hay nada decidido oficialmente sobre cuál será la ciudad que elegirá el presidente para iniciar el mitin en sesión continua en el que acaban convirtiéndose las campañas electorales, los populares valencianos ya han reservado el estado de fútbol de Mestalla, que más que duplica el aforo de la plaza de toros. Vaya o no Aznar, están convencidos de que lo llenarán. Y, además, intentarán convencer a Aznar para que acuda.

Su objetivo es demostrar, desde ese primer día, que la capacidad de convocatoria de los populares en la Comunidad Valenciana no tiene competencia y que, por tanto, ni el gobierno autónomo ni las principales ciudades corren el más mínimo riesgo de cambiar de manos hacia los socialistas. Y eso que el PP estrena candidato a la Generalitat. Francisco Camps pretende revalidar la amplia mayoría absoluta lograda hace cuatro años por Eduardo Zaplana, ahora ministro de Trabajo pero presidente del PP en Valencia e indiscutido hombre fuerte del partido en esa comunidad autónoma.

De hecho, no sólo Camps se la juega en Valencia. Un buen resultado sería también capitalizado por el ministro como una demostración de cómo hacer las cosas. Es decir, de cómo evitar que una comunidad autónoma se vea afectada por los problemas que han tensionado a la opinión pública en toda España durante el último año, la huelga general, el Prestige y la guerra en Irak.

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Junto con la Comunidad Autónoma, el PP gobierna en las tres capitales de provincia y sólo ve un mínimo riesgo en la Diputación Provincial de Alicante y, en el peor de los casos, en la ciudad de Alicante.

Voluntad de ganar

El PSOE acude en esta ocasión a Valencia con gran ánimo, con voluntad de ganar. Cuenta a su favor que sus compañeros del PSPV han abandonado las luchas intestinas que les han caracterizado durante muchos años y todas las familias apoyan al candidato a la presidencia de la comunidad, Joan Ignasi Pla, ahora diputado.

Después de Valencia, a Zapatero le esperan la mayoría de los candidatos a las presidencias autonómicas y a las principales alcaldías para que protagonice los principales actos electorales. Este fin de semana, Zapatero asistirá a actos organizados por el PSC en Tarragona y Lleida y, con estas visitas, culminará su primera vuelta a todas las provincias españolas desde que fue elegido secretario general en julio de 2000.

José Luis Rodríguez Zapatero, ayer, tras su reunión con el presidente argentino, Eduardo Duhalde.
José Luis Rodríguez Zapatero, ayer, tras su reunión con el presidente argentino, Eduardo Duhalde.ULY MARTÍN

A mitin diario

Las dos semanas de campaña electoral prometen ser agotadoras. El presidente del Gobierno tiene previsto dar un mitin diario. Los populares tienen cada día más claro que el 25-M se juegan mucho, pues será en esa cita electoral donde se pueda medir la respuesta ciudadana a la más controvertida decisión de José María Aznar: alinearse sin matices con EE UU en la crisis y en la guerra de Irak. Aunque todos en el PP y el Gobierno, de Aznar al último cargo municipal, insisten, subrayan y reiteran que las elecciones son municipales y autonómicas, saben que son mucho más que eso. Serán también la medida del rechazo al PP y la medida de las posibilidades reales que el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, tiene de competir como caballo ganador para las elecciones de 2004, a las que no se presentará Aznar. Por eso, como dijo hace meses Francico Álvarez Cascos, el 25-M es una montaña. Desde allí se verá lo que esconde el valle.

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