El PP anuncia la primera reprobación de un ministro

El PP ha encontrado un asunto al margen de la crisis para endurecer su oposición: la obra de Miquel Barceló. Los ocho millones de euros que el Estado gasta en la cúpula de la sede de la ONU en Ginebra le han caído del techo al PP y le dan artillería para centrar la sesión de control al Gobierno, descalificar al Ejecutivo y presentar la primera reprobación a un ministro en esta legislatura.

Miguel Ángel Moratinos, ministro de Exteriores, ya pasó la anterior legislatura por este trance, que no prosperará por pura aritmética parlamentaria, que carece de efectos prácticos, pero que busca el desgaste y calentar el clima político. Sirve también para agitar a los que desde las filas del PP claman una oposición más dura.

Tres diputados del PP, Miguel Arias Cañete, Jorge Moragas y Gonzalo Robles, lanzaron contra la obra de Barceló, inaugurada el martes por el Rey, una catarata de descalificaciones como "gotelé millonario", "gasto desproporcionado", "salvajada", "injusto", "ilegal", "inmoral", "barbaridad"...

Su tesis es que la obra es cara, que se han detraído 500.000 euros de los Fondos de Ayuda al Desarrollo y que no se ha hecho concurso de ideas. La portavoz del PP, Soraya Saénz de Santamaría, remató en el pasillo el redoble de sus diputados anunciando que hará que el Congreso vote la reprobación del ministro. Y estudian la del titular de Trabajo, Celestino Corbacho, por el paro. No le valieron las explicaciones de Moratinos al defender a ultranza la obra -"estamos orgullosos"- y al argumentar que no es lo mismo el Fondo de Ayuda al Desarrollo que la Ayuda Oficial al Desarrollo. Su versión es que la financiación de la obra salió en parte de la partida destinada a las aportaciones españolas a organismos internacionales no financieros, entre ellos la ONU, no de la ayuda al desarrollo. No pudo evitar que el debate derivara en un concurso por ver quién dedica más dinero al desarrollo y en un combate de comparaciones sobre lo que se podría haber hecho con esos 500.000 euros. Según el PP, pagarían 20 dispensarios en Haití; ocho colegios en Guatemala para 2.000 niños; tres acueductos en Colombia para 36 aldeas y 578.000 vacunas.

Moratinos intentó explicar que no se ha hecho a costa de esa ayuda y contrapuso el millón de vacunas en África que ha financiado este Gobierno y los 63 millones invertidos en educación en ese continente con la inacción de la etapa del PP en el Ejecutivo.

Asistieron más diputados que nunca desde que la sesión de control se celebra por la mañana. Sólo faltaron los del PP identificados con el sector que pide más presión al Gobierno: Ángel Acebes, Ignacio Astarloa, Juan Costa y Gabriel Elorriaga, entre otros. Se perdieron ver cómo Rajoy, algo desdibujado, sigue centrado en la economía frente a Zapatero. Sólo habló del Presupuesto que, según dijo, "está desfasado, es irreal e increíble" y, pese a que ha salido ya del Congreso, pidió su retirada.

Rifirrafe entre PP-PSOE por la cúpula de Barceló