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El PP prepara una convención política en enero para impulsar el proyecto de Rajoy

El partido busca un gran acto con fuerte repercusión a dos meses de las elecciones

Carlos E. Cué

Estaba entre los escenarios posibles, pero ayer Gabriel Elorriaga fue el primer dirigente en darlo prácticamente por hecho: el PP convocará en enero una convención política -un gran acto propagandístico donde no hay cambios de nombres ni se vota nada- para impulsar el proyecto alternativo de Mariano Rajoy, oculto de momento por las tensiones internas tras la irrupción de Alberto Ruiz-Gallardón. "Es probable que haya una convención antes de [las elecciones de] marzo", aclaró. También descartó definitivamente realizar antes de las elecciones un congreso, que implica cambios en la dirección.

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La posibilidad de que Rajoy haga retoques en su equipo directivo, encabezado por Ángel Acebes y Eduardo Zaplana, estaba prácticamente descartada hace meses. El líder llegará a las elecciones de 2008 con las mismas personas que él eligió en el congreso nacional de 2004, con la única novedad de Juan Costa como coordinador del programa electoral y Pío García Escudero, portavoz en el Senado, como jefe de campaña.

Sin embargo, la necesidad de revertir la tendencia iniciada tras el debate del estado de la nación -perdido por Rajoy, según todas las encuestas- ha llevado al PP a pensar en un gran acto político con los mismos efectos mediáticos que un congreso -gran atención durante tres días y consagración del líder, ya en pleno proceso electoral- pero sin tensiones internas.

Rajoy, que ya se ha incorporado al trabajo con algunos de los dirigentes más conocidos de Génova y este sábado hará su reapertura del curso político, tendría así una ocasión frente a los suyos para disipar cualquier duda sobre su liderazgo -consolidado internamente tras los resultados de las elecciones municipales, aunque perjudicado últimamente por la huida del balear Jaume Matas y el catalán Josep Piqué y por la polémica generada por Gallardón y Manuel Fraga-.

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La convención es un órgano recogido en los estatutos del PP, donde se deja muy clara su composición -parlamentarios, alcaldes y miembros de las direcciones locales- se apunta que debe celebrarse anualmente -salvo los años en los que hay congreso- y se explicita su carácter consultivo.

"La Convención Nacional es un Órgano del Partido de naturaleza consultiva, cuya convocatoria corresponde al Presidente Nacional, y que evaluará cada año las políticas que el mismo desarrolla y debatirá resoluciones que proponga el Comité Ejecutivo o la Junta Directiva. La Convención Nacional podrá ofrecer orientaciones, sugerencias y hacer balance de las políticas del partido", señalan los estatutos.

El PP tuvo un congreso en octubre de 2004 (el que eligió a Rajoy como presidente) y después una convención en marzo de 2006. Esta segunda, concentrada en la figura de Rajoy, fue considerada muy relevante por el líder porque en su opinión debía marcar la línea del PP para los próximos 20 años. Allí contó con la presencia de Nicolas Sarkozy, ahora presidente francés y entonces ministro del Interior.

Algunos dirigentes, sin embargo, son contrarios a la celebración de esta convención porque exige un esfuerzo organizativo -convoca a 4.000 personas- en pleno enero, a menos de dos meses de las elecciones, cuando el partido tiene toda la maquinaria en marcha para ganar los comicios.

Elorriaga, una persona de la máxima confianza de Rajoy -en 2004 fue su jefe de campaña y coordinador del programa electoral- parecía ayer bastante convencido de que se celebrará finalmente. Y también fue tajante a la hora de descartar finalmente el congreso previsto para octubre, cuando se cumplen tres años del anterior, el periodo que marcan los estatutos. Aún así, recordó que ambas decisiones deben ser tomadas en una próxima reunión del comité ejecutivo, que aún no ha sido siquiera convocada.

El secretario de Comunicación del PP quiso, sin embargo, restar importancia a los asuntos internos -a los que sólo aludió a preguntas de los periodistas- y especialmente a las declaraciones de Manuel Fraga, presidente fundador del PP, quien no oculta su apuesta por Alberto Ruiz-Gallardón como hombre para el futuro del partido y señaló el lunes que "hay que ir preparando las sucesiones", en referencia a la posibilidad de que Rajoy pierda las elecciones generales por segunda vez y se vea obligado a dejar paso a otro líder.

Elorriaga insistió sobre el asunto de Gallardón y su voluntad de ir en las listas al Congreso es una polémica que llega "extremadamente pronto" porque, según confirmó, el proceso de elaboración de listas no ha sido iniciado ni siquiera a nivel provincial -es la dirección nacional quien decide, con Javier Arenas al frente del comité electoral, pero las provincias proponen- y está previsto para diciembre o enero.

La realización de la convención en enero -probablemente a finales- llegaría así después de que el partido y sobre todo su líder, que en este asunto tiene un gran margen de poder, haya resuelto el rompecabezas más complejo: la elaboración de unas listas en las que tendrá que decidir si incorpora a alcaldes como Gallardón o la valenciana Rita Barberá, dilucidar dónde coloca al portavoz Eduardo Zaplana, recuperar a algunos parlamentarios europeos, elegir un buen cartel en Cataluña, buscar caras nuevas y sobre todo aclarar el enigma de la posible inclusión de Rodrigo Rato, que él mismo insiste en desmentir, aunque nadie lo descarta en su propio partido.

En la convención, donde lo habitual es que hablen todos los dirigentes conocidos -incluidos los dos líderes de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre, como anfitriones- se podrá también comprobar en directo los distintos tonos y sensibilidades de las dos almas que conviven en el PP y que se enfrentan con frecuencia.

Ruiz-Gallardón y Rajoy, en el cementerio de la Almudena, donde acudieron ayer a la incineración de Francisco Umbral.
Ruiz-Gallardón y Rajoy, en el cementerio de la Almudena, donde acudieron ayer a la incineración de Francisco Umbral.EFE

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