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El PP rechaza renovar el Poder Judicial si no dispone de una minoría de bloqueo

Los populares exigen nueve de los 20 vocales y el PSOE sólo acepta que tengan ocho

La renovación del Consejo General del Poder Judicial, cinco meses después de que terminara su mandato, sigue empantanada. El PSOE está dispuesto a firmar el acuerdo "en horas" si el PP acepta un reparto acorde con la representación parlamentaria de cada uno. Ese reparto dejaría nueve vocales elegidos a propuesta del PSOE, ocho del PP y tres para las minorías parlamentarias. Pero el PP ha hecho llegar al PSOE que no aceptarán nada por debajo de nueve vocales, con lo que mantendrían la minoría de bloqueo a la hora de aprobar nombramientos en puestos clave del Supremo o del Tribunal Constitucional.

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El principal objetivo del PP es mantener la llamada minoría de bloqueo, con nueve de los 21 miembros que componen ese Consejo, incluido su presidente. Desde que el PSOE reformara la ley, a mitad de legislatura, el nombramiento de cargos judiciales clave en el Supremo, el Constitucional y los Tribunales Superiores de Justicia necesita de una mayoría de tres quintos de los vocales (13 miembros), de manera que si un grupo tiene nueve, su apoyo es imprescindible.

Fuentes parlamentarias del PP y del PSOE confirmaron a este periódico que las negociaciones están bloqueadas por el reparto de puestos. Mientras, el Gobierno está estudiando fórmulas legislativas para limitar el poder del actual gobierno de los jueces, que sigue tomando decisiones relevantes sobre proyectos de ley del Ejecutivo socialista o nombramientos clave en los distintos tribunales de justicia. El Consejo del Poder Judicial que actúa ahora en funciones se nombró hace cinco años y cinco meses por acuerdo de los dos grandes partidos dejando al PP con diez vocales, al PSOE con siete, uno para IU, otro para CiU y el último de consenso entre PP y PSOE.

Reuniones discretas

Los portavoces parlamentarios Diego López Garrido, del PSOE, y Eduardo Zaplana, del PP, no han avanzado un ápice en sus conversaciones ni tampoco sus respectivos equipos, encabezados por Ignacio Astarloa, responsable de Libertades del PP, y Julio Villarrubia, secretario general del Grupo Socialista y experto en asuntos de Justicia, que han mantenido hasta hace menos de dos semanas reuniones discretas sobre otras grandes reformas de la Justicia.

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Todo está parado. El PSOE cree que el PP se niega a renovar porque quiere mantener su poder en el gobierno de los jueces pese a que perdió las últimas elecciones generales. Para renovar el Consejo del Poder Judicial se necesita el voto de los tres quintos del Congreso y del Senado por lo que sin el apoyo del PP es imposible.

Dirigentes socialistas recuerdan que, en un primer momento, el PP llegó a exigir 10 puestos. PSOE y PP coinciden en que la posición actual es la de reclamar nueve vocales. La negociación no avanza porque los socialistas no aceptan conceder esa minoría de bloqueo y el PP no acepta la idea de los socialistas, quienes insisten en que ahora habría que "reflejar la nueva mayoría parlamentaria".

El PSOE, como ha hecho en la Mesa del Congreso y en el Consejo de Administración de RTVE, estaría dispuesto a quedarse en minoría y abrir el Consejo "a la participación de otros grupos parlamentarios". Para que funcionara ese esquema, el PP no podría tener más de ocho. A partir de ahí, el PSOE entraría en negociación con el resto de los grupos parlamentarios: IU-ICV, CiU, ERC y PNV. Para que todos entraran, los socialistas también se quedarían con ocho, como el PP. Sin embargo, los populares no quieren ni oír hablar de estas fórmulas con los nacionalistas. Ellos, en la negociación, entienden el bloque PSOE y nacionalistas como un todo. Aseguran que en esta legislatura ya se ha visto en varias ocasiones que el PP se queda solo frente al bloque de socialistas y nacionalistas, por lo que, insisten los negociadores populares, no se puede entender a los grupos pequeños como independientes, sino aliados del PSOE.

La llegada al Gobierno de Fernández Bermejo, recibido por el PP con una potente salva de críticas por su pasado como fiscal "partidista y sectario", ha servido para que los populares no entren en las razones de fondo por las que está bloqueada la renovación del CGPJ. Su mera presencia, antes de que explicara sus planes, movió al PP a sentenciar que nada se podría pactar ya con el PSOE. De hecho, tanto Ángel Acebes como Eduardo Zaplana insisten en que nada se puede pactar con quien les llama, como ha hecho este mismo fin de semana, "frustrados" tras la derrota electoral de 2004.

Los portavoces en el Congreso del PSOE, Diego López Garrido (izquierda), y del PP, Eduardo Zaplana.
Los portavoces en el Congreso del PSOE, Diego López Garrido (izquierda), y del PP, Eduardo Zaplana.ULY MARTÍN

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