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Las nuevas Cortes

El PP se reserva el control absoluto de las Cortes pero cede un puesto a CiU

El PSOE tendrá tres asientos e IU queda fuera de las Mesas de las Cámaras

Hoy es el día en el que empezará a verse y notarse la mayoría absoluta que el PP logró el 20-N. Sus 185 escaños (obtuvo 186 pero uno es de UPN, que pasa al Grupo Mixto) ocuparán la mayoría absoluta del Congreso y, sin problema alguno, se harán con el control absoluto de la Mesa de la Cámara, la que permite decidir sobre la tramitación de iniciativas, peticiones de comparecencia y, en primer término, la creación de grupos parlamentarios. Suya será la decisión sobre aplicar o no con la flexibilidad habitual el reglamento para que Amaiur, con siete diputados, y UPyD, con cinco, tengan grupo propio. En una semana, el PP tendrá también el banco azul, cuando sea investido Mariano Rajoy.

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El PP se ha reservado la mayoría absoluta de la Cámara, dejando tres puestos al PSOE -lo que le correspondía por sus 110 diputados- y cediendo uno a CiU, que volverá a ocupar Jordi Jané. Será el primer pacto entre PP y CiU, augurando una sucesión de acuerdos que Rajoy quiere tejer, aunque no le sea necesario por su amplia mayoría absoluta. La idea es intentar estar acompañado en las votaciones y CiU puede cumplir ese papel, ya que en Cataluña depende de los votos de los populares.

La Cámara elegirá al presidente Jesús Posada y a los miembros del PP Celia Villalobos, Ignacio Gil Lázaro y Santiago Cervera. Queda fuera el PNV, que tuvo representación en la pasada legislatura, y también IU (tercera fuerza política en número de votos), cuyo portavoz, Cayo Lara, pretendía tener un puesto en la Mesa. Lara, molesto por la exclusión, anunció una legislatura "calentita".

El portavoz de IU recordó que en 2000, con una mayoría absoluta del PP, la composición del órgano de gobierno del Congreso fue de cinco para el PP, dos para el PSOE, uno para CiU y otro para IU, que entonces tenía ocho diputados, tres menos que ahora.

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El acuerdo del PP con el PSOE se alcanzó pronto ya que había poco que discutir. Los socialistas abrieron las conversaciones con el PP con la petición de que les dejaran cuatro puestos en la Mesa del Congreso y tres en el Senado. La respuesta fue de rebaja de uno en cada una de ellas. De acuerdo, dijeron de inmediato. "A malas, con sus votos podrían habernos dejado con dos, así que no había más que discutir", reconocen en la dirección socialista. El PSOE decidió dar continuidad en las Mesas por lo que mantuvo a Javier Barrero, diputado por Huelva y antes secretario, ascendiéndole a vicepresidente segundo, Repite en una secretaría la diputada por Lleida, Teresa Cunillera, y llega de nuevas la número uno por Pontevedra y exportavoz en el Senado, Carmela Silva. En la Cámara alta ocuparán las secretarías tercera y cuarta las senadoras Yolanda Vicente (Álava) y Carmen Alborch (Valencia).

Estos nombramientos se aprobaron en la reunión de la ejecutiva federal, presidida por el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, en la que hubo una buena acogida, en público y en privado, al nombramiento de Posada como presidente del Congreso. "Es una persona dialogante con una vertiente institucional muy acentuada", definió el secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias. La ejecutiva de ayer dedicó mucho tiempo a la última cumbre europea.

Precisamente los acontecimientos en el seno de la UE retienen al candidato Alfredo Pérez Rubalcaba para cerrar su discurso de réplica a Mariano Rajoy en el debate de investidura del lunes. Fuentes de la ejecutiva explicaron que Zapatero transmitió ayer una imagen de profunda preocupación sobre la situación de la zona euro.

En todo caso, en el discurso de Rubalcaba, como presidente del Grupo Socialista hasta el próximo congreso, figurará la advertencia a Rajoy de que el Grupo Socialista "no permitirá que se degrade la cohesión social". Y un avisó a Rajoy por parte de Marcelino Iglesias: "Señor Rajoy se le terminó el tiempo de las vaguedades, ahora tiene que decir qué va a hacer".

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