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El PSC pierde su hegemonía en Tarragona

Triple empate de CiU, socialistas y PP aunque los nacionalistas ganan en votos

Ni los recortes sanitarios ni polémicas tan controvertidas como la ocurrida este verano con la Renda Miníma de Inserción (RMI) han frenado el ascenso meteórico de Convergència i Unió en Tarragona. Los convergentes se han convertido en la fuerza más votada, alcanzan dos diputados y empatan en resultados con el PSC y el Partido Popular. Así, con el triple empate las tres formaciones mayoritarias registran dos diputados cada una, como ya preveían la mayoría de sondeos realizados durante la campaña electoral.

Pero estos resultados representan un fuerte batacazo para los socialistas, que son relegados como segunda fuerza en Tarragona y obtienen su peor resultado desde el año 2000. Sus pesadillas, entonces, se hacen realidad: En 2008 consiguieron un resultado histórico, alcanzando 4 de los 6 diputados que le corresponden a la demarcación. En cambio, en estos comicios han perdido la mitad de la representación, a pesar de que su número uno, Francesc Vallès, incluso había hecho un guiño en las últimas semanas al movimiento 15M, abordando tímidamente la dación de pago o llamando a pasar "de la indignación a la acción". Para echar más sal a la herida del PSC, el Partido Popular les pisa los talones. "Seguiremos trabajando para los avances sociales, hemos sufrido un fuerte bajón por la crisis económica y deberemos reflexionar desde hoy sobre nuestras propuestas", acaba de afirmar Vallès durante su comparecencia ante los militantes en la sede del partido.

En cambio, ERC-RCat- Catalunya Sí y ICV no obtienen ningún diputado. En Tarragona en estas elecciones la participación ha sido del 71,65% , una cifra ligeramente mayor a la registrada en 2008.

Tanto el cabeza de lista de CiU, Jordi Jané, como el de PP, Alejandro Fernández, se muestran eufóricos. Sin embargo, con el ascenso de la derecha resucitan de nuevo dos viejos fantasmas. El primero, el trasvase de Ebro, No figura en el programa electoral, pero en todos los corrillos los populares admiten que si no se realiza esta legislatura será por falta de presupuesto.

El segundo fantasma es el de una hipotética moción de censura en el Ayuntamiento de Tarragona, que actualmente gobierna el socialista Josep Fèlix Ballesteros en minoría. La dirección de CiU dinamitó un pacto con el PP en las elecciones locales, pero la federación nacionalista contempló desalojar a Ballesteros de la alcaldía tras las generales si en el gobierno central se confirmaba el fracaso del PSOE. Ya lo hicieron en 1989.

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