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Reunión de barones socialistas con Zapatero

El PSOE apoya reformas que capaciten a los parados para nuevos empleos

El Consejo Territorial avala cambios en políticas activas contra el desempleo y pide a Zapatero medidas para mantener la iniciativa ante las elecciones

Anabel Díez
<b>UNA BATALLA COMPLICADA</b>. Las elecciones autonómicas de mayo de 2007 dejaron al PSOE un inmenso poder autonómico que ahora corre serio peligro. Los expertos socialistas consideran que tras los comicios de 2011, el PSOE podría dejar de gobernar en alguna de las comunidades donde ahora lo hace. Los socialistas vaticinan dificultades para mantener el Gobierno en Baleares, Asturias, Castilla-La Mancha e incluso en Aragón, donde cambian de candidato tras los éxitos de Marcelino Iglesias en las tres últimas elecciones.
UNA BATALLA COMPLICADA. Las elecciones autonómicas de mayo de 2007 dejaron al PSOE un inmenso poder autonómico que ahora corre serio peligro. Los expertos socialistas consideran que tras los comicios de 2011, el PSOE podría dejar de gobernar en alguna de las comunidades donde ahora lo hace. Los socialistas vaticinan dificultades para mantener el Gobierno en Baleares, Asturias, Castilla-La Mancha e incluso en Aragón, donde cambian de candidato tras los éxitos de Marcelino Iglesias en las tres últimas elecciones.PARLAMENTO AUTONÓMICO / ELABORACIÓN PROPIA

Hay un antes y un después en el PSOE desde que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, hiciera cambios en el Ejecutivo y en el partido, y previamente se asegurara de poder acabar la legislatura, gracias a los acuerdos con el PNV. Así lo reconocieron ayer en público y en privado la mayoría de los barones territoriales del PSOE, reunidos por Zapatero en la sede socialista junto a los tres vicepresidentes, el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, y la cúpula del PSOE. Se trataba de compartir con el partido la "nueva agenda social" que Zapatero quiere poner en marcha para compensar los duros ajustes que ha hecho y facilitar a los parados la capacitación para nuevos empleos.

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Aunque esta reunión la habían pedido los barones y, sobre todo, el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, coordinador del Consejo Territorial, hace muchas semanas, Zapatero decidió no convocarla hasta no tener algo que ofrecerles. La modificación drástica de las políticas activas de empleo, cuya competencia es de las comunidades autónomas, es la primera de las reformas que Zapatero quiere consensuar con el partido y luego con los interlocutores sociales y los presidentes autonómicos. Finalmente, el acuerdo se traducirá en un decreto ley.

Los detalles de los cambios están por concretar pero se trata de organizar "un servicio personalizado para el desempleado" y conseguir que encuentre trabajo dentro de los nuevos sectores con potencial de empleo que España potenciará en sustitución de la construcción: nuevas energías, agricultura y ganadería "verdes", nuevas tecnologías y ocupaciones ligadas a la ayuda a la dependencia. Actualmente, el 40% de los proyectos de formación se los llevan los desempleados procedentes de la construcción, sector que difícilmente podrá reabsorberlos. El Gobierno pretende, según explicaron tras la reunión Barreda y el secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias, que muchos desempleados entiendan que es mejor formarse para un trabajo nuevo y con futuro que vivir del subsidio de paro.

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En paralelo a esta reforma de las políticas activas de empleo, de las que el Gobierno vasco ya tiene bastante camino andado, según explicó a sus compañeros ayer el lehendakari, Patxi López, Zapatero comunicó a los suyos que también pondrá en marcha una ampliación de las políticas para los trabajadores autónomos, otras relativas a la conciliación de la vida laboral y familiar y un nuevo proyecto legislativo sobre la no discriminación por ningún factor económico, social, de raza o de religión. Estos anuncios sirvieron a los barones para pedir a Zapatero que "mantenga el calendario reformista, la pulsión y la iniciativa política", según informó a la salida Barreda. Este presidente, así como Marcelino Iglesias, jefe del Gobierno de Aragón y secretario federal de Organización, constataron que de esta reunión sale un clima "de cohesión, de unidad y de ganas de hacer política", en palabras atribuidas al propio Zapatero.

Todos reconocieron que los cambios han animado a los militantes socialistas, pero eso "no es suficiente" para ganar las elecciones autonómicas de mayo del próximo año, que preocupaba ayer a la mayoría de los asistentes a la reunión.

El presidente Zapatero con Tomás Gómez (izquierda), José Blanco (detrás), José María Barreda (a la derecha) y Alfredo Pérez Rubalcaba.
El presidente Zapatero con Tomás Gómez (izquierda), José Blanco (detrás), José María Barreda (a la derecha) y Alfredo Pérez Rubalcaba.ULY MARTÍN

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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