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Pantoja adquirió con dinero negro un apartamento ilegal que autorizó el ex alcalde

La compra del apartamento 105 del apartotel Guadalpín en Marbella por parte de Isabel Pantoja con dinero de origen desconocido es la primera operación sospechosa de blanqueo de capitales procedente de las actividades irregulares de Julián Muñoz (alcalde de la localidad entre mayo de 2002 y agosto de 2003), que desbloqueó la construcción del complejo hotelero supuestamente a cambio de comisiones.

La sociedad Franbel Artis, de la cantante, compró la vivienda en 2003, pero sólo la contabilizó tras ser detenido Muñoz
Aifos, inmobiliaria implicada en el 'caso Malaya', hizo una rebaja a la tonadillera del 33,5%, según sus archivos secretos
La cantante pagó en efectivo 353.000 euros por el inmueble a través de una sociedad que tenía 14 euros en caja
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Los expertos de Hacienda y de la policía que colaboran con la investigación que dirige el juez Miguel Ángel Torres han investigado el historial de operaciones mercantiles de las sociedades de Pantoja y han descubierto tres compras sospechosas de blanqueo: el citado apartamento, 300 reses y el chalé Mi Gitana.

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La investigación ha encontrado indicios suficientes de una actividad ilícita por la que el político cobraba comisiones ilegales a cambio de favores urbanísticos y blanqueó ese dinero desde 2003 a través de las inversiones de las sociedades de su nueva pareja sentimental, Isabel Pantoja.

La secuencia de la compraventa sospechosa que investiga el juez es la siguiente:

-El 24 de febrero de 2003, la inmobiliaria Aifos, cuyos gestores han sido imputados en la operación anticorrupción sobre Marbella que dirige el juez Torres, vendió el apartamento 105 del Hotel Gualdalpín a la sociedad Franbel Artis, propiedad de Isabel Pantoja. El apartamento tiene una superficie de 180 metros cuadrados con vistas al mar. Incluye dos dormitorios y una terraza de más de 70 metros cuadrados. El precio pactado fue de 353.000 euros. Pantoja, ya ennoviada con el regidor, pagó en efectivo el inmueble en nombre de una de sus sociedades.

Ella paga, él da la licencia

El mismo día en que se formalizaba la adquisición del apartamento a nombre de una sociedad de Pantoja, su compañero sentimental, Julián Muñoz, entonces alcalde de Marbella, toma una decisión que desbloquea las trabas urbanísticas que pesaban sobre el hotel. Muñoz firma como regidor una providencia en la que ordena que se efectúen los correspondientes informes por el servicio técnico de Obras y Urbanismo municipal con vistas a concederle licencia de primera ocupación al apartotel Guadalpín. Poco le importa a Muñoz que un informe de la Junta de Andalucía de 2001 sobre dicho hotel alertase de la irregularidad de la obra: "El citado establecimiento difícilmente podrá cumplir con la legalidad vigente aplicable a una explotación hotelera". Y añadía: "Sólo quedan disponibles cinco apartamentos". Este dato sí pareció interesarle más al regidor, que se apresuró a comprar uno de esos apartamentos a través de una de las sociedades de Pantoja, según las tesis de los investigadores.

Dos días después de adquirir el apartamento en el apartotel Guadalpín, el alcalde marbellí acaba otorgando la licencia de primera ocupación al establecimiento. Julián Muñoz levanta la paralización de las obras que pesa sobre el inmueble y le impone el pago de sólo 65.000 euros (un solo apartamento costaba 500.000) como garantía de que corregiría las deficiencias técnicas detectadas en las obras de dicho edificio.

Los investigadores de Hacienda y de la policía han hallado diversos elementos que dan algunas pistas sobre la puesta en valor de la decisión política de Muñoz sobre el hotel Guadalpín. De entrada, Aifos cobró a la pareja más emblemática de Marbella menos que a nadie por un apartamento en dicho complejo. Si la sociedad de Pantoja pagó 353.000 euros por su vivienda, los compradores de otros apartamentos en dicho apartotel de idéntica superficie tuvieron que abonar a Aifos entre 450.000 y 600.000 euros.

De hecho, en archivos secretos de Aifos hallados en registros policiales, se cifra el precio real de venta de apartamento 105 de Pantoja en 533.000 euros. Aifos, por tanto, rebajó en 180.000 euros su precio de venta a la sociedad de la cantante. En distintas declaraciones judiciales los gestores de Aifos ya han admitido que hicieron una rebaja a Isabel Pantoja por el arrastre publicitario que suponía su presencia como vecina del apartotel. Pero minimizaron y ocultaron el monto real de su rebaja, un 33,5%.

No es la única nota que demuestra, a juicio de los investigadores fiscales, la nula transparencia de esta compra inmobiliaria por Franbel Artis. Esta empresa, según el análisis tributario, tuvo pérdidas tanto en 2003, como en 2004, al igual que en los años precedentes. No tenía ni actividad real ni empleados. Sólo le había servido a Pantoja para canalizar el pago de facturas menores hasta su noviazgo en 2003 con Muñoz. Su saldo bancario a fines de 2002 era de apenas de 177 euros. Y en caja no tenía más de 14 euros. Sin embargo, apenas dos meses después de esa situación, esta empresa de la tonadillera fue capaz de desembolsar en efectivo nada menos que los 353.000 euros de la compra del apartamento de Gualdapín. Un dinero que, según los investigadores, nunca pasó por las cuentas bancarias ni por los balances oficiales de Franbel Artis. Una suma que recibió en mano un gestor de Aifos imputado, Francisco Javier García Lebrón.

Curiosamente, hasta 2002 esta firma recibía sus ingresos siempre por transferencia bancaria. A partir del noviazgo en 2003 de Muñoz con Pantoja, esta firma empieza a cosechar sucesivas inyecciones en efectivo.

Propiedad oculta

Hay otro hecho que, a juicio de los investigadores, ilustra la voluntaria opacidad de la compra del apartamento del hotel Guadalpín: Franbel Artis, si bien adquiere el apartamento en febrero de 2003, no lo contabiliza como propiedad suya hasta el 25 de junio de 2006, es decir, seis días después de la detención de Muñoz, y hace datar su incorporación a la firma a 2005.

En 2003, todavía sin empleados ni actividad empresarial conocida, Franbel Artis hizo pagos por valor de 414.000 euros, en su mayoría en efectivo. Este año da un salto espectacular sólo en su cifra de gastos o pagos. En los años precedentes, esa sociedad apenas gastó 26.000 euros en el mejor de sus ejercicios. En el peor, 2002, no hizo ni un solo pago. De hecho, su mejor cliente es otra sociedad también de Pantoja, Pantomar, a la que dijo haber realizado ventas por valor de 180.000 euros en 2005.

La compra del apartamento de Guadalpín, en suma, se inscribe en una espiral de pagos e ingresos en metálico de dinero sin origen justificado (más de 600.000 euros en 2003 sin contar tal adquisición, más de 1,2 de millones hasta el 2007) y de transacciones económicas entre sus distintas sociedades que los investigadores creen que no obedece a ninguna operativa comercial real y, por tanto, suponen inmersas en la actividad de blanqueo de dinero de Muñoz acumulado merced a sus comisiones ilegales.

La investigación policial y fiscal de las sociedades de Isabel Pantoja ha recogido un aluvión de datos económicos que probarían las actividades ilícitas de esas empresas. Su documentada tesis es que Isabel Pantoja fue un fiel instrumento de la voluntad del ex alcalde Julián Muñoz para blanquear dinero obtenido por el cobro de comisiones a cambio de favores urbanísticos. Como antes lo fue su ex esposa Mayte Zaldívar. En suma, ninguna de ellas fue víctima, sino cómplice de una calculada ingeniería financiera para ocultar flujos ilegales, según la investigación.

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