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Reportaje:La visita del Papa a Madrid

El Papa pide "radicalidad" evangélica

Benedicto XVI critica el "utilitarismo" de fabricar profesionales a la carta - Alerta a los docentes de "los abusos de una ciencia sin límites"

Benedicto XVI sabe adaptar sus discursos al público que le escucha en cada momento, aunque es consciente de que sus palabras pueden llegar a todo el mundo. En el monasterio de El Escorial se reunió ayer por la mañana con 1.664 monjas jóvenes, primero, y con más de mil profesores universitarios, después. Horas más tarde, vivió otro baño de multitudes en un vía crucis por el centro de Madrid. Ratzinger fue muy enérgico ante las monjas, se vistió de docente ante los docentes y recurrió a los clásicos ante los jóvenes.

En su breve discurso ante las religiosas repitió hasta en cinco ocasiones la idea de ahondar en la "radicalidad" cristiana para contrarrestar el "eclipse de Dios" y el "verdadero rechazo del cristianismo" de estos tiempos. "Frente al relativismo y la mediocridad, surge la necesidad de esta radicalidad", dijo. A las religiosas les pidió que cumplan con la misión que Dios les ha confiado, desde su "vida contemplativa" en los conventos, a las labores de educación o el cuidado de enfermos o ancianos.

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Ante los profesores rebajó el tono. El mensaje fue entonces más discreto, tanto que hasta el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, que estuvo presente, lo calificó a su término de "buen discurso" y aseguró compartir "algunos de los valores" que había puesto de relieve.

El Papa recurrió a sus años como docente de la Universidad de Bonn, al poco de acabar la II Guerra Mundial, para ganarse al público, ya de por sí entregado. Antes que él, el doctor de Historia de la Universidad San Pablo-CEU Alejandro Rodríguez de la Peña fue el encargado de saludar al pontífice en nombre de sus compañeros. "Quería transmitirle lo importante que es su figura para nosotros", explicó al acabar el acto el doctor, aún con lágrimas en los ojos. Entre los mil profesores, la mayoría formaban parte de las universidades católicas de España o de centros extranjeros.

Benedicto XVI criticó que muchas veces se piense que la labor de los profesores es la de "formar profesionales competentes y eficaces que satisfagan la demanda del mercado laboral del momento". Arremetió contra esa visión "utilitarista" de la educación y advirtió de que las "pérdidas pueden ser dramáticas". Puso como ejemplos desde "los abusos de una ciencia sin límites" hasta el "totalitarismo político".

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Al acabar su discurso en la basílica, las autoridades presentes pasaron a saludar al Papa. Estaban la presidente regional, Esperanza Aguirre, y algunos miembros de su Gobierno. La consejera de Educación, Lucía Figar, explicó después que le hizo saber a Benedicto XVI que desde su departamento se defiende la libertad de los padres para escoger el colegio de sus hijos, lo que fue celebrado por Ratzinger con un "molto importante".

A última hora de la tarde, el vía crucis, que rememora las últimas horas de Jesús, fue el momento elegido por Benedicto XVI para pedir a los jóvenes que estén "cerca de los más desfavorecidos". Una ceremonia en la que, no por boca del Pontífice, sino de peregrinos que leían "meditaciones" ante cada estación, la Iglesia pidió a los católicos que se mantengan firmes frente al aborto y la eutanasia, recordó a las víctimas de abusos sexuales, a los enfermos de sida, a los parados o a los japoneses y haitianos, que sufrieron terremotos devastadores. "Vosotros, que sois muy sensibles a la idea de compartir la vida con los demás, no paséis de largo ante el sufrimiento humano", dijo a los miles de personas reunidas en torno a 15 pasos, algunos trasladados expresamente a Madrid, y colocados a lo largo del paseo que une las plazas de Colón y Cibeles. Unas "imágenes extraordinarias", afirmó el Papa, imposibles de ver fuera de los templos, de donde salen solo en Semana Santa.

Un grupo distinto de peregrinos llevó la cruz en cada estación. La cuarta, la dedicada a "la negación de Pedro", correspondió a jóvenes españoles. Y el mensaje pedía implícitamente a los católicos, se entiende que a los españoles en particular, que se mantengan firmes en su lucha contra el aborto y la eutanasia: "El señor ha puesto sus ojos en los cristianos que se avergüenzan de su fe (...) que les falta valentía para defender la vida desde su inicio hasta su término natural o quieren quedar bien con criterios no evangélicos". Concluía el mensaje con un llamamiento: "Que (...) hagan acopio de valor y sean testigos convencidos de lo que creen". La ampliación del derecho al aborto, que desde hace un año es libre en las primeras 14 semanas, es uno de los frentes abiertos entre el Vaticano y el Gobierno socialista, que sí ha renunciado a regular la eutanasia pese a haberlo prometido.

Los comentarios que acompañaban a las oraciones también recordaron a los que "han perdido a sus hijos por el hambre" mientras el consumismo engulle a las sociedades opulentas.

Varios fieles transportan una cruz durante el vía crucis que se celebró ayer en el centro de Madrid.
Varios fieles transportan una cruz durante el vía crucis que se celebró ayer en el centro de Madrid.GORKA LEJARCEGI

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