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Reportaje:

"Profeta en su tierra"

Garzón dirige un curso de la Universidad de Jaén en Torres, su localidad natal, rodeado de amigos y colegas

Ginés Donaire

El juez Baltasar Garzón tenía este año más motivos que nunca para volver a la tierra que le vio nacer. Allí, entre las montañas de Sierra Mágina y rodeado de amigos de la infancia y otros de la carrera judicial, su rostro cambia por completo el semblante serio y apesadumbrado que le acompaña desde que el pasado 14 de mayo tuvo que dejar su despacho de la Audiencia Nacional al ser encausado por el Tribunal Supremo. El magistrado ha abandonado por unos días su exilio forzoso en la Corte Penal Internacional de La Haya para dirigir por quinto año consecutivo los cursos de verano que la Universidad de Jaén -la única en España que lo ha nombrado doctor honoris causa- realiza en Torres (Jaén), su localidad natal.

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"Yo nunca abandoné mi casa. En La Haya estoy contento pero con ganas de estar aquí también", decía ayer Garzón sin poder ocultar la nostalgia que le produce estar fuera del país en el que ha instruido las principales causas del periodo democrático.

El juez intentó esquivar cualquier protagonismo, pero no pudo evitar recibir un baño de adhesiones y afectos al juez que deberá sentarse en el banquillo de los acusados por investigar los crímenes del franquismo. "Sabes que somos muchas las personas que te queremos y te admiramos", le dijo la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, encargada de inaugurar el primero de los cursos, sobre la lucha contra la violencia de género.

La alcaldesa de Torres, Elvira Sanjuán, del PSOE, también le habló con el corazón: "A pesar de todos los pesares, tu lucha por las causas justas tiene la recompensa del agradecimiento de todos los torreños y la gente que te quiere, que son legiones". Y es que, como dijo el coordinador del curso, Juan Manuel Maceín, de la Secretaría de Estado de Seguridad, "Garzón sí es profeta en su tierra", y le deseó que no siga la estela de los intelectuales que tuvieron que exiliarse para defender la justicia.

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Pero Garzón obvió tanto halago y se puso serio para demandar "coordinación institucional" para acabar con la violencia de género. Tras lamentar que en lo que va de año se han presentado 159.867 denuncias y ya son 41 las mujeres muertas (13 más que en el mismo periodo de 2009), el juez pidió que no se hagan "análisis superficiales" para buscar explicación al repunte de casos, como vincularlas a la crisis económica o atribuirlas a la población extranjera.

También la ministra de Igualdad y la consejera de Bienestar Social, Micaela Navarro, coincidieron en la necesidad de reforzar la coordinación y demandaron un "cambio de mentalidad" para no silenciar esta lacra.

La ministra Aído y el juez Garzón, en los cursos de verano en Jaén.
La ministra Aído y el juez Garzón, en los cursos de verano en Jaén.EFE

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