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"Queremos reivindicar nuestra pertenencia a ETA"

Los ex dirigentes etarras Mobutu y Chivite dicen ante un tribunal de París estar "muy orgullosos" de ser miembros de la banda terrorista

Los presuntos ex dirigentes etarras Félix Alberto López de Lacalle, Mobutu, y Mercedes Chivite han reivindicado hoy su pertenencia a la organización terrorista ante el Tribunal de lo Criminal de París, que los juzga por una serie de cargos, algunos de ellos penados con 30 años de cárcel. "Queremos reivindicar nuestra pertenencia [...] a ETA", ha subrayado López de Lacalle al comienzo del proceso, antes de reiterar que tanto él como su mujer -se ha casado con Chivite en prisión- están "muy orgullosos" de pertenecer a la banda terrorista.

Los dos etarras, acusados en particular de haber sido los responsables de las compras internacionales para la banda hasta su arresto el 2 de abril de 2004 en una casa rural cerca de Angulema, han negado legitimidad al tribunal francés que los va a juzgar esta semana, compuesto por siete magistradas profesionales -en este caso todas son mujeres-.

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La presidenta, Nadia Ajjan, les ha informado de que la inculpación de usar para las compras que realizaban -básicamente armas- fondos de ETA a sabiendas de que procedían de la extorsión de empresarios vascos y navarros (el llamado "impuesto revolucionario") puede ser castigado con hasta 30 años de prisión.

Al ser detenidos, ambos tenían en su poder 4.195 euros y 15.000 francos suizos, pero diversos elementos de prueba incluidos en el acta de acusación certifican que previamente habían dispuesto al menos de 41.583 euros, 10.000 libras esterlinas, 58.500 dólares y 6.490 francos suizos.

Ajjan también ha añadido que la imputación de pertenencia a una organización terrorista está penado igualmente con hasta 30 años en caso de reincidencia, una circunstancia que se da en el caso de Mobutu (49 años), que ya fue condenado en Francia por eso a siete años de cárcel, condena que cumplió entre 1994 y 2000.

Chivite (50 años) también fue sentenciada en Francia en 1998 a cinco años de prisión, pero en rebeldía antes de la captura en abril de 2004 de esta pareja que, de acuerdo con los investigadores, tenían "una posición elevada en la jerarquía de la organización", a caballo de los aparatos logístico, internacional y político, y formaban parte del máximo órgano de decisión de ETA.

Más allá de este proceso en París, en el que se debería conocer la sentencia el jueves o viernes próximo, la pareja de etarras tiene cuentas pendientes con la justicia española, que les había abierto varias causas en particular por una serie de atentados mortales en los que presuntamente participaron cuando uno y otra formaron parte de comandos de la organización terrorista.

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