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Roman llega hoy a Madrid para impulsar las relaciones entre España y Rumanía

El primer ministro rumano, Petre Roman, llega hoy a Madrid con el objetivo de impulsar las relaciones entre España y Rumanía, casi congeladas durante la última etapa del dictador Nicolae Ceaucescu, depuesto por la revolución popular de diciembre pasado. Petre Roman, hijo de la santanderina Hortensia Vallejo, declaró a EL PAÍS en Bucarest que siente un especial cariño por España y su cultura, que aprendió tanto de su familia materna como de su padre, el comandante Valter Roman, miembro de las Brigadas Internacionales.

Valter Roman, cuyo carné del Partido Comunista de España (PCE) fue facilitado a este diario por su hija Carmen, llegó en 1936 a España, donde permaneció hasta el fin de la contienda. A Rumania volvió con su esposa española, Hortensia, y dos hijos: Raúl y Mirella. Petre, el tercero, y Carmen nacieron en Rumania, pero son los que mejor conservan la lengua.El primer ministro rumano llega acompañado de una delegación de 11 altos funcionarios, entre ellos el ministro de Educación y el viceministro de Comercio Exterior, y quiere conseguir de España apoyo para la reconstrucción económica del país, que sufre las consecuencias de la dictadura de Nicolae Ceaucescu.

Fuentes diplomáticas españolas indicaron que Madrid estudia la posibilidad de abrir una línea de créditos blandos para Rumania. Sin embargo, no se espera la firma de ningún acuerdo durante la visita de tres días de duración y que se inicia oficialmente mañana. Durante su estancia, el primer ministro rumano se entrevistará con el presidente del Gobierno, Felipe González, y será recibido por el rey Juan Carlos.

El acercamiento entre España y Rumania, país que se encuentra en campaña electoral para celebrar el 20 de mayo próximo sus primeras elecciones democráticas, comenzó con el viaje a Rumanía del ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, en febrero.

Uno de los sectores en los que España está negociando actualmente con Rumanía es el nuclear. Representantes de Traindusa, un consorcio de empresas españolas del sector, entre ellas Equipos Nucleares, creado para la ocasión, se trasladaron en enero a Bucarest para confirmar los contratos suscritos durante la dictadura con las empresas rumanas. Rumanía, que sufre una grave carencia de fuentes energéticas, adoptó hace nueve años un plan para construir tres centrales nucleares con asistencia canadiense. Pocos días después de la caída de la dictadura, el nuevo Gobierno rumano reafirmó su intención de continuar con el plan nuclear, paralizado en los últimos años.

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