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Mateos financia con su fortuna acumulada en el extranjero una maquinaria de escándalos y chantajes

José María Ruiz-Mateos, ex presidente de Rumasa, dispone de una fortuna fuera del país superior a los 23.000 millones de pesetas -según datos del Banco de España- con la que ha puesto en marcha una auténtica factoría de escándalos. Según varios testimonios y denuncias, el empresario de Jerez es responsable, o cuando menos depositario, de grabaciones telefónicas ilegales, dispone presuntamente de documentos robados a la Agencia Tributaria y está acusado de fabricar pruebas falsas contra ex altos cargos del Gobierno. Uno de sus antiguos empleado José Manuel Scharff, ha admitido ante el juez en mayo pasado que fue contratado por Ruiz-Mateos "para intervenir teléfonos móviles a través de un ordenador".

El traje de Superman, el, "que te pego, leche" y los números trágicomicos a las puertas de los juzgados han quedado atrás Ruiz-Mateos se ha subido al carro de los escándalos y empuja con fuerza. Su último fichaje, el ex subcomisario José Amedo, con quien ha comparecido en conferencia de prensa para hablar del caso GAL, ilustra su estrategia. Para concretarla cuenta con recursos e infraestructura: según la inspección del Banco de España, para financiar las actividades de la Rumasa internacional, y sin autorización, el peculiar empresario situó en el exterior el importe de las exportaciones de los vinos de sus bodegas en los años 1980, 1981 y 1982, así como varias partidas de dinero obtenidas en el exterior por la empresa Hispano Alemana de Construcciones. El importe total de la evasión superaba entonces los 23.000 millones de pesetas. Ruiz-Mateos dispone, además, de una sociedad cabecera, Inversora Iberoamericana, que escapó. a la expropiación y que tiene intereses en Argentina, Brasil, Uruguay, Ecuador y Venezuela.Con tales armas, Ruiz-Mateos, eternamente quejoso de su situación procesal a pesar de que. en los últimos años ha puesto innumerables trabas para, acudir a juicio (burlándose públicamente de algunos jueces en ocasiones), ha decidido vengar a cualquier precio la expropiación de las 781 empresas de Rumala en febrero de 1983.

Banqueros y periodistas

El primer objetivo fueron el ex ministro de Economía y Hacienda Miguel Boyer y su mujer, Isabel Preysler. Pero sus blancos se han ampliado. Además de personarse como acción popular en sumarios como el-de las cesiones de crédito del Banco Santander el caso Juan Guerra o el caso Roldán, desde principios de año la ofensiva del hombre que perdió el imperio de la abeja afecta a los bancos que, en su opinión, se beneficiaron de la expropiación, a periodistas críticos con su trayectoria y, en general, a políticos que considera enemigos. Periodistas como Pilar Cernuda o Fernando Jáuregui han recibido cartas amenazadoras e insultantes firmadas por Ruiz-Mateos, Marqués de la Olivara, amén de dossieres que confirman la intervención ilegal de sus conversaciones privadas. El empresario, sobre el que pendían en febrero ocho órdenes de búsqueda y captura de diversos juzgados de Madrid, Granada y de la Audiencia Nacional, actúa con una audacia absoluta,

El Banco Santander, el BBV y Presidencia del Gobierno también han recibido recado de Ruiz-Mateos: o acceden a sus peticiones (dinero en el caso de los bancos y un juicio "global" en el caso del Gobierno), o los escándalos saltarán a la prensa.

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En las presiones a los bancos, denunciadas a la Fiscalía General del Estado por el Banco Santander y el BBV, han intervenido el abogado valenciano Joaquín Yvancos y uno de los hijos de Ruiz-Mateos. Ambos acudieron al hotel Villamagna para entrevistarse con un directivo de la entidad que preside Emilio Botín. En el maletín de Yvancos, supuestamente, había documentos de la Agencia Tributaria que detallaban las liquidaciones, de impuestos del banco. La delegación de Hacienda donde se guardaban tales documentos, en la calle Velázquez 50, había sido asaltada apenas un mes antes.

La petición de los emisarios de Ruiz-Mateos fue clara: el banco debía adquirir una propiedad del empresario jerezano en Miami (el hotel Everglades), por un importe de 5.000 millones, o los detalles de los impuestos serían ofrecidos a la prensa. El hotel, según fuentes bancarias, no vale más de 1.000 millones.

En el caso del BBV, la ofensiva fue doble. Primero, una supuesta hija ilegítima del presidente de la entidad, Emilio Ybarra, que saldría a la, luz en el caso de que la entidad no atendiera la oferta. Posteriormente, el hijo de Ruiz-Mateos planteó el mismo negocio hotelero que ofreció al Banco Santander.

El montaje de hijos ilegítimos es la especialidad de Ruiz-Mateos. El presidente del Gobierno, Felipe González; el ex ministro Boyer; el presidente del BBV, Emilio Ybarra, y al menos otro presidente de banco han sufrido la aparición de Ruiz-Mateos con, el hijo o hija postizos.

"LLama la atención que, con recursos y afán, los montajes sean tan burdos", ironiza uno de los directamente afectados por los manejos de Ruiz-Mateos. Especialmente burdas, según informes policiales, fueron las denuncias sobre las supuestas fortunas suizas de Miguel Boyer, y el ex gobernador del Banco, de España Mariano Rubio.

Ruiz-Mateos denunció en julio de 1994, ante el juez de la Audiencia Nacional Miguel Moreiras, que Boyer y Rubio habían cometido un delito de evasión de capitales por importe de, 1.070 y 1.400 millones de pesetas, respectivamente. Aportó las supuestas pruebas: documentos de la Unión de Bancos Suizos y el BNP con detalle de cantidades, fechas e intereses. La Brigada de Delitos Monetarios tomó cartas en el asunto. Sus conclusiones pusieron en evidencia al jerezano: los documentos carecían de sellos y firmas legitimadoras, los anagramas eran diferentes, los extractos estaban confeccionados manualmente, el idioma no se correspondía con los que habitualmente utiliza la banca suiza (alemán o francés) y, por si fuera poco, el artista falsificador se equivocó al sumar las cantidades de los rendimientos. Una chapuza completa.

Escuchas telefónicas

A raíz de que se descubriera el montaje, uno de los supuestos fabricantes de dichos documentos bancarios, José Manuel Scharff, declaró ante el juez de instrucción del Juzgado número 25 de Madrid que él no había confeccionado los documentos, pero sí había presenciado su elaboración. En concreto, aseguró que toda la operación se había realizado en el hotel Playa Victoria, de Cádiz, " y posteriormente en un piso alquilado en el edificio Alfa, siendo su autor material José Antonio Hurtado [supuesto colaborador de Ruiz-Mateos] y estando presente el declarante y el señor Yvancos [el abogado]".

Scharff añade en, su declara que su colaboración con Ruiz-Mateos consistía en facilitar "unos informes referentes a un asunto de Felipe González en Venezuela". Sin embargo, la parte más inquietante y enigmática de su declaración fue el reconocimiento por parte de Scharff de que "también fue contratado [por Ruiz-Mateos] para intervenir teléfonos móviles a través de un ordenador".

La justicia acumula cargos contra Ruiz-Mateos. La acusación ya formal de fabricar pruebas falsas contra Rubio y Boyer le puede suponer tres años de prisión. Si se establece que es autor de un delito, continuado de amenazas, sumaría otros seis. A ello habría que añadir la sanción por la presunta receptación de documentos sustraídos a Hacienda.

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