_
_
_
_
_
La situación en el Partido Popular

Rajoy apela a los valores tradicionales con guiños a los moderados del partido

El líder propondrá a otras formaciones "un gran acuerdo contra la corrupción"

Carlos E. Cué

Las imágenes en política son definitivas. Hace cinco años, cuando Mariano Rajoy pronunció el discurso final del congreso del PP que le nombró oficialmente sucesor de José María Aznar, se plasmó una terrible: decenas de dirigentes abandonaban la sala mientras él hablaba. Ya habían escuchado a Aznar, y Rajoy no les interesaba. Ayer las cosas fueron muy distintas. El líder del PP, con Aznar ausente, terminó su discurso, uno de los más aplaudidos de los últimos años, con el auditorio puesto en pie y la foto clave del marianismo: todo su equipo de fieles junto a él subido al escenario, y todos los barones autonómicos detrás.

Todos menos dos. Mientras Rajoy lograba al fin levantar los ánimos de los suyos con un discurso que hablaba de austeridad, de la pedagogía de la política, de la necesidad de tener un partido "de ámbito nacional, limpio y unido", Francisco Camps se dejaba ver en Cheste (Valencia) montado en un Ferrari. Esperanza Aguirre se volvió a Madrid por motivos familiares graves.

El líder pide un PP "limpio y unido", que no hable para "entusiastas"
Más información
El PP se ofrece para forzar el cambio y relevar al tripartito
Compromisos de gobierno en Valencia
Rajoy justifica la ausencia de Camps porque "el Rey y Pujol se han hecho fotos similares"

Rajoy logró levantar a los suyos con un discurso largo y muy elaborado, preparado a conciencia, lleno de gestos hacia el ala más conservadora del partido, con constantes referencias a los valores tradicionales de la derecha española -familia, antiabortismo, supremacía del individuo, libre elección del centro educativo, defensa del castellano-.

Fueron estas ideas las que levantaron a los dirigentes. La mención del derecho a la vida, esto es de la oposición al aborto, a pesar de que el PP no tocó la ley en sus ocho años de Gobierno, puso a todo el auditorio en pie durante un buen rato. Rajoy anunció que promoverá una ley de protección de la maternidad, una propuesta elaborada por Eugenio Nasarre y Jorge Fernández Díaz, miembros del ala del partido más cercana a los planteamientos de la Conferencia Episcopal.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

También tuvo mucho éxito su defensa del castellano, precisamente en Cataluña, y de la libertad de elección de centro, que tanto promueven los defensores de la escuela concertada. "Quiero una educación en libertad. Quiero que los padres puedan elegir la educación que deseen para sus hijos conforme a sus valores y a sus preferencias pedagógicas y lingüísticas. Las lenguas únicamente tienen dos enemigos; quienes las prohíben y quienes las imponen".

Rajoy logró combinar estas referencias a los valores más tradicionales del PP con el intento por vender la idea de un partido de centro, moderado, que necesita ampliar su espacio para ganar las elecciones. "El discurso duro de la anterior legislatura nos da 10 millones de votos. No basta. Necesitamos 12. Y Rajoy ha hablado también para los otros dos", señalaba un barón autonómico al terminar el discurso del líder.

Para lograrlo, el jefe de la oposición primero se justificó ante quienes le critican el discurso moderado. "De nada sirve tener la razón o el mejor proyecto político si no lo perciben así la mayoría de los ciudadanos. El nuestro no es un proyecto para unos pocos entusiastas, es un proyecto que aspira a representar al más amplio conjunto de las clases medias y trabajadoras de España".

Y enseguida trató de apropiarse de las ideas que con más fuerza destaca el PSOE para diferenciarse del PP: la defensa del Estado de bienestar. "Quiero reafirmar el compromiso inequívoco del PP con la sanidad pública universal y con nuestro sistema de pensiones. Haremos un plan de reformas que garantice la viabilidad del sistema. Creemos en el Estado de bienestar y tenemos las recetas para contenerlo y mejorarlo".

Rajoy insistió además en lanzar un mensaje positivo, centrado en que el PP confía en España y en los emprendedores españoles para salir de la crisis. Siempre con la insistencia en los valores -"la limpieza en la vida pública es una exigencia moral"-, hasta el punto de que planteó un decálogo. Sin embargo, su mirada hacia el futuro, su defensa de que el PP sí es alternativa -aunque de la convención no sale ninguna propuesta concreta de calado- no pudo evitar que buena parte de su discurso estuviera centrado en los problemas del partido.

La crisis no ha desaparecido, los escándalos de corrupción aún no están resueltos. El líder habló de ejemplaridad, pero en la crisis valenciana se ha apoyado en Carlos Fabra, imputado por varios delitos, y mantiene a Camps y a los implicados en el caso Gürtel, salvo el expulsado Ricardo Costa.

Rajoy defendió la actuación de miles de políticos de todos los partidos que, dijo, son honrados. Y para los que no lo son, prometió un nuevo código de buenas prácticas interno -anunciado ya varias veces y aún no concretado, como el informe sobre la supuesta persecución del PP- y un intento de pactar con todos los partidos "un gran acuerdo por la transparencia y contra la corrupción de la vida municipal española". Casi nueve meses después del estallido del caso Gürtel, Rajoy admite al fin que hay un problema, y quiere solucionarlo.

Alberto Ruiz-Gallardón, Ana Mato, Alicia Sánchez-Camacho y Mariano Rajoy, en la clausura de la convención del PP en Barcelona.
Alberto Ruiz-Gallardón, Ana Mato, Alicia Sánchez-Camacho y Mariano Rajoy, en la clausura de la convención del PP en Barcelona.SUSANNA SÁEZ

Los argumentos del discurso

- No vale tener razón, hay que convencer. "De nada sirve tener la razón o el mejor proyecto político si no lo perciben así la mayoría de los ciudadanos. El nuestro no es un proyecto para unos pocos entusiastas, aspira a representar al conjunto de las clases medias y trabajadoras".

- Medidas contra la corrupción. "Un proyecto político ilusionante exige que lo lidere un partido de ámbito nacional, unido y limpio. La limpieza en la vida pública es una exigencia moral. Nadie está obligado a participar en política. El compromiso de ejemplaridad es inexcusable. Ofreceremos un gran acuerdo por la transparencia y contra la corrupción en la vida municipal española".

- No al aborto. "Siempre vamos a defender el derecho a la vida y vamos a ayudar a las mujeres con una ley de protección de la maternidad".

- Decálogo de valores. "Supremacía de la persona; derecho a la vida; familia; España como nación; igualdad de oportunidades; educación en libertad; respeto a la ley, austeridad; responsabilidad; el valor de la palabra dada".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_