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Rajoy da un giro a la estrategia del PP y propone pactos con el BNG

El líder nacional defiende "la centralidad política que ahora ocupa" su partido

Fue en el contexto de un líder que se toma unos días de descanso en casa y hace repaso del curso político. Mariano Rajoy glosó junto al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo -que le proporcionó oxígeno para sobrevivir al frente del PP- las victorias en Galicia y en las europeas.Su diagnóstico, el de Rajoy, es que el PP ha culminado la travesía hacia la "centralidad política", lo que le ha proporcionado esos réditos electorales y le permitirá en el futuro buscar aliados entre las fuerzas nacionalistas para derrotar a un Gobierno escaso de apoyos. Entre sus hipotéticos de socios de futuro, citó por primera vez de modo explcícito al BNG.

Rajoy defendió la trayectoria de su partido tras el congreso de Valencia que lo reeligió presidente, frente a los cuatro años anteriores de manifestaciones contra el aborto, el matrimonio homosexual y por la unidad de España. "En la última legislatura decían que el PP estaba solo, ahora no, puede pactar con cualquiera sin renunciar a los principios". Rajoy mentó entonces unas siglas a las que siempre dedicó ataques despiadados y de las que todavía abjura el ala más a la derecha de su partido. "¿Por qué no pactar con el PNV, con CiU o con el Bloque o con quien quiera que se baje el impuesto de sociedades?". Rajoy sólo impuso un límite a esos acuerdos: "Lo que no podremos pactar es la autodeterminación".

El evidente mensaje interno y el giro a la estrategia que centró en el ataque a los nacionalismos -salvo el español- todo su discurso lo revistió con críticas a Zapatero y al "cordón sanitario que impulsó contra el PP". Ahora, dijo Rajoy, "aceptan nuestros votos para tener lehendakari". El presidente popular redundó en el mensaje al llamar a sus cargos para preparar las municipales. "Aspiramos a representar a la mayoría de españoles, no a 25".

"Yo me pago mis trajes"

Al poco de conocerse la investigación por los obsequios de la trama del caso Gürtel al presidente de la Generalitat Francisco Camps, éste quiso acallar las críticas en un almuerzo informativo organizado por Abc en Madrid: "Yo me pago mis trajes". Quizá le faltó la matización de "todos". O quizá la omitió a propósito. Porque según el auto de inhibición de Garzón al TSJ valenciano, y según el magistrado de este último José Flors, que le imputó un delito de cohecho impropio, queda acreditado que la trama Gürtel le pagó prendas y complementos de vestir por 12.783 euros. Una acreditación que el TSJ no ha cuestionado, lo que no le ha impedido archivar el caso. Y eso, la discrepancia entre lo hecho y lo dicho por el presidente, "las mentiras", es lo que le cuestiona ahora la oposición, que por otra parte no renuncia a llevar a Camps a una condena. "Camps ha mentido y miente", afirmó rotundo ayer el secretario general del PSPV, Jorge Alarte. Así, recordó frases del presidente como la de "yo me pago mis trajes", "a Alvarito Pérez no lo conozco", o "aquí todo es falso", para después lamentarse de que no haya "un delito para determinar qué pasa cuando el presidente de la Generalitat miente a las Cortes y al conjunto de la sociedad". Es por ello que considera que, aparte de la vía judicial, "las responsabilidades políticas son evidentes" para alguien que ha mentido de forma "sistemática, reiterada y consciente". Por eso, el caso continuará, también fuera de los tribunales: "Vamos a seguir pidiendo responsabilidades políticas que, evidentemente, se dirimirán o en las Cortes o en las urnas".

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