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Los escándalos que salpican al PP

Rajoy se reivindica a sí mismo y pide a los críticos que superen "viejas historias"

El marianismo celebra en Valencia sus victorias internas y mira a 2012

Carlos E. Cué

Ha sufrido una durísima prueba de fuego de más de un año, con constantes reválidas, pero finalmente Mariano Rajoy se considera vencedor absoluto de la batalla interna en el PP. Ayer organizó un acto multitudinario en Valencia para celebrarlo y para animar a los críticos a volver al redil y reconocer que él tenía razón. El acto, en el que una vez más el partido mostró su enorme capacidad de movilización (unas 5.000 personas se perdieron un espléndido día de playa para escuchar a Rajoy), estaba previsto para la semana pasada, pero el atentado de ETA obligó a cancelarlo. El cambio de fecha impidió que acudieran tanto Esperanza Aguirre, gran líder de los críticos, ahora apaciguada, como Alberto Ruiz-Gallardón, eterno aspirante a la sucesión ahora entregado al apoyo al líder. Ambos estaban en Madrid inaugurando la estación ferroviaria de la Puerta del Sol.

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El líder elaboró un discurso muy preparado, al contrario de lo que es habitual en él, para reivindicarse a sí mismo, su estilo, sus cambios y, sobre todo, los últimos éxitos electorales. Primero aseguró que el PP sigue fiel a sus principios, al contrario de lo que auguraban los críticos. "Un año después podemos decir: somos los mismos, nuestros principios no han cambiado, son los de siempre". Pero sobre todo, utilizó la victoria en Galicia y en las europeas para concluir que él tenía razón: "Hemos escogido la dirección correcta, pero queda un largo trecho por delante". A partir de ahí, lanzó mensajes internos a los críticos: "Asumimos todo nuestro pasado, con sus aciertos y sus errores. Los aciertos, especialmente en la etapa de Gobierno de José María Aznar, son nuestro aval para el mañana".

Sin ninguna mención al caso Gürtel, tabú para Rajoy, éste lanzó el último mensaje clave: ahora es el Gobierno el que está sólo y el PP quien puede pactar con todos, nacionalistas incluidos, "sin renunciar a nada". Por eso pidió a los críticos directamente: "Hay que superar viejas historias. Debemos hacer un esfuerzo por olvidar lo que merece ser olvidado".

En la misma línea interna de reivindicación del marianismo, Ignacio Uriarte, líder del Nuevas Generaciones, sentenció: "Los jóvenes del PP apostamos por Rajoy porque ha cumplido sus promesas, ha hecho un partido más fuerte, ha devuelto la ilusión, hoy se respira en toda España que la gente quiere al PP en el Gobierno". Más entusiasta aún estuvo Francisco Camps, presidente valenciano y supuestamente implicado en el caso Gürtel, para quien la victoria en las europeas fue "como el desembarco de Normandía" y la llegada del PP a La Moncloa (que comparó con la derrota de Hitler en la Segunda Guerra Mundial) "está muy cerca". "El PP de la Comunidad Valenciana dará 1,5 millones de votos para lograrla".

Mariano Rajoy, durante el baño de masas que se dio ayer en Valencia.
Mariano Rajoy, durante el baño de masas que se dio ayer en Valencia.CARLES FRANCESC
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