Revisión de la concesión a Pedro J.

Un empeño del Ministerio de Medio Ambiente es recuperar el libre acceso a la costa. La instrucción admite que hay "tramos en los que de hecho, aunque no de derecho, existe una cierta privatización" del litoral. En su primera versión, el texto afirmaba: "Como ejemplo y a título de ilustración, en la isla de Mallorca se han puesto en marcha tres proyectos en las zonas litorales que adolecen de la problemática descrita, que fundamentalmente se concentran en tres tramos de costa, en los de Son Cervera, Calviá y Formentor, donde en una longitud superior a 1 km cada uno, existen varias decenas de pequeñas instalaciones, realizadas hace más de 30 años en virtud de antiguas concesiones, que hasta ahora han venido siendo del uso y disfrute exclusivo, y no tanto de derecho como de hecho, por los particulares propietarios en esas zonas". La alusión fue suprimida.

Sin nombrarlos, Medio Ambiente se refería al grupo de millonarios como Carlos Sáinz, Ana Obregón o el director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, que mantienen cortado el paso a la costa. Medio Ambiente afirma desde hace más de un año que quiere construir por allí un camino. Pero el anuncio es posterior a que La Moncloa le ordenase aceptar la legalidad de la concesión que el Gobierno del PP concedió a Ramírez en dominio público.

Ahora, el director general de Costas, José Fernández, pretende pedir un informe al Consejo de Estado sobre la legalidad de la concesión mientras negocia con los propietarios para abrir un paso de al menos un metro. En realidad, según la ley de Costas de 1988, debe haber un paso de seis metros de ancho incluso si la propiedad es privada. La primera versión afirmaba que el ministerio estaba realizando "el análisis de la situación administrativa de las antiguas concesiones, con objeto de rescatar o caducar aquéllas que no se ajustan a los objetivos del programa".

El ministerio dice que "la piscina de Pedro J. Ramírez no es una prioridad". Pero mientras no se atreva con estos millonarios, su plan para liberar la costa difícilmente será creíble. Y han pasado casi cuatro años.