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Roca pagaba 900 euros al mes y daba casa a su hombre de confianza

Óscar Benavente asegura durante el juicio del 'caso Malaya' que ejercía de "persona para todo"

Óscar Benavente, uno de los hombres de máxima confianza del supuesto cerebro del caso Malaya, Juan Antonio Roca, no llegaba a mileurista. El hombre al que la policía sorprendió con más de dos millones de euros en metálico, supuestamente pertenecientes al exasesor urbanístico marbellí, aseguró ayer que Roca se lo llevó a Marbella desde Madrid "por 900 euros al mes y la casa". A cambio, Benavente actuaba como persona para todo: desde administrar dos de las principales empresas de Roca -la ganadería Marqués de Velilla y la inmobiliaria Gracia y Noguera, con intereses en Mallorca- hasta llevar al colegio al hijo de Roca y "ayudar un poco" a la esposa de este.

Roca pagaba a su empleado de confianza en metálico y sin ningún tipo de nómina. La sociedad Gracia y Noguera era la que se encargaba de inyectar liquidez, bajo la forma de préstamos, a las sociedades del entramado empresarial de Roca. Sin embargo, Benavente ha olvidado en su declaración ante el fiscal anticorrupción, Juan Carlos López Caballero, los detalles de su trabajo: "No recuerdo a qué sociedades se pasaba dinero ni el importe. Yo iba y firmaba lo que me decía Manuel Sánchez Zubizarreta [el jefe de los abogados mercantiles de Roca] por orden de Roca", ha asegurado.

Benavente, que antes de trabajar con Roca era empleado del empresario Carlos Sánchez, amigo de su padre, ya fallecido, firmó la póliza de 8,6 millones de euros que sirvió para asegurar parte de la colección de obras de arte adquiridas por el exasesor urbanístico marbellí. Sin embargo, en este extremo también la he asaltado la amnesia: "No tengo ni idea de cómo se adquieren los cuadros. Cuando declaré sobre ello en la fase de instrucción, lo hice con la única pretensión de salir de la cárcel, adonde usted me mandó sin hacerme ni una sola pregunta", le ha reprochado al fiscal. Al contrario de lo sucedido con otros testaferros, Roca firmó con Benavente un contrato de fiducia, por el que este se ponía al frente de las sociedades con la condición de reconocer que el verdadero dueño era el exasesor.

Benavente, para quien el fiscal pide seis años de cárcel y 100 millones de euros de multa por blanqueo y falsedad documental, fue la persona que puso a Roca en contacto con la también testaferro Montserrat Corulla, encargada de la gestión de los negocios hoteleros del supuesto cerebro de la trama. "Roca estaba buscando a alguien para los hoteles y yo le hablé de Montserrat, una amiga mía desde la infancia muy lista y trabajadora. Ella estaba en México pero tenía ganas de regresar a España. Roca la llamó para entrevistarla, pero yo no estuve presente", ha recordado.

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