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Rosa Díez mete una cuña entre PSOE y PP

La líder de UPyD mejora sus expectativas gracias al aumento de la desconfianza hacia los dos grandes partidos

Hace casi dos años, en las elecciones generales, el PSOE y el PP sumaron el 83,81% de los votos, una cifra inusual en los procesos electorales, que indicaba una gran movilización ciudadana a favor de los dos grandes partidos. Ahora todas encuestas muestran un trasvase de votos hacia otras opciones. Según el CIS, esta suma es ahora sólo del 76,2%, y según la encuesta de Metroscopia para EL PAÍS, del 80%.

¿Quién se aprovecha de esa desconfianza hacia los dos partidos mayoritarios? Por un lado, las opciones tradicionales, como Izquierda Unida; por otro, UPyD, más conocido como "el partido de Rosa Díez" o el partido de quien es en este momento la líder mejor valorada en las encuestas, a pesar de que sólo tiene un escaño en el Congreso y nula capacidad de decisión en ninguna institución.

La mayoría de sus electores viven en Madrid y son menores de 40 años
Su problema es la falta de candidatos para las municipales y autonómicas
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¿Quiénes son sus votantes?

Es la cuña que procede de la madera del PSOE. Enarbola un discurso que nadie más mantiene, que incluye la crítica a lo que considera privilegios de los diputados o la petición de devolución al Estado de competencias de las comunidades autónomas, y, según explica su líder, aspira a ser una opción "transversal en toda España para condicionar la política nacional".

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Sólo ella sube a la tribuna, como hizo el miércoles, para, después de escuchar a Zapatero y a Rajoy llamarse de todo, asegurar: "En España ya existe un gran pacto entre los dos grandes partidos políticos llamados nacionales, un pacto para que no cambie nada (...) Ambos practican el sálvese quien pueda, todo por España pero sin España. En España ya existe un pacto entre el PSOE y el PP. No es un pacto de Estado, es un pacto de hierro, un pacto de intereses que debilita al Estado".

Sólo ella asegura que los diputados tienen privilegios en forma de complementos en sus pensiones y anuncia iniciativas para acabar con ellas. Y sólo ella provoca recelos entre los grupos mayoritarios, especialmente en el PSOE, del que procede.

Desde el inicio de la legislatura, se ha cumplido a rajatabla en el Grupo Socialista la orden más o menos expresa de no confrontar con ella en los debates. A lo más que se llega es a que, en voz baja, algunos diputados recuerden que ella está afectada por los complementos de pensiones como ex consejera del Gobierno vasco y como ex eurodiputada, sin que se sepa que haya renunciado a ellos. Ella explica que no le afectan porque por su actividad laboral tiene el máximo de cotización.

Zapatero, que ganó la secretaría general del PSOE frente a Rosa Díez y a otros dos candidatos, la trata siempre en los debates con cierta displicencia. No forma parte de las negociaciones para alcanzar acuerdos.

En las generales de 2008, UPyD tuvo 306.000 votos, y en las europeas de 2009 consiguió 450.000. En las gallegas no tuvo representación y en las del País Vasco tuvo un único escaño, que terminó por ser irrelevante a efectos de determinar el color del Gobierno. Su reto ahora son las elecciones municipales y autonómicas de 2011, además de las catalanas del próximo otoño.

Los especialistas del PP aseguran que el voto al partido de Rosa Díez es sobre todo urbano y que sirve como opción puente; es decir, que los porcentajes de trasvase de voto entre socialistas y populares y viceversa son bajos y los electores prefieren, en todo caso, hacer el tránsito tras haber votado a opciones como UPyD, que hacen de cuña entre PSOE y PP.

Explican, también, que se trata de un partido con más simpatizantes que votantes y que, por eso, las encuestas le dan siempre mucho mejores expectativas de las que luego se plasman en resultados electorales, porque en el último momento los electores se decantan por el voto útil de los partidos mayoritarios.

La mayor parte de sus electores se concentra en Madrid, la circunscripción en la que obtuvo escaño, y en la que aspira a lograr un importante resultado en las elecciones autonómicas del próximo año.

Para eso debe vencer una barrera que, por el momento, le resulta difícil de franquear: la del 5% que la Ley Electoral exige para entrar en la Asamblea de Madrid. Lo paradójico es que la cuña de UPyD está en el límite que separa el fracaso de lo más parecido a la gloria, según los especialistas en encuestas: con sólo conseguir el 5% de los votos válidos en el conjunto de la Comunidad de Madrid, lograría 6 escaños. Es decir, entre cero y seis escaños, casi sin término medio.

En todo caso, en cualquiera de los dos escenarios descritos, el PP lograría la mayoría absoluta: más amplia si no entra UPyD.

Los populares aseguran que ninguno de los estudios preelectorales que tienen en la Comunidad muestra que puedan perder la mayoría absoluta, explican que UPyD logra sus mejores resultados en la ciudad de Madrid y admiten que, en todo caso, lo que sí hace es limitar su capacidad de crecer.

Según este análisis del PP, sus votantes están mucho más movilizados que los del PSOE y, por tanto, serían los socialistas los perjudicados en la Comunidad de Madrid por la irrupción de UPyD.

Díez asegura que no es una opción sólo madrileña y, por eso, asegura que podrán ser determinantes en otras comunidades y ayuntamientos. Para argumentarlo utiliza dos datos: en las generales la mitad de sus votos procedía de Madrid, mientras que en las europeas sólo un tercio era de la Comunidad de Madrid. Explica que están en condiciones de entrar en las Cortes de Castilla y León y en las de Castilla-La Mancha y que tienen buenas expectativas en Asturias.

Los socialistas admiten que si mantiene los datos de las europeas, UPyD podría lograr un escaño autonómico de Valladolid, pero limitan los efectos del fenómeno a grandes ciudades, con dudas de que la corriente de simpatía hacia esa opción por la fatiga hacia los grandes partidos pueda traducirse en votos.

En todo caso, UPyD fue tercera fuerza política en 32 capitales de provincia en las elecciones europeas de 2009. Está limitada porque, obviamente, el partido de Rosa Díez se presentará sin Rosa Díez como cabeza de lista. El resto de sus dirigentes y candidatos son desconocidos y tendrá que afrontar el proceso de casting político para completar listas en municipios y comunidades.

SCIAMMARELLA

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