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Rubalcaba sienta al PSOE en el diván

El vicepresidente intenta sacar de la depresión a las bases socialistas con encuentros asamblearios en los que se somete a todo tipo de preguntas

Luis R. Aizpeolea

Tras el desastre electoral del 22-M que ha hecho temblar el edificio del PSOE, la dirección socialista ha decidido, como primera medida, una urgente aproximación a las bases. El procedimiento elegido es inédito en ese partido: la consulta directa por medio de asambleas participativas, que a algunos les recuerda a la experiencia asamblearia del Movimiento 15-M. Los encuentros tienen algo de terapia de grupo, pero son, ante todo, un intento del PSOE de recuperar el voto perdido desde la misma raíz del partido, su base militante, decepcionada por los resultados del 22-M.

Esa es la primera parte del plan del PSOE para intentar recuperar el voto. La segunda parte empezará en verano y culminará con la aprobación del programa en septiembre. Después vendrán la precampaña y campaña. Para eso, los socialistas necesitan tiempo y agotar la legislatura en marzo, en lo que insisten tanto el presidente Rodríguez Zapatero como el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, empeñados, también, en culminar las reformas económicas.

La lucha contra el paro es la primera preocupación de los militantes
"Necesitamos un programa creíble y que dé esperanza a la gente"

Rubalcaba, reconocido como el principal activo del PSOE en este momento, ha empezado a recorrer las federaciones socialistas al hilo de la campaña de las elecciones primarias, como candidato a propuesta del comité federal del partido, para escuchar a las bases y recuperar su moral. El miércoles empezó en Andalucía, ayer siguió en Cantabria, hoy viajará a Asturias y sus próximas citas serán en Cataluña, País Vasco y Aragón. Así, hasta fin de mes, cuando será proclamado el candidato socialista a las elecciones generales. Sus encuentros los agrupa los fines de semana y a última hora de algún día suelto, para compatibilizar su actividad partidista con la de vicepresidente y ministro del Interior, que sigue considerando prioritaria y a la que no renunciará por el momento.

Rubalcaba, que despliega su probada capacidad de comunicación en estos encuentros, se está enfrentando a asambleas de centenares de militantes en las que responde a preguntas directas sin filtros, algunas incómodas, como el cuestionamiento de la Monarquía.

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La mayoría de las preguntas proceden de mujeres militantes. Los principales interrogantes están centrados en el empleo, la crisis y las reivindicaciones del 15-M. No hay preguntas sobre asuntos de partido, como elecciones primarias o celebración de un congreso, aunque sí algunas, pocas, apelaciones a la unidad.

A la asamblea de ayer en Santander asistieron más de un millar de militantes. Las preguntas sobre el empleo se llevaron la palma. Pero la segunda cuestión más debatida fue la reivindicación de los indignados del 15-M. La mayoría de los intervinientes, algunos padres de jóvenes indignados, pidieron a Rubalcaba que el PSOE escuche sus reclamaciones y otros le felicitaron, como ministro del Interior, por tolerar la acampada de la Puerta del Sol de Madrid.

Rubalcaba respondió que escuchaba las reivindicaciones y valoró el deseo de los integrantes del 15-M de participar en política, así como su preocupación por el empleo. "No es un movimiento contra la política. Al contrario, quiere participar y lo estamos teniendo en cuenta", dijo. Aclaró, también, que tanto él, como ministro del Interior, como la policía comparten la idea de que a un movimiento de gente pacífica no se le puede responder "aporreándolo".

En cuanto al empleo, las preguntas se centraron en el tiempo que se necesita para que empiece a crearse de modo intensivo. Y sobre la crisis económica, los militantes no se cortaron y criticaron la "mala explicación" del Gobierno y el PSOE sobre su alcance y sus respuestas, sobre todo en las medidas impopulares, como el ajuste fiscal de mayo de 2010, adoptado por exigencias de la Unión Europea.

En sus respuestas a los militantes, Rubalcaba describe las distintas fases por las que atraviesa la crisis en España y las consiguientes respuestas del Gobierno. En un primer momento, cuando la tormenta arreciaba con toda su crudeza, hubo que tomar medidas defensivas para evitar la intervención. Ahora, sigue diciendo, estamos empezando a ver la luz al final del túnel y se aprueban reformas para facilitar esa salida. Y a partir del año que viene la economía adquirirá un nuevo rumbo y podrán plantearse políticas sociales más ambiciosas.

También aprovecha Rubalcaba ese momento para decir, como ayer hizo en Santander, que aunque es verdad que si el PP regresa a La Moncloa hará recortes en el Estado de bienestar, como el viernes anunció Mariano Rajoy en Barcelona, ese argumento, el de que "viene la derecha", ya no le vale al PSOE para ganar al PP. "Con eso de que viene la derecha no ganamos. Lo que necesitamos es un programa creíble y que dé esperanza a la gente", dijo Rubalcaba.

En este sentido, se comprometió a preparar ese programa para la conferencia política que el PSOE celebrará en septiembre, centrado en el empleo, la formación, la educación y la innovación, y en el que participarán numerosos militantes y simpatizantes. Y resaltó la utilidad que para la elaboración de ese programa tienen las sugerencias que escucha en estos encuentros con las bases del partido. Ayer, una militante asistente al acto escribió en Twitter: "El encuentro es una pasada. Lo que necesitábamos. Muchas preguntas y muchas mujeres tomando la palabra".

Rubalcaba, en el encuentro de ayer en Santander.
Rubalcaba, en el encuentro de ayer en Santander.ALBERTO AJA (EFE)

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