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SOS Racismo alerta del auge de mensajes xenófobos en los partidos políticos

Los inmigrantes pagan caro el descontento social

Las actitudes racistas se extienden en periodos de crisis económicas. Y los inmigrantes se utilizan como "cabezas de turco" para canalizar el contexto social. Ésa es una de las principales conclusiones del informe sobre el Estado del racismo en Cataluña 2009, elaborado por SOS Racismo, que radiografía la evolución, los espacios y tipos de xenofobia existentes en la sociedad catalana. Según el informe, el racismo es "un mecanismo de exclusión social" que sirve, también en épocas convulsas como la actual, para "perpetuar un orden social que favorece a algunos sectores económicos".

El informe recoge las denuncias presentadas en la oficina de la entidad el año pasado y analiza los hechos más relevantes de la actualidad política. SOS Racismo subraya que se ha detectado un aumento de los discursos de corte xenófobo en el ámbito de lo público. "Se cuelan argumentos propios de la extrema derecha en partidos democráticos". A escasos ocho meses de las elecciones al Parlamento catalán, SOS Racismo denuncia el uso partidista de la inmigración y la utilización de la xenofobia para sacar rédito electoral. "El argumento de decir lo que la gente quiere escuchar y se dice en la calle es una grave irresponsabilidad", señala el informe, de casi 200 páginas, que ha sido presentado hoy.

Además de criticar a los partidos por filtrar mensajes xenófobos, el informe critica a la administración autonómica y local por su "ambigüedad" en la lucha contra el racismo. "Es necesaria una acción transversal, que por ahora no ha existido, para evitar la discriminación directa desde las instituciones". A juicio de la entidad, la Generalitat y los ayuntamientos envían señales contradictorias. Así, critica que algunos municipios, como Vic, hayan intentado limitar el acceso de los inmigrantes al padrón de habitantes. Y denuncia, entre otras cosas, el "maltrato institucional" de la Dirección General de Atención a la Infancia a los menores no acompañados que llegan a Cataluña, la mayoría de ellos procedentes de países del África subsahariana. Los espacios de bienvenida educativa, creados por el Departamento de Educación, son para SOS Racismo "un paso atrás".

En un contexto de crisis la necesidad aprieta y, por tanto, es más fácil que se produzcan situaciones de explotación laboral. En especial, en el colectivo inmigrante. Para la entidad, no se trata tanto de determinar si la sociedad catalana es o no racista, sino de detectar los comportamientos que suponen una discriminación hacia los extranjeros. "En la sociedad catalana cuesta admitir la existencia del racismo", señala la asociación, bien sea por "miedo" o por "falta de interés".

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