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Reportaje:

Salamanca manos arriba

25.000 salmantinos protestan por subidas hasta del 80% en tasas municipales

Natalia Junquera

"¡Manos arriba!, ¡Esto es un atraco!", grita la Plaza Mayor de Salamanca, a reventar, en la segunda manifestación en 15 días en protesta por la subida de impuestos municipales anunciada por el alcalde, Julián Lanzarote, del PP. Entre la multitud se desgañita un hombre, colorado de la ira, que dice llamarse Amable: "Estoy muy enfadado, enfadadísimo con este alcalde que gobierna para los constructores y para los ricos y que nos sube los impuestos porque pierde todos los pleitos urbanísticos. Tenían que llamarlo Partido Pierdepleitos en lugar de Partido Popular. Y lo peor no es la subida, a mí lo que más me cabrea es su chulería, esas formas dictatoriales, ese desprecio por la gente humilde. A mí no me afecta mucho, pero la subida del bonobús hace polvo a muchos amigos, gente mayor".

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Como Palmira, de 76 años. "Con una pensión de 500 euros, si me suben la contribución 45 euros y la basura 17, me quedo sin nada para mí. Esto es una barbaridad", explica, justo antes de gritar "¡Lanzarote, que te pague el que te vote!".

Son ellos, los más mayores, los que han conseguido llenar por segunda vez la plaza mayor de Salamanca con cerca de 25.000 personas. Pero son los más jóvenes, un grupo de estudiantes universitarios que lideran las asociaciones de vecinos en la época en la que todo el mundo intenta escaquearse de ser presidente de su comunidad, los que han convocado esta protesta y la anterior.

En el consistorio achacan la fuerte subida de impuestos al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. "Nos ha cerrado el grifo porque este Ayuntamiento no es santo de su devoción", declaró el portavoz municipal, Fernando Rodríguez.

En el recorrido de la manifestación alternan las grandes pancartas estampadas con los emblemas de los partidos de la oposición y pequeños carteles, con las rimas meditadas y preparadas en casa, como el de Ángel, de 85 años, que agita orgulloso un folio en el que ha escrito: "Lanzarote, capullo, el Ayuntamiento no es tuyo". José Luis, de 73 años, lleva su cartel enganchado a la boina y las manos en los bolsillos porque hace frío. "Yo no tengo coche oficial", es su escueto eslogan. "Espero que no haya que salir corriendo como en la última manifestación a la que fui, con Franco, por los sueldos de la construcción", bromea.

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Entre sus abuelos y los vecinos de sus abuelos, avanza un bebé en cochecito con un cartel dramático: "Sin dodotis, ni turrón por culpa del subidón".

Va marcando el paso hacia la plaza Mayor Mara, de 22 años, flamante poseedora de uno de los megáfonos. Lo levanta orgullosa por encima de la cabeza como si fuera un Óscar de la academia y no da abasto porque maneja además, otros instrumentos propios de este tipo de ceremonias, como un silbato. "Me encanta el megáfono. La gente se pelea por él. Al día siguiente no puedo hablar, pero me da igual", explica en una breve pausa. "¡Que bote, que bote, Lanzarote el que no bote!", prosigue. Y la multitud, hombres y mujeres que pasan de los 70, bota.

A la una de la tarde, los vecinos de los distintos barrios han entrado ya por cada arco de la Plaza Mayor en la que no cabe un alfiler. Tras guardar un minuto de silencio por el guardia civil muerto el sábado en un atentado etarra, Chema Collados, arqueólogo de 26 años y presidente de la Federación de Vecinos de Salamanca (Fevesa) procede a leer su manifiesto. Pero no le dejan: "Cheeeeema, Cheeeeeema", le aclaman en la plaza como a los futbolistas en el campo. Y eso que no le ven, porque Collados está enterrado entre las pancartas y la multitud, ya que el alcalde no permitió que usara el balcón del Ayuntamiento.

El manifiesto se llena enseguida de palabras gruesas, "libertad", "bienestar social" mientras los veteranos manifestantes gritan: "El pueblo, unido, jamás será vencido" como recordando otra época, la suya. La sublevación que surgió en el órgano más sensible, el bolsillo, terminó atacando a la memoria.

La Plaza Mayor de Salamanca, abarrotada por los manifestantes en contra de la subida de impuestos municipales.
La Plaza Mayor de Salamanca, abarrotada por los manifestantes en contra de la subida de impuestos municipales.GORKA LEJARCEGI

Octavillas requisadas

El joven presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos, Chema Collados, supo explotar ayer, en plena lectura de un manifiesto en la Plaza Mayor y ante 25.000 personas, el encontronazo con la Policía Municipal de la noche anterior. La escena que describía recordaba a un episodio de la serie Cuéntame. "Repartíamos octavillas a la salida del partido de baloncesto en el Pabellón Würburg. Vinieron cuatro policías, y nos dijeron que no podíamos hacer eso y que dejáramos de usar el megáfono. Cuando preguntamos por qué, dijeron: Traemos órdenes. Se lo llevaron todo. A mí me daban ganas de llorar"."¡El alcalde nos tiene miedo!", gritaba ayer Collados, quien aprovechó también para denunciar que Julián Lanzarote, del Partido Popular, le había amenazado con retirar la subvención a la Federación de Asociaciones de Vecinos de Salamanca.No descartan nuevas manifestaciones si el alcalde no da marcha atrás.

Las siete plagas

- Las asociaciones de vecinos han bautizado la subida de impuestos municipales del alcalde Julián Lanzarote, del PP, como 'Las siete plagas de Lanzarote'. Las subidas son las siguientes:- Tasa de basuras: sube 17 euros.- El bonobús y el abono transporte: un 84,25% más caro.- El agua: sube un 14%.- El Impuesto de Bienes Inmuebles: 45 euros más.

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Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.

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