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San Gil logra adelantar el congreso en el País Vasco, pero sin la mayoría

28 votos a favor, uno en contra y 32 abstenciones plasman la división en Euskadi

María San Gil consiguió ayer el respaldo para adelantar el congreso regional pero fue raquítico. 28 votos a favor, uno en contra y 32 abstenciones es un resultado que muestra la frágil posición en que se ha movido la presidenta del PP vasco y evidencia, sobre todo, la profunda división que anida en el seno de los populares vascos en relación con la estrategia política a seguir, principalmente con el tema terrorista, que ha monopolizado la atención del partido bajo la dirección de San Gil.

Una división que anuncia que el congreso pedido por San Gil se celebrará en julio, pero será muy movido. Se trata de una victoria prestada por quien no quiere el acoso y derribo, pero es una seria advertencia para la presidenta de que su liderazgo se ha resquebrajado.

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La decisión se adoptó tras un intenso y largo debate que duró cuatro horas, el más trascendental de la historia del PP vasco y en el que intervinieron prácticamente la totalidad de los asistentes. En él María San Gil medía sus fuerzas tras poner a prueba a su partido con un gesto tan insólito como inesperado al lanzar un órdago al líder de su partido, Mariano Rajoy, a título personal y sin haberlo consultado con su equipo, afirmando que se marcharía en el congreso que ayer convocó, si para entonces no había recuperado la confianza perdida en él.

Posición debilitada

El medido e insuficiente respaldo dado a San Gil por el máximo órgano colectivo del PP vasco tiene un importante significado: por un lado, el cierre de filas de sus leales para evitar el desaire a su jefa después del enfado y la conmoción colectiva por su sorprendente desafío a Rajoy; por otro, la advertencia explícita de que tampoco ella goza de la confianza que está negando a su presidente nacional. Este sería el mensaje explícito que le envió ayer a San Gil esa mayoría de 32 abstencionistas que le negaron el apoyo debilitando así su posición hasta ahora incuestionada en el partido.

Con este sorprendente resultado, los dirigentes del Partido Popular del País Vasco estarían intentando aguantar la situación y aplacar la crisis abierta por su presidenta. Eso sí, los ayer asistentes dejaron claro que este respaldo a la exigencia de San Gil de adelantar el congreso, no representa en absoluto un cuestionamiento al presidente Rajoy en el próximo congreso nacional del partido. Más bien al contrario, con su abstención dejaban hacer a San Gil pero, sobre todo, desde el apoyo explícito a Mariano Rajoy.

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