_
_
_
_
_

Severo Moto acusa al CNI de tenderle "una trampa"

Ramón Lobo

En sus primeras declaraciones tras salir en libertad provisional de la cárcel de Navalcarnero (Madrid), en la que ha permanecido cuatro meses acusado de tráfico de armas de guerra, el presidente del autoproclamado Gobierno de Guinea Ecuatorial en el exilio, Severo Moto, acusó ayer a los servicios secretos españoles (CNI) de "tenderle una trampa".

Moto fue detenido en la provincia de Toledo el 14 de abril por su supuesta vinculación con en el envío a Malabo desde el puerto de Sagunto de un automóvil de desguace que llevaba en el maletero un fusil, un mosquetón y una pistola, además de diversa munición, con los que, al parecer, se pretendía dar un golpe de Estado.

El veterano opositor al dictador ecuatoguineano, Teodoro Obiang Nguema, tiene desde 1986 estatuto de refugiado político en España, confirmado hace unos meses por el Tribunal Supremo después de que el Consejo de Ministros acordara en 2006 retirárselo por actividades políticas ilegales. El Gobierno considera que Moto ha tomado parte en varias asonadas contra Obiang. La última, en marzo de 2004, con la participación de mercenarios que fueron detenidos en Zimbabue.

En la rueda de prensa celebrada ayer en un hotel madrileño, Severo Moto se definió como "un preso político" perseguido "por la larga mano asesina de Obiang", quien, según declaró, cuenta con numerosos aliados en España.

Azotado en público

Aunque Moto alabó la actitud de los funcionarios de prisiones, fue critico con la policía: "El registro efectuado en mi domicilio, llevándose mi ordenador personal, me recordó al asalto cometido por el Gobierno de mi país contra la sede de mi partido" en 1991. No fue la única comparación de Moto. "Cuando entré en el módulo 10 de [la prisión de] Navalcarnero y vi el patio, pensé que iba a ser azotado en público, como cuando estuve en Black Beach [prisión de Guinea]".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El opositor ecuatoguineano considera que la muerte del destinatario del coche descubierto en Sagunto, Saturnino Nkono, es una responsabilidad del Ejecutivo español. "A través de la Embajada en Madrid supieron quién iba a recoger el coche, le detuvieron y le fusilaron. A él le ha tocado la muerte directamente; a mí, me ha rozado". Otras informaciones indican que Nkono murió de un tiro en la nuca durante el interrogatorio de la policía guineana que había encontrado armas en su casa.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_