_
_
_
_
_

Similitudes entre las muertes de Sonia y de Rocío

Los asesinatos se produjeron cerca de las casas de las víctimas, en la misma área de Málaga, y en ambos escenarios se encontraron restos con idéntico ADN

Circunstancias de las desapariciones

Sonia Carabantes, de 17 años, desapareció a las 5 de la mañana del jueves 15 de agosto, cuando volvía desde la feria de Coín hasta su domicilio familiar, en la urbanización Félix Rodríguez de la Fuente. La amiga junto a la que regresaba la dejó a 200 metros de su casa, en la calle Alameda, donde vivía junto a sus padres desde hacía dos años tras llegar de Suiza. No fue agredida sexualmente. Por su parte, Rocío Wanninkhof, de 19 años, desapareció en Mijas, pueblo situado a 12 kilómetros de distancia por carretera de Coín, el 9 de octubre de 1999. Iba a pie por un descampado, a 500 metros de su casa. Tampoco se encontraron indicios de agresión sexual.

Muertes violentas

En ambos casos la mecánica del crimen fue la misma. Primero hubo una pelea entre el agresor o agresores y la víctima. Luego la víctima fue trasladada con vida en coche a otro lugar donde se consumó el crimen. Además, en ambos casos los cadáveres fueron sólo semienterrados, de forma que más que ocultar los asesinatos los culpables simplemente retrasaron el hallazgo de los cuerpos. En ninguno de los dos casos se habían encontrado pruebas concluyentes que inculparan a los sospechosos, que lo han sido sólo por convencimiento policial. La policía apunta a que los asesinos de Sonia Carabantes se fijaron en la joven durante su estancia en la feria de Coín, y que le esperaron con un coche a la entrada de su casa, donde la golpearon y se la llevaron, para más tarde estrangularla y dejar su cuerpo semienterrado. Rocío Wanninkhof, sin embargo, murió tras ser apuñalada reiteradamente. Más tarde fue trasladada hasta el lugar donde apareció muerta. Los asesinos trataron de desfigurar el cadáver rociándolo con ácido y quemándolo.

Aparición de los cadáveres

Tras cuatro días de movilización de las fuerzas de seguridad del estado y de un millar de voluntarios, un cuerpo en muy mal estado fue encontrado semienterrado bajo grandes piedras, en una zona arbolada del parque empresarial de Monda, polígono en construcción situado al lado de una pequeña ladera de difícil acceso, a cinco kilómetros de su domicilio. Era Sonia Carabantes, y las huellas del cuerpo habían desaparecido, por lo que la Guardia Civil tardó más de 48 horas en identificar el cuerpo. Más tiempo requirió la localización del cadáver de Rocío, que apareció en Marbella, a 25 kilómetros de su casa, tras un intenso rastreo de tres semanas.

Coincidencia en el ADN

En ambos casos coinciden las muestras de ADN encontrados en el escenario del crimen. Los restos de piel hallados bajo las uñas de Sonia son idénticos a los tomados tras analizar la saliva de una colilla, que se encontró a pocos metros del cuerpo de Rocío.

Tres desapariciones en la misma zona

Sonia Carabantes es la tercera de la macabra lista de jóvenes desaparecidas en Málaga en los últimos cuatro años, en una distancia muy reducida: Mijas (donde desapareció Rocío en 1999), Álora (lugar de desaparición de Ana Elena Lorente en septiembre de 2000), y Coín (pueblo de Sonia). Una cuarta víctima, María Teresa Fernández, de 18 años, y desaparecida en Motril (Granada) en 2000, podría sumarse a la lista. Su cuerpo no ha sido encontrado.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_