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Sirera se planta y abre la división en el PP catalán

Parece que el PP de Cataluña sólo le da problemas a Mariano Rajoy. Si en las elecciones generales del 9-M obtuvo una histórica derrota con un diferencial de 18 diputados con los socialistas, ahora los problemas están en casa. Los populares catalanes celebrarán su congreso regional con tres candidatos a presidente en un clima tenso, y Rajoy se encuentra en una encrucijada.

El martes compareció en público el líder del PP en Barcelona, Alberto Fernández Díaz -hermano del vicepresidente del Congreso, Jorge Fernández, amigo y compañero de Rajoy-, para hacer valer su autoridad y acceder a la presidencia regional, que ocupa Daniel Sirera desde la dimisión del ex ministro Josep Piqué.

Rajoy ha recibido el apoyo de Sirera en varios actos, como el celebrado el pasado sábado en Elche (Alicante). Además, el presidente del PP ha decidido situar a un hombre de confianza de Sirera, José Luis Ayllón, de secretario general del Grupo Popular en el Congreso. Sin embargo, diversas fuentes próximas a Sirera se muestran decepcionadas por la falta de reacción de Rajoy ante el anuncio de Fernández Díaz. Su silencio puede ser interpretado como un apoyo a éste. "Parece mentira que no pueda hacer una llamada y apoyarnos", dicen colaboradores de Sirera. Lejos de amilanarse ante el poder y control de Fernández en el aparato del partido, Sirera dará la batalla. Conocedor de los tejemanejes históricos en el partido, ha decidido renunciar a cualquier pacto que asegure un puesto en la ejecutiva a su rival y competirá con Fernández Díaz.

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La pugna se traslada al congreso de los populares catalanes, el 5 y 6 de julio. Será entonces cuando cada candidatura presentará el número de avales de compromisarios. De los 1.090 compromisarios se necesita contar con el apoyo de 218. Alberto Fernández se mostró el martes convencido de tenerlos y los sireristas han recogido ya bastantes firmas a diez semanas de que expire el plazo para completar avales. Otras fuentes acusan al equipo de Fernández de "juego sucio" recogiendo avales.

El plante de Sirera al juego de Fernández Díaz abre la división en el PP catalán, ya de por sí castigado, y eso sin contar con la candidatura de la diputada autonómica Montserrat Nebrera. Mientras, Rajoy sigue gestionando

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